En el año 2013, México reformó su constitución. Entre otras cosas, en ella se estableció que internet pasaba a ser un derecho. El acceso universal a la red quedaba garantizado por ley para, entre otras razones, acabar con la pobreza.
Con un 65% de población con acceso a internet, México está por encima de la media global (cercana al 59%, según Internet World Stats). De entre los casi 130 millones de mexicanos, un 41,9% es pobre y un 7,4% se encuentra en situación de pobreza extrema, de acuerdo con las cifras del Gobierno mexicano, ligeramente mejores que los porcentajes medios mundiales. En el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, ¿qué sentido tiene relacionar internet con desarrollo y bienestar?
El acceso a internet en el mundo
Desde el año pasado, hay más personas con acceso a internet que sin él. Atendiendo a los datos de junio de 2019, algo más de 4.500 millones de personas pueden acceder a la red en el mundo. Desde principios del siglo XXI, el acceso a internet ha crecido por encima del 1.000% gracias, sobre todo, al abaratamiento de la tecnología y las facilidades de despliegue de la conectividad móvil.
Pero los algo más de 3.000 millones de seres humanos sin internet no están repartidos de forma equitativa entre los diferentes países. Unos 800 millones se encuentran en África y cerca de 2.000 millones en Asia. El resto se reparte, sobre todo, entre América Latina y el Caribe. Los datos son todavía más abultados si observamos los extremos.
Suiza, con un 94% de penetración de internet, es de los países del mundo con mejor acceso a la red. Con una población similar, Burundi no llega al 5%. Ambos países ocupan también los extremos de la lista de producto interior bruto (PIC) per capita que elabora el Banco Mundial. De entre los 10 países más pobres del mundo (nueve africanos y Afganistán), tan solo en Mozambique se alcanza un 20% de penetración de servicios de internet. En Europa, no hay ningún país por debajo del 70%.
¿Puede internet reducir la pobreza?
“Existe un creciente consenso mundial de que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y particularmente internet, proporcionan grandes oportunidades para el desarrollo económico, político y social”. Así arranca la ONU la presentación de sus objetivos para aumentar el acceso a las TIC y reducir la pobreza.
No tenemos más que observar los casos de nuestros países (aquí un análisis del ejemplo de Europa) para ver que el acceso a internet está cambiando la forma en que nos organizamos, hacemos negocios, aprendemos, nos movemos o nos relacionamos. Así es el impacto directo de internet en el desarrollo y en la reducción de la pobreza.
- Reduce las barreras de comunicación en los negocios. Según el World Development Report del Banco Mundial, internet otorga facilidades para cerrar transacciones a escala mundial, acceder a nuevos mercados y encontrar nuevos clientes, sin disparar los costes para los comerciantes.
- Aumenta la productividad de las actividades económicas existentes. Internet no ha inventado el comercio. Pero sí ha logrado que las transacciones comerciales prexistentes sean más rápidas, más baratas y más eficientes. Esto contribuye también, directamente, a una gestión de la cadena de suministros más eficiente y a más facilidades en la gestión de recursos.
- Dispara la innovación a través de las economías de escala. Establecer un negocio en internet requiere una inversión inicial. Sin embargo, una vez dado ese primer paso, los costes no aumentan en la misma proporción que los ingresos, como sí sucede en muchos negocios físicos. Es lo que se conoce como economía de escala. Esto impulsa a su vez la innovación mediante el desarrollo de nuevos modelos de negocio y servicios.
- Aumenta la inclusión. Internet permite acceder a nuevas oportunidades laborales y actualizar conocimientos a bajo coste. Ha abierto nuevas formas de empleo, como el teletrabajo, que permiten una mejor conciliación de la vida familiar y laboral, así como el acceso a mejores empleos para personas con discapacidad.
- Aumenta la toma de conciencia sobre la pobreza. Por último, internet contribuye a dar voz a quienes antes no la tenían o tenían un alcance limitado. A pesar de la cantidad de bulos y fake news que circulan por la red, internet sigue siendo la mejor herramienta para acceder a la información y difundirla a nivel global.
Aumentar el acceso a internet en los países pobres
“Estar conectado mejora el acceso a la educación, a las oportunidades laborales y a una mejor atención médica. Y, aún más importante, ayuda a las pequeñas y medianas empresas a impulsar el comercio electrónico, alcanzando así nuevos mercados a menores costes”, señala Ratnakar Adhikari, director ejecutivo de la Organización Mundial de Comercio, en un artículo en el que desgrana las que para él son las medidas esenciales para aumentar el acceso a internet en el mundo.
Para él, el primer paso es apostar por la competencia en el sector de las telecomunicaciones. Esto contribuye a incrementar la inversión en infraestructura y atraer nuevos consumidores. El segundo consiste en reducir la burocracia apostando por la administración electrónica, facilitando el acceso de la población a la información. Por último, el tercer paso implica la elaboración de una estrategia digital en la que colaboren administraciones y el sector privado, así como inversores o donantes extranjeros, para expandir las infraestructuras de telecomunicaciones en los países en vías de desarrollo.
Más oportunidades, más eficiencia, más igualdad y mayor actividad económica. Según un estudio de Deloitte, alcanzar los niveles de conectividad de Europa y Estados Unidos en todo el mundo sacaría a 160 millones de personas de una situación de pobreza extrema.
Por Juan F. Samaniego
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