Del módem al wifi inteligente y el giga simétrico: así han evolucionado las conexiones de Orange

conexiones de orange

Innovación

La historia de internet se remonta a los años 50 del siglo XX. Pero, para la mayoría de nosotros, el pasado de la red de redes tiene un nombre. O mejor, un sonido: el pitido del módem de 56K conectándose al futuro. A mediados de los 90, había unos 40.000 ordenadores conectados a internet en España. Hoy, casi el 80% de la población tiene acceso. Y hablamos de fibra, wifi inteligente o gigas simétricos. A duras penas nos acordamos del módem. Así han evolucionado las conexiones.

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Del módem y el cobre al cable

Volvamos al pitido. La conexión por línea conmutada, también conocida como dial-up, fue una de las primeras en popularizarse en España. Funcionaba a través del cable de teléfono tradicional, el par de cobre. Si se recibía una llamada en el teléfono fijo, el módem se desconectaba y no podíamos seguir navegando. Jazztel, hoy integrada en Orange, empezó a ofrecer estas conexiones en 2002. Orange, como tal, no empezaría a operar en España hasta 2006.

Aquellas conexiones a través del módem ofrecían un ancho de banda de 56 Kbps. Para descargar una canción en mp3, hacían falta unos 15 minutos. Ni soñar con el streaming de vídeo en Full HD. Enseguida llegó el ADSL, que funcionaba también a través del cable de cobre, pero ofrecía un ancho de banda de 256 Kbps. Eso sí, el ADSL ya no pitaba y permitía navegar y hablar por teléfono fijo. Funcionaba a través de un router.

Para entonces, a mediados de la década de los 2000, internet ya era un servicio popular y alrededor de un 30% de la población tenía acceso. A medida que las demandas de ancho de banda fueron creciendo, las velocidades de conexión se fueron incrementando. Pero el cable de cobre se hizo insuficiente. Además, cuanto más lejos de la central estaba el punto de conexión, más difícil era entregar las velocidades contratadas. Por eso, las operadoras empezaron a desplegar las redes de cable coaxial.

El boom de la fibra óptica

El cable coaxial era, y lo sigue siendo, un cable de red basado en cobre, pero con un aislamiento y propiedades de transmisión mejores que las del par de cobre. Poco a poco, estas redes se fueron haciendo híbridas. El tramo central empezó a ser de fibra óptica y el tramo final, hasta el hogar o la oficina, era de cable coaxial.

Mediante diferentes mejoras tecnológicas, el cable permite hoy velocidades teóricas de hasta 10 Gbps de bajada y 1 Gbps de subida. Sin embargo, este ancho de banda se comparte entre los usuarios que estén enganchados a cada nodo. Aquí es donde entra la fibra óptica o, técnicamente, fibre to the home. Con esta tecnología de red, un cable de fibra llega directamente a cada usuario.

A través de la fibra óptica, Orange ofrece hoy conexiones en hogares y empresas de 1 Gbps de subida y de bajada, lo que se conoce como giga simétrico. Son 1.000 Mbps, 20.000 veces más ancho de banda que con el módem y el cable de cobre. Ya no se descargan canciones. Se escucha Spotify y se ve Netflix, YouTube y Orange TV en calidad 4K todo al mismo tiempo. La fibra ha experimentado un crecimiento exponencial en España durante los últimos años. Hoy, casi la mitad de los 14,5 millones de hogares con acceso a internet tiene fibra óptica.

wi-fi inteligente de orange

El wifi inteligente de Orange

Tanto hablar de cables y conexiones que se nos quedó por el camino otra gran revolución. El internet sin cables, más conocido como wifi. A través del router, el ancho de banda que nos llega por cable se convierte en ondas y nuestros dispositivos acceden a internet sin estar conectados a nada. La tecnología wifi es hoy indispensable para la vida de muchas personas. Sin embargo, viene con algunos problemas de serie, como la saturación de determinadas frecuencias o la mala recepción en algunas partes de la casa.

Para salvar estos obstáculos, Orange se ha convertido en el primer operador en lanzar en España un sistema de wifi inteligente. El nuevo router de la operadora ajusta la configuración sin la intervención del usuario para asegurar la mejor experiencia de navegación. También orienta la señal de radiofrecuencia para mantener una conectividad óptima.

El wifi inteligente se basa en dos tecnologías. Por un lado, el llamado band steering hace al usuario olvidarse de las bandas de frecuencia. La mayoría de dispositivos conectados a la red de forma inalámbrica trabajan en la banda de 2,4 Ghz. Para salvar la saturación, muchos han empezado a funcionar también en la banda de 5 Ghz. Hasta ahora, el propio usuario debía elegir entre una u otra. Mediante band steering, el propio router cambiará entre una u otra banda en función de la saturación, el tipo de dispositivo y su ubicación.

Por otra parte, los últimos routers Livebox de Orange incorporan la tecnología beam forming como parte del wifi inteligente. Con sus seis antenas analizan, orientan y ajustan la señal en función de la ubicación del dispositivo. Pueden distinguir el objetivo del ruido de fondo y dirigir la señal, asegurando la mejor recepción posible.

Las potencialidades del giga simétrico

Tras un paso por la magia del internet sin cables, volvemos al poder de la fibra óptica. Desde el mes de abril, Orange ofrece conexiones de un giga simétrico, lo que marca un hito en el mercado residencial español. Son 1.000 Mbps de subida y otros tantos de bajada. Es el doble de velocidad que ofrece una conexión USB 2.0. Sus potencialidades son enormes. Sobre todo, si no se pierde nada por el camino gracias al wifi inteligente.

Contar con una conexión de 1 Gbps nos permite, entre otras cosas, trabajar en la nube de forma fluida y utilizar servicios como Google Drive o Dropbox como si fuesen un disco duro más. Podemos tener una unidad NAS (Network Attached Storage) en nuestro hogar y crear nuestra propia cloud. Podemos montar un servidor en casa. Y las posibilidades en el mundo del entretenimiento son aún más amplias.

El giga simétrico permite descargarse las cinco temporadas de ‘Breaking Bad’ en 30 segundos. Hace posible vivir experiencias de realidad virtual en directo, consumir contenido en Ultra HD en varios dispositivos a la vez, jugar en tiempo real en alta calidad sin que la latencia afecte a la partida o hacer directos desde YouTube con calidad profesional.

De repente, el pitido del módem se ha convertido en prehistoria. Sin embargo, no es algo tan lejano. Las conexiones han evolucionado a una velocidad increíble en las últimas dos décadas. El cambio ha sido tan rápido que es hasta difícil imaginar qué nos depara el futuro.

Por Juan F. Samaniego

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