Los asistentes de reconocimiento de voz ya no tienen nada de inusual; forman parte del día a día en miles de hogares. Pero, ¿qué hay de los asistentes de voz en el coche? ¿Cómo se traslada la comunicación a la inmediatez de respuesta de los vehículos? Fácil: si podemos hacerlo con el móvil podemos hacerlo con la voz.
El desarrollo de las pantallas táctiles cambió la forma en la que interactuamos con nuestro vehículo. Los navegadores a bordo han simplificado y optimizado la forma en la que viajamos: los mapas de papel se convirtieron en píxeles y las órdenes navegando por menús, en peticiones a viva voz. Veamos qué pueden ofrecernos estos asistentes en carretera.
¿Qué es un coche conectado?
Un vehículo conectado es aquel que cuenta con acceso a internet y, por tanto, a sus distintas posibilidades de uso, bien porque integra dispositivos móviles (smartphones o tabletas) dentro del sistema o porque cuenta con su propio navegador interno. La conectividad suele resolverse, en el caso de la inalámbrica, mediante bluetooth. La conectividad alámbrica, en cambio, suele llevarse a cabo a través de USB para datos y jack de 3,5 mm para audio.
En la actualidad, los asistentes virtuales en el coche nos dan la posibilidad de dejar el móvil a un lado y comunicarnos íntegramente con nuestra voz. Tareas cotidianas como ir al trabajo no requieren una gran planificación, pero estos asistentes pueden ayudarnos a redactar oralmente nuestra agenda, hacer llamadas mediante manos libres, ir haciendo la compra según recordemos productos, poner el horno a precalentar y reproducir una lista de canciones inspiradora.
De hecho, según varios estudios, como este último informe del AIMC, los usos más frecuentes están directamente relacionados con hacer una llamada, preguntar por direcciones, enviar un mensaje de texto (como un WhatsApp) y reproducir música o estaciones de radio.
Todo lo que puede hacer un asistente virtual en el coche
Quizá uno de los usos más comunes sea utilizar el asistente como un DJ: pedirle que reproduzca tal o cual disco. El sistema conectará con los servicios que estén asociados, como Amazon Music, Apple Music o Spotify. También podemos pedirle que ejecuten esa playlist de rock o música clásica con el nombre “barroco tardío”, que reproduzca podcasts asociados o le de al play de emisoras de radio como las de TuneIn. También puede leernos audiolibros o ejecutar sonidos relajantes y ambientales.
Fuera de lo meramente musical podemos pedirle que haga una llamada por nosotros, dando el nombre que figura en la libreta de direcciones del smartphone o el teléfono directamente. Si esa persona no contesta podemos pedirle que deje un mensaje de texto o audio concreto.
Gracias a la geolocalización, también podemos pedirle que nos diga dónde está el servicio más cercano dentro de cualquier tipología, como restaurantes, tiendas de ropa, gasolineras, áreas de descanso, etc. Más aún, si no sabemos cómo llegar a una ciudad, el asistente virtual se valdrá de la herramienta vinculada para decirnos la cantidad de kilómetros, nombres de carreteras, desvíos y todo lo concerniente al GPS que necesitemos saber.
Si nos preocupa que mañana pueda llover, a través del servicio podemos preguntar por el tiempo o consultar la climatología en general, además de solicitar que nos cuente las últimas noticias del momento (lo que en Google sería el perfil Discovery) e incluso entretener a los pasajeros con juegos como Trivial, Hundir la flota, verdadero o falso, Akinator y Simon.
Si nuestro asistente virtual forma parte de un sistema conectado, desde el coche podemos dar órdenes a la domótica del hogar. Por ejemplo, para los frigoríficos y lavadoras más avanzados podemos pedir que revise si falta un alimento, pedirle que haga un prelavado, que vaya encendiendo la calefacción (siempre y cuando cuentes con un termostato inteligente) y que active las luces del porche (siempre y cuando tengas luces conectadas al wifi).
Cientos de opciones
Si algo no falta son alternativas: los asistentes integrados dentro del vehículo, aquellos que dependen del smartphone u otro dispositivo integrado, y aquellos que, simple y llanamente, son navegadores GPS con control de voz integrado. Estos últimos, además, evitan que se gaste la batería y no consumen datos de la tarifa móvil. Marcas como Mercedes-Benz, Audi y BMW apuestan por sus propios sistemas y compatibilidad con otros como Android Auto o Carplay, el estándar de Apple.
En este sentido, Carplay es la mejor alternativa para los usuarios de iPhone, ya que tanto su interfaz como su comunicación con otros desarrollos está enfocada a este tipo de perfiles. Google Android Auto, en cambio, está más orientado a usuarios Android. Nuance también es una avanzada alternativa con un sistema de reconocimiento biométrico.
AutoMate, Android Auto, JBL Link Driv, Chris y German Speak de Herman AutoLabs (los cuales garantizan un servicio de mapas del mundo, actualizados sin coste adicional para toda la vida), Anker Roav Bolt, Echo Auto, el recién estrenado sistema que incorpora Alexa al vehículo o incluso Cortana son algunas más.
La ventaja de estos asistentes es que la mayoría pueden usarse en cualquier vehículo (salvo los diseños en sistemas únicos y no compatibles con otros fabricantes, como en el caso de Ford o GM). Como apunta un estudio publicado por JD Power, si ese asistente coincide con el mismo que hay en el hogar, el interés de compra de un vehículo se dispara hasta el 60%. La familiaridad es clave.
Por ISRAEL FERNÁNDEZ