Ese momento tan mágico como complicado que supone renovar el televisor, en el que se disfruta con solo pensar en las mejoras de calidad en nuestras series y videojuegos. Al mismo tiempo nos rodea la preocupación por tener que superar el presupuesto inicial o no saber cuál es el tamaño ideal para el espacio del que disponemos.
En muchos hogares sigue siendo la pantalla más importante, ya que le damos el rol de centro de información principal. También sigue siendo en algunos casos donde más entretenimiento se consume. Es comprensible que la elección de un modelo nuevo no sea trivial, como tampoco lo es su emplazamiento.
Es una prioridad para todos realizar una criba en la selección a partir de especificaciones como la resolución de pantalla, el diseño, las tecnologías que estrena y las pulgadas en su diagonal. Se suele apostar por televisores más grandes que el modelo que se va a sustituir, pero casi tan importante como eso es estudiar el lugar donde va a ser instalada.
¿A qué distancia hay que colocar el televisor?
(Samsung)
El tamaño importa mucho, no solo por ver los contenidos con un tamaño mayor, también por el espacio disponible. Igual de incómodo puede resultar una pantalla gigante a un metro de la cara, que una muy pequeña al fondo de un gran salón.
Elegir el tamaño adecuado depende de tres factores: las pulgadas en su diagonal, la resolución de pantalla y la distancia de visionado. Por fortuna existen unas medidas realizadas en consenso por los fabricantes de televisores, que ayudan a elegir el tamaño de pantalla según la distancia que tenemos a nuestra disposición.
En la siguiente tabla tenemos las recomendaciones de distancia. Se puede comprobar con facilidad las grandes diferencias que existen según el tamaño de panel elegido – de 19 a 85 pulgadas – y la resolución, que puede ir del HD de teles más antiguas al UHD en las pantallas más modernas.
Su interpretación es tan sencilla como elegir la distancia que tenemos en casa del sofá al televisor, algo que encontramos en la primera columna. A continuación seleccionamos la columna relativa a la resolución de nuestro nuevo televisor y obtendremos en la unión que propicia la tabla el tamaño que se amolda mejor a esa distancia.
Beneficios de apostar por el 4K
La gran mayoría de televisores que podemos comprar hoy en día presume de resolución 4K, también conocida como UHD. En la tabla anterior queda clara la necesidad de tener en cuenta este aspecto, ya que nos está ofreciendo cuatro veces más resolución que un televisor Full HD.
Traducido al escenario en el que se mueve este artículo quiere decir que contamos con una imagen con mayor detalle e importa menos la distancia de visionado: es posible situarse más cerca sin descubrir el desagradable pixelado.
¿Existe una posición y una altura ideal?
Dependiendo de la tecnología del televisor los ángulos de visión van a ser mejores o peores, pero lo que no cabe duda es que la posición ideal es frente a él. Lo idóneo es que la pantalla quede dentro de un ángulo de 30 grados de nuestro campo de visión.
¿Qué hay que saber al respecto de la altura? Las recomendaciones apuestan por una posición para la altura de los ojos de una persona que se encuentre sentada, al nivel del centro de la pantalla.
Es algo que no tenemos en cuenta en instalaciones que van colgadas en la pared, o cuando se compra el mueble o mesa donde va a descansar. Una posición muy alta o baja termina generando posturas de visionado inadecuadas.
Cuidado con el calor y la iluminación en la estancia
Un televisor es un dispositivo electrónico, genera su propio calor y necesita estar aireado para tener una vida más larga. Por esto es importante evaluar las posibles fuentes de calor que hay en el lugar donde lo vamos a colocar.
No solo acortamos la vida de la tecnología que llevan muchos televisores. También puede afectar a la calidad de visualización. Los paneles generan un nivel de brillo alto para que la imagen se vea mejor, pero si detecta que hay mucho calor la tele puede bajar ese brillo con la intención de refrigerarse.
Las habitaciones perfectas que nos enseñan en publicidades muestran al televisor como un elemento armónico más en el diseño general. A veces se olvidan de que no es buena idea colocarlas sobre la chimenea o un calefactor, lo que pone en riesgo la integridad de la tele.
Lo mismo sucede en otras estancias de la casa, como la cocina con la vitrocerámica o el horno, o una ventana en la que tenemos un sol constante calentando nuestro televisor.
Otro apartado descuidado a la hora de colocar nuestro nuevo televisor, o de reubicar el que ya tenemos, es la incidencia de la luz en la habitación. La idea es que la superficie del panel quede perpendicular a la ventana, nunca enfrente, ya que nos crea más reflejos que inciden en la experiencia.
Por Kote Puerto
Imágenes | Jens Kreuter | Samsung | Jose Aljovin