En sus 20 años de actividad empresarial en España, Orange ha invertido más de 31.000 millones de euros en el país

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Orange cumple, en este 2018, veinte años de actividad empresarial en España. Con motivo de dicho aniversario, que coincide con el inicio de la liberalización de las telecomunicaciones en nuestro país, presentamos un informe sobre la evolución del sector y la empresa en este periodo, titulado Impacto de 20 años de liberalización de las telecomunicaciones en España 1998-2018”. El documento, elaborado por la consultora Deloitte, analiza la transformación de la industria durante estas dos décadas, al final de las cuales España se ha convertido en un referente de las telecomunicaciones en Europa, con las dos principales redes de fibra óptica del continente y una cobertura móvil 4G que alcanza ya al 97% de la población.

El empuje del sector de las telecomunicaciones a lo largo de estos últimos años ha contribuido decisivamente a mejorar la economía nacional, incluso en los tiempos de crisis, provocando un impacto transversal en todo el tejido productivo español.

Tal y como pone de relieve el informe elaborado por Deloitte, en estos 20 años, el sector de las telecomunicaciones, impulsado por empresas como Orange, ha jugado un papel decisivo en la economía española, con una inversión acumulada  superior a los 126.000 millones de euros entre los años 1998 y 2016 en España, lo que supone un 14% de media sobre los ingresos del sector TIC en los años de dicho periodo.

Inversión del sector telecomunicaciones y audiovisual en España en el periodo 1998 – 2016 (en millones de euros)

 

En relación al empleo, entre 1998 a 2017, el sector TIC ha generado más de 440.000 empleados anuales de media en España. Solo en 2017, su actividad derivó en la generación de más de 550.000 empleos, un 3% del total en el país.

Otras magnitudes que se destacan en el documento, y que ponen de relieve el impacto del sector ‘telco’ en la economía española, son su aportación al PIB nacional -que alcanza el 3,8% del total y supera los 44.400 millones de euros en 2017- y la progresiva reducción de los precios de los servicios TIC, reflejada en una disminución del 22,87% en el precio de las comunicaciones desde 1998 a 2018. Esa reducción contrasta con el hecho de que, en ese mismo periodo, el IPC general creció un 53,59%.

Los últimos 20 años del sector han supuesto un salto cualitativo de España respecto a Europa, especialmente en relación a la banda ancha fija, donde nuestro país destaca en la penetración en hogares con servicios iguales o superiores a 100 Mbps. Es más, España supera ampliamente la media de la UE en el despliegue de fibra óptica hasta el hogar, lo que supone una seña de identidad de nuestro mercado de las telecomunicaciones frente a otros de nuestro entorno, que se han centrado más en el despliegue de redes VDSL.

En el último año ha habido un incremento del 29% en los hogares con contrataciones de servicios de muy alta velocidad (> 100 Mbps), alcanzando una cuota del 24%. A este ritmo de crecimiento, se estima que, en 2020, la penetración de este servicio en los hogares sería aproximadamente del 52% y España sería el único país en lograr alcanzar uno de los objetivos de la Agenda Digital Europea, que contempla que un 50% de los hogares tenga contratados servicios de una velocidad superior o igual a 100 Mbps en 2020.

En el ámbito de las comunicaciones móviles, la inversión en redes 4G en España se inició en 2012 y, gracias al importante esfuerzo del sector, en 2018 la cobertura de los principales operadores –Orange entre ellos- alcanza al 97% de la población.

En esta evolución del sector ha tenido un papel decisivo la actividad de Orange. Como señala su Consejero Delegado, Laurent Paillassot, “hace dos décadas nos propusimos ser un actor principal en el cambio económico y social en España. No solo hemos sido partícipes de la evolución de este mercado tan retador, sino que queremos seguir creciendo con él, a la vez que innovamos para un futuro que se nos presenta incluso más desafiante”.

Por su parte, Fernando Huerta, socio de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones de Deloitte, sostiene: “Los últimos 20 años del sector ‘telco’ muestran cómo la liberalización del mercado, el impulso de infraestructuras y la innovación son clave para el desarrollo de las personas, la sociedad y la economía nacional. La apuesta colectiva de este sector ha situado a España a la vanguardia de Europa. El reto del futuro será responder a los nuevos desafíos, transformación y digitalización, y necesitarán al sector de las telecomunicaciones para hacerlo posible”.

Orange, un actor decisivo en la economía y la sociedad españolas

El inicio de la actividad empresarial de Orange, el que hoy es el segundo operador de las telecomunicaciones en España (en términos de ingresos, clientes y despliegue de infraestructuras), tiene su germen en el propio inicio de la liberalización de este sector en 1998. En dicho año, Uni2 (filial de France Télécom) pasó a convertirse en la tercera compañía de telefonía fija del país. En octubre de 1999, la firma entró también con fuerza en Internet, gracias al lanzamiento de Wanadoo para ofrecer servicios de acceso a la Red.

 A partir de ahí, la empresa que hoy es Orange –marca que se lanzó en España en 2006- siguió una estrategia imparable de crecimiento con la integración de nuevas compañías –eresMas, Amena, Ya.com, Jazztel, Simyo…-, inversión en infraestructuras e innovación en productos y servicios, hasta convertirse en el que hoy en el segundo operador convergente del mercado español y uno de los principales referentes del liderazgo de España en Europa en convergencia y en el despliegue de redes de fibra óptica y 4G.

Orange opera hoy en España con cuatro marcas principales -Orange, Jazztel, Amena, Simyo, a las que se ha sumado recientemente República Móvil-, todas ellas con un posicionamiento diferenciado y que responde a las necesidades de distintos segmentos en un mercado cada vez más sofisticado.

A lo largo de estos 20 años, la compañía se ha convertido en uno de los principales actores del sector en España, donde ofrece sus servicios a más de 20 millones de clientes y acumula una inversión superior a los más de 31.000 millones de euros en valor corriente (26.100 millones de euros) [Valor corriente (2017) aplicando el IPC Armonizado (INE)] incluyendo adquisiciones de compañías.  

En términos de empleo, Orange cuenta ya en España con más de 5.500 trabajadores directos, que, sumados a los más de 1.700 que hacen labores de atención al cliente para la compañía fuera de España, forman una plantilla total de 7.309 puestos de trabajo directos (a 30 de septiembre de 2018).

Además de los empleos directos, la actividad de Orange –tanto desde el punto de vista comercial como de despliegue- genera una cantidad de puestos de trabajo indirectos cada año en España, que en el periodo entre 2009-2017 se estima en una media anual superior a los 32.000 empleos indirectos (más de 7 puestos adicionales por cada empleo directo generado).

En relación con la fiscalidad, la aportación total de Orange al tesoro público entre 2006 y 2017 ascendió a más de 2.045 millones de euros, que se desglosan en impuestos directos (293 millones de euros) e imposición sobre las telecomunicaciones (1.752 millones de euros). Los impuestos más importantes a los que Orange hace frente son el Impuesto de Sociedades, las aportaciones por tasas de utilización del espectro y la tasa de financiación de la Corporación RTVE.

Han sido varios los factores que han convertido a Orange en una historia de éxito en España

El primero es el decidido compromiso de la compañía con el desarrollo socioeconómico del país a través de la extensión de las infraestructuras de fibra óptica y 4G, para que cada vez más personas en el país disfruten de las tecnologías de comunicación, fijas y móviles, más avanzadas. En concreto, el buen ritmo de la factoría de fibra de Orange le permite ser hoy el primer operador alternativo de infraestructuras fijas de nueva generación en España, con 13,3 millones de hogares y negocios conectados con fibra óptica a 30 de septiembre de 2018.

Gracias a ello, la compañía ha ampliado sus planes de despliegue FTTH en España, de 14 millones de hogares con fibra en 2018 a 16 millones en 2020, afianzando así su posición como el primer país en huella de fibra del Grupo Orange y la segunda mayor red de fibra propia de Europa.

Esta apuesta de Orange por las redes de nueva generación se extiende también a la red móvil 4G, para alcanzar ya con esta tecnología al 97% de la población española. De esta forma, la inversión total de Orange en fibra y 4G se cifrará en 4.100 millones de euros en 2020, reafirmándose así como uno de los principales inversores extranjeros en España y un referente en innovación en el país y en el conjunto de Europa.

Otro factor que ha impulsado el crecimiento de Orange en España es su apuesta por la flexibilidad y su dinamismo para llegar con distintas estrategias a los diferentes segmentos de clientes, desde solo móvil a convergente.

De cara al futuro, Orange apuesta  por el desarrollo y la aplicación de tecnologías tales como el 5G, el Cloud, el Big Data, el Internet de las Cosas o la Inteligencia Artificial, y la diversificación hacia nuevos negocios como la banca móvil o los servicios de hogar conectado.

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