Cada año, se producen más de 300 millones de consultas en el sistema público de salud de atención primaria de España. En 2017, fueron 232 millones de consultas médicas y 132 millones de enfermería, según los datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Además, se registraron 30 millones de consultas de urgencia.
Todo lo relacionado con la salud gira, casi en exclusiva, en torno a los centros de atención primaria y los hospitales, tanto públicos como privados. Pero eso podría estar cambiando. La tecnología y las mejoras en la conectividad están permitiendo mejoras antes impensables en la monitorización, la atención a distancia y la descentralización de los servicios. Y esto acaba de empezar. Así es como el 5G va cambiar la medicina.
Las operadoras y el sector salud
“Los wearables, las consultas online seguras y los procedimientos en remoto, como la cirugía robótica, mejorarán el uso eficiente de los recursos y satisfarán las demandas de mayor comodidad y libertad de elección de los consumidores”, señalan en el informe ‘5G Healthcare’ de Ericsson. “Esta transformación tecnológica del sector sanitario ofrece también numerosas oportunidades para los operadores de telecomunicaciones”.
De hecho, según el mismo informe, las operadoras son consideradas como el principal aliado de futuro para los hospitales, las compañías aseguradoras y las compañías de tecnología médica. En el futuro cercano, de la mano de la mejora de las comunicaciones que supondrá el despliegue del 5G, las empresas de telecomunicaciones pasarán a formar parte inseparable de la cadena de valor de la industria médica. ¿Y qué supondrá para los profesionales y sus pacientes?
El impacto del 5G en la medicina
La quinta generación de redes móviles promete altas velocidades de transmisión, latencia prácticamente inexistente, alta capacidad de concentración de conexiones, bajo consumo energético, redes virtualizadas… En definitiva, el 5G abre la puerta a un nuevo nivel de conectividad. De acuerdo con el informe ‘From Healthcare to Homecare’, de Ericsson ConsumerLab, esta nueva potencia de comunicación cambiará para siempre el sector de la salud.
La descentralización de la atención médica
Casi la mitad de los pacientes crónicos preferiría poder ser atendido en casa o a través de una plataforma online que tener que ir regularmente a los centros de salud. Los datos del informe, basados en encuestas en Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, también señalan que dos tercios de los usuarios creen que los wearables pueden contribuir en gran medida a mejorar el monitoreo y la administración de las medicinas, reduciendo así la necesidad de las visitas al médico.
Las redes de nueva generación permiten mantener un control en tiempo real de la salud del paciente, así como convertir la telemedicina en una herramienta verdaderamente útil. Además, pueden mejorar la atención médica de todos aquellos que viven lejos de los núcleos urbanos, en donde se concentran las infraestructuras. Por otro lado, el acceso a los datos y a los dispositivos de monitorización, le da mayor control al paciente sobre su propia salud.
En definitiva, las mejoras en conectividad abren la puerta a que la atención médica se expanda más allá de los centros de salud. De hecho, un informe reciente de Market Research Future señala que el negocio de la telemedicina a nivel mundial crecerá a un ritmo del 16,8% interanual durante el próximo lustro.
Inteligencia artificial y cirugía robótica
Corría el mes de noviembre de 2014 cuando el hospital Clínic de Barcelona se convertía en el primer centro español en adquirir tecnología robótica. Desde entonces, la cirugía robótica ha avanzado mucho y se ha convertido en una realidad de muchos hospitales. Sin ir más lejos, otro centro barcelonés, el Vall d’Hebron, anunciaba el éxito de una operación de cáncer de pulmón en la que participó el robot Da Vinci Xi.
Sin embargo, contar con una conexión a internet estable y con gran capacidad es, hoy por hoy, una de las barreras para la adopción masiva de la cirugía robótica. Según el informe de Ericsson ConsumerLab, la baja latencia de las redes 5G hará posible no solo un mayor uso de robots médicos, sino también su automatización. Dado que la inteligencia artificial se nutre de grandes volúmenes de datos, contar con una red que garantice el acceso inmediato a las bases de datos médicas es clave.
“Las redes de nueva generación […] se convertirán en el vehículo de transmisión para una gran variedad de aplicaciones, incluidas las de monitorización remota a través de dispositivos portátiles médicos, la interacción virtual médico-paciente y la cirugía robótica operada a distancia”, señala el informe.
La centralización de los datos
El almacenamiento, el acceso y el análisis de los datos son cada vez de mayor importancia para la práctica médica. El despegue de internet de las cosas, la sensorización, el uso de dispositivos de monitorización o la atención en remoto no harán sino aumentar el volumen de dichos datos. Para que sean de utilidad para los profesionales, los pacientes y los gestores de hospitales y centros médicos, esta información deberá estar centralizada y actualizada constantemente.
Hoy por hoy, tal como señala el informe de Ericsson, las redes existentes no proporcionan la calidad de soporte necesaria para mantener una gran cantidad de dispositivos conectados enviando datos de forma constante a un repositorio central. Sin embargo, las redes 5G contribuirán a superar esa barrera.
La centralización de los datos supone también otra serie de desafíos, como la necesidad de contar con una red estable en todo momento (la medicina no puede permitirse una caída del servicio durante, por ejemplo, una operación) o las amenazas para la ciberseguridad de los datos privados y sensibles de los pacientes.
Además de todos estos cambios, la tecnología 5G permitirá el envío de archivos pesados (como las imágenes de escáneres) en un breve espacio de tiempo. O hará posible la traducción simultánea en remoto para salvar las posibles barreras lingüísticas entre médicos, enfermeros y pacientes. Una muestra más de cómo una mejor conectividad abre la puerta a mejoras generalizadas.
Por Juan Fernández
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