Gonzalo Torralbo, director de Recyclia: «La recuperación de materias primas es un reto necesario»

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Los residuos electrónicos (RAEEs) son los materiales que quedan cuando tiramos a la basura aparatos eléctricos o electrónicos. Una lavadora, el taladro que ya no gira o los teléfonos viejos son ejemplos de ello. Los móviles suponen un reto especial. Tanto por su popularización hace tiempo como por su tasa de renovación: todos llevamos uno en el bolsillo y en menos de tres años lo cambiaremos por otro modelo tirando el anterior.

Aprovechando el Día Mundial del Reciclaje (17 de mayo), y para saber qué se hace con los teléfonos móviles que ya no tienen uso, hemos hablado con Gonzalo Torralbo, director de Recyclia. Esta plataforma de recogida selectiva y gestión de residuos es la mayor de España. Recyclia aglutina proyectos como Tragamóvil, con la que Orange colabora a la hora de disminuir el impacto de estos residuos en el medioambiente a través de TeloReciclo, la iniciativa a través de la cual personas con discapacidad intelectual recogen teléfonos móviles en desuso.

 

-Cada vez se reciclan más móviles: ¿porque hay más residuos o porque estamos más concienciados con el medioambiente?

Creo que es por ambas cosas. Es cierto que la concienciación y la educación, después de tantos años –en los que se ha insistido en la necesidad de recuperar esas materias primas y por supuesto no deteriorar el medioambiente con aquellas que son nocivas para el mismo–, hace que el ciudadano sepa que esos móviles tienen una serie de materias primas escasas que hay que recuperar. Hace que estén más concienciados y tiren en el lugar adecuado aquellos móviles que ya no les sirven.

También es cierto que es un elemento de consumo. Cada vez existen más y los renovamos con más frecuencia. Por tanto, el volumen de teléfonos móviles es mayor. Se conjugan ambas cosas, pero si tuviéramos que identificar una de las razones nos quedamos con la concienciación ciudadana y el mayor conocimiento de las necesidades específicas del medioambiente.

 

-La gestión de RAEEs supone un reto, pero es necesario para disminuir nuestro impacto.

No es un reto fácil. La principal acción es la concienciación del usuario para depositar esos terminales en los lugares adecuados y destinados para ello, y buscar la motivación en el cuidado del medioambiente no siempre se entiende. La búsqueda de un retorno económico o la idea de participar en programas sociales que facilite el acceso a estos terminales a personas del tercer mundo han sido mayores que la propia motivación del cuidado del medioambiente.

Sin embargo, cada vez han tomado más fuerza aspectos medioambientales. Y la escasez de ciertos elementos en la naturaleza que ha ayudado a incrementar estos índices de recogida. Reportajes acerca del cambio climático, la desaparición de la capa de ozono, el calentamiento global… nos han acercado a pensar más en el cuidado de nuestro entorno y por tanto a mejorar en esa recogida selectiva, también de terminales.

Otros aspectos como las inversiones en plantas específicas y más precisas donde se optimice la recuperación de estos elementos y materias primas son un reto y una oportunidad que ha provocado un desarrollo de este sector con iniciativas e innovación en los procesos de reciclaje.

 

-Las tres erres nos dicen que antes de reciclar hemos de intentar reutilizar. ¿Dais una segunda vida a algunos terminales o a ciertas piezas?

Nosotros somos una entidad que responde a las obligaciones derivadas de la responsabilidad ampliada del productor. En este caso es el fabricante o importador de teléfonos móviles, cuya actividad principal es vender dispositivos.

El productor cada vez está más concienciado, al igual que el ciudadano, aunque para este actor hay más factores, además del medioambiental. Por ejemplo, fabricar teléfonos seguros y con garantías, que están obligados a ello.

El reciclaje per se y la recuperación de la materia prima es más sencillo que la reutilización: el teléfono móvil lo despiezas, lo separas, le retiras los elementos peligrosos y terminas extrayendo de él materia prima que se reincorpora a la fabricación.

Pero la recuperación de ciertas piezas del teléfono móvil, para su uso en reparación y servicios técnicos, es algo que ya se hace. Nosotros también lo hacemos, pero con las garantías legales mencionadas.

También existen unos objetivos concretos en la normativa sobre RAEEs para preparación para la reutilización. A través de gestores específicos autorizados para ello, y con unas condiciones específicas en relación a la seguridad y garantía de estos equipos reutilizados, se establecen unos canales concretos para reutilizar ciertos terminales. En nuestro caso son destinados generalmente a proyectos sociales como TeloReciclo, en colaboración con Orange.

Además de TeloReciclo como acción que llevamos a cabo fuera de los puntos de venta (a domicilio, empresas, colegios, instituciones,…), también se pueden depositar y entregar los móviles que ya no se utilicen en las tiendas Orange. Sea cual sea la opción escogida, con esta acción se contribuye a la inserción laboral de las personas con discapacidad intelectual y, por supuesto, al cuidado del medio ambiente.

-¿Cuál es el proceso de reciclado de un smartphone? Parecen tan compactos y complejos…

El proceso de reciclaje no es muy sencillo. En los teléfonos nos encontramos desde metales preciosos como oro y paladio hasta hierro y cobre.  Por otro lado, el plástico está también presente en altos porcentajes, además de elementos contaminantes como las pilas, que tienen su proceso de reciclaje independiente.

Una vez que entra en planta, se lleva a descontaminación. Elementos que pueden ser peligrosos para el medioambiente, como la pantalla o la batería, se retiran. La placa va a un proceso de triturado que ayuda a separar la parte férrica de no férrica, por ejemplo. Cada uno de estos elementos con mayor o menor índice de pureza va a plantas más especializadas donde se pueden extraer por procesos químicos  las diferentes elementos.

Es allí donde se extraen las microgramos de oro, paladio, tierras raras, etc. Todos estos elementos se incorporan de nuevo a la fabricación de otros teléfonos o de la industria en general.

 

-Cuando un teléfono se recicla, ¿a dónde van esas materias primas?

Depende del mercado. Por ejemplo, la fracción plástica de los equipos eléctricos y electrónicos, donde cada vez existe mayor innovación, hace que se utilicen determinados tipos de plásticos en la fabricación de estos equipos que ayuden al proceso del reciclado y al uso de ellos en otros procesos.

En cuanto a los metales y fracción de hierro, se incorpora en la industria con facilidad, donde es utilizada en otros procesos de fabricación de otros equipos y, por qué no, también teléfonos.

 

– Tengo un teléfono móvil que no uso en casa. No sé si funciona o no. ¿A dónde lo llevo?

Ahora mismo existen muchas tiendas de telefonía móvil donde tenemos nuestros contenedores. Los grandes operadores –como Orange– tienen programas que precisamente identifican aquellos teléfonos móviles que puedan tener una segunda vida o aquellos que van a reciclaje.

En tiendas donde se venden equipos eléctricos o electrónicos, hay unos contenedores donde se recogen estos residuos. Uno de estos contenedores está orientado al “pequeño aparato eléctrico o electrónico”, donde ahora estaría el móvil.

El nuevo real decreto de RAEEs prevé una nueva categoría específica para los pequeños aparatos TIC, donde estarían incorporados los teléfonos móviles, para hacer más efectivo el proceso, separando de forma selectiva desde el origen. De esta forma, podremos destinar a plantas específicas estos residuos donde se realiza un reciclado específico aprovechando de forma óptima estos elementos y materia prima recuperada.

Por Marcos Martínez (@euklidiadas)

 

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