El futuro de la especie humana (y del planeta) se juega en las ciudades. Las necesitamos organizadas, limpias, eficientes e inteligentes. El futuro de las smart cities es ahora, y estas tres urbes han tomado la delantera.
En 2050, dos tercios de la población mundial vivirá en ciudades. 6.500 millones de personas, según los pronósticos que maneja la ONU. Hoy, las ciudades generan un 80% del PIB mundial, aunque ocupan solo un 3% de la tierra. A cambio, consumen entre el 60% y el 80% de los recursos energéticos y son responsables del 70% de las emisiones de dióxido de carbono.
Cada vez más ciudades establecen planes y estrategias para optimizar su consumo, ser más inclusivas, organizarse mejor, estar más conectadas y ser más resilientes. Planes y estrategias para ser smart en los que las infraestructuras de conectividad e internet de las cosas (IoT) juegan un rol clave. Analizamos tres casos de núcleos urbanos que parecen estar más cerca de aquello en lo que todas las ciudades deberían convertirse en el futuro.
Singapur, una nación smart y muy tecnológica
Hace medio siglo, Singapur era un lugar contaminado, sin tan siquiera un sistema de alcantarillado. Hoy es una de las ciudades más sostenibles del planeta y la urbe más tecnológica; un desarrollo que ha logrado gracias la planificación estratégica y al fuerte crecimiento económico experimentado desde los años setenta del siglo pasado.
La ciudad-estado ocupa el séptimo lugar en el índice ‘IESE Cities in Motion’, que analiza y clasifica 174 smart cities en todo el planeta. Pero es la líder absoluta en tecnología. “Es la que ofrece mayor velocidad de internet a sus ciudadanos; hay tres teléfonos móviles cada dos habitantes, posee un elevado índice de cultura de la innovación y dispone de un gran número de puntos de acceso wifi globales”, señala el informe.
Además de contar con una red robusta de fibra óptica y conectividad móvil en toda la isla, esta nación smart tiene hospitales robotizados en los que los humanos colaboran con máquinas, cuenta con una flota de taxis autónomos y dispone de jardines verticales y super árboles (como el que ilustra la imagen de portada) que regulan la temperatura absorbiendo el calor y recolectando agua de lluvia. “En esta ciudad hay un compromiso de las autoridades con la innovación. Se dice que la tecnología triunfa sobre la política”, añade el informe de IESE.
Singapur es, además, una de las ciudades más sostenibles del planeta, según ‘The Sustainable Cities Index 2018’, elaborado por Arcadis. Cuenta con una red eficiente de transporte público colectivo y monitoriza el tráfico y la contaminación en tiempo real mediante una red de sensores que cubre toda la ciudad y que permite tomar decisiones rápidas y mucho más ajustadas a la realidad de cada momento.
Londres, la ciudad más inteligente del mundo
Volviendo sobre el ranking de IESE, Londres aparece en 2019 como la ciudad más smart del planeta. Lo hace gracias a su tremenda proyección internacional, su capital humano, su sistema de transporte integrado y eficiente, su desarrollo tecnológico y su robustez económica. Sin embargo, sale mal parada en cohesión social y medioambiente. Su fuerza está, sobre todo, en la innovación.
“La capital británica alberga más start ups y programadores que casi cualquier otra urbe en el mundo y posee una plataforma de datos abiertos que utilizan al mes más de 50.000 ciudadanos, compañías, investigadores y desarrolladores”, indica el informe de IESE. También destaca a nivel movilidad, con un sistema de transporte integrado de metro, tren y autobús y una red futurista de conexión con su aeropuerto principal, los Heathrow pods.
El área metropolitana londinense tiene hoy más de 14 millones de habitantes, con 8 millones en la ciudad. Y la capital de Reino Unido tiene previsto superar la barrera de los 10 millones en 2030. Ante la creciente presión en los sistemas públicos y las infraestructuras, el gobierno municipal está desarrollando una estrategia a largo plazo denominada Smarter London Together.
Entre las acciones que desarrollará en los próximos años destacan la apuesta decidida por los datos abiertos para crear valor para la ciudad y los negocios, la sensorización de la ciudad para manejar información en tiempo real del tráfico o la calidad del aire y un plan detallado para atraer talento tecnológico y apoyar la formación digital de su población.
Songdo, la urbe sin coches al margen de los rankings
Nació como una alternativa a Seúl, como una versión pequeña de la capital surcoreana en la que todo funciona a la perfección. Songdo es todavía un experimento en marcha y no forma parte de los rankings habituales de smart cities. Pero eso no significa que no sea lo más parecido al futuro que tenemos en el presente.
Songdo empezó a construirse en 2002 y contó desde el principio con una fuerte inversión, alrededor de 35.000 millones de dólares. Hoy alberga unos 100.000 habitantes en un área de poco más de seis kilómetros cuadrados en la que, sin embargo, cerca del 40% de la superficie está dedicada a zonas verdes.
La eficiencia en la ordenación del espacio y la sostenibilidad de los edificios es clave (106 construcciones cuentan con la certificación LEED). Además, la mayor parte de espacios son de uso mixto, con el objetivo de que las viviendas nunca estén demasiado lejos de los lugares de trabajo y se pueda cubrir la distancia a pie. Para las que no, la ciudad cuenta con un sistema de metro y autobús eléctrico, que también la conectan con la cercana Seúl. Así que, en Songdo, no hay coches.
Pero lo que más llama la atención de Songdo es su sistema de gestión de residuos. No hay camiones de recogida de basura y los contenedores se vacían mediante un sistema de tubos neumáticos subterráneos. Los residuos que no acaban aquí, que son pocos, son recogidos por personal en bicicleta. Y todos pasan a una planta cercana donde se reciclan o se queman para generar energía.
Para cuando esté concluida el año que viene, Songdo emitirá la mitad de gases de efecto invernadero que Seúl (si tuviesen el mismo tamaño) y los edificios serán parcialmente autosuficientes (reciclarán el agua y acumularán parte de la energía que consumen de fuentes renovables).
La conectividad, la inteligencia de los datos, la tecnología aplicada a los servicios y a la gestión eficiente, la digitalización de los negocios y las habilidades de la población. Todos ellos elementos indispensables en las ciudades del futuro; y en algunas del presente.
Por Juan F. Samaniego
Imágenes | Unsplash/Yeo Khee, Larry Teo, James Padolsey, Wikimedia Commons/Piotrus