¿Quién inventó el teléfono?

Consejos y trucos

Si juntáramos a los sabios y expertos más importantes del planeta y les pidiéramos que hicieran un top 10 de los inventos más importantes de la historia, no cabe duda de que podríamos sacar como factor común el teléfono. 

Con independencia de que sea el primero que se creó, el que había en casa de la abuela o el iPhone de última generación, todos han sido una herramienta clave en el proceso de globalización, acortando distancias y conectando a las personas sin importar su ubicación.

El terminal inteligente que tenemos siempre en el bolsillo lo conocemos muy bien, por eso queríamos rebobinar en la fascinante historia de la tecnología para conocer el controvertido origen del teléfono

¿Quién fue el verdadero inventor del teléfono? 

Hay dos hombres a los que adjudican la creación o nacimiento del teléfono. El primero es el más conocido por todos, Alexander Graham Bell, que por muchos años ha ostentado el título de inventor. El otro es Antonio Meucci, que tiene razones de peso para llevarse el honor. 

Antonio Meucci: reconocido tarde, pero inventor oficial

Nos tenemos que remontar a 1854 para conocer la creación de un aparato que conectaba la oficina de Meucci con su dormitorio, que estaba en otra planta. El italiano quería establecer una manera de comunicar ambas estancias para estar en contacto con su esposa, inmovilizada por una enfermedad.

El principal problema que se encontró Meucci no fue el invento en sí, sino la patente del mismo, ya que no tenía el dinero suficiente para realizarla. Hizo esfuerzos importantes para conseguirla y muchas demostraciones públicas del artilugio, que fue conocido como teletrófono.

Alexander Graham Bell, el primero en patentarlo

La realidad es que el invento de Meucci funcionaba, pero diferentes episodios demoraron la patente. El más relevante es el que llevó a su prototipo a las oficinas de Western Union, donde se comenta que cayó en manos de Alexander Graham Bell.

Sea como fuera, el poderoso Bell fue el primero en patentar la idea un 7 de marzo de 1876. En su documento no describe el teléfono como tal, pero sí un aparato que transmitía sonidos por un cable a través de señales eléctricas.

El Congreso de Estados Unidos reconoció la contribución de Meucci

En cuanto Meucci conoció la noticia de la patente luchó hasta los últimos años de su vida por el reconocimiento de su trabajo. Por desgracia, falleció sin recibir la gloria que se merecía. Siempre estuvo lastrado por su escaso conocimiento del inglés y su poca desenvoltura ante los temas legales.

Tenemos que llegar hasta el verano de 2002 para conseguir un reconocimiento oficial: el Congreso de los Estados Unidos aceptó la contribución de Antonio Meucci en la invención del teléfono, habiendo demostrado y publicado su invento en 1860.

Cómo se inventó el teléfono e hitos en su evolución

¿De dónde salió el teletrófono? En 1849 Meucci realizó diferentes conexiones con alambre de cobre entre él y un paciente. Colocaba un extremo en la boca del atendido, mientras él se situaba en otra habitación ejecutando la misma operación. Había una cuarta terminal unida a un magneto que efectuaba una descarga.

Lo curioso para Meucci es que cuando se hacía la descarga, además de hacer saltar de la silla al paciente, este hablaba y las vibraciones que producían sus palabras llegaban hasta su boca. Había conseguido transportar el sonido.

Lo siguiente era mejorar la calidad de envío y recepción, por lo que trabajó en multitud de prototipos hasta llegar a lo que conocemos como teletrófono, que es el artilugio que usó para comunicarse con su esposa

Entenderemos mejor el funcionamiento con la descripción del propio Meucci: «Consiste en un magneto electrificado por un hilo en espiral y un diafragma vibratorio. Al vibrar los sonidos de las palabras, el diafragma actúa sobre la corriente, generando interrupciones muy rápidas de la electricidad, como las vibraciones del diafragma. Estos cambios de corriente, al llegar al otro extremo, provocan vibraciones análogas al diafragma receptor, que reproduce las palabras».

El teléfono es un aparato que no ha dejado de evolucionar a la par que los avances tecnológicos de nuestra sociedad desde el siglo XIX. Podemos establecer algunos hitos importantes:

Cómo funcionaba un teléfono antiguo

Para que un teléfono fijo funcione, son necesarios dos cables de cobre que sirven para transmitir señales y voz. Mientras el teléfono descansa en la base, un condensador limita la corriente que llega hasta el timbre e informa a la central telefónica local de que está colgado.

El sonido se va a transmitir por esos mismos cables que activan el timbre. Una parte vital es el auricular, que contiene el micrófono que permite que los pulsos de sonido se conviertan en eléctricos. En el proceso inverso, tenemos el receptor, que transforma la corriente modulada de forma audible en ondas sonoras y se escuche la voz. 

Cuando se produce una llamada entrante, la central telefónica local envía una sobretensión de corriente alterna a la base, que anula el condensador y el timbre comienza a sonar. Cuando se levanta el teléfono, el interruptor en la base transfiere las sobretensiones eléctricas de corriente alterna a corriente continua, lo que permite la transmisión de voz a través de los dos cables

El declive del teléfono fijo en la actualidad

El ‘fijo’ de casa ha sucumbido al poder del teléfono móvil. En estadísticas del año pasado compartidas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) podemos comprobar que desaparecen 320 líneas al día. Desde el año 2000 han desaparecido cerca de 800 000 líneas domésticas.

La pandemia le ha dado un respiro al fijo, ya que se ha experimentado un incremento de su uso, con más llamadas y más minutos. Es algo lógico teniendo en cuenta la cantidad de horas que hemos pasado en casa. De igual manera, la utilización del móvil se multiplicó.

La tendencia es que el fijo desaparezca desde el punto de vista de la infraestructura y nuestro principal método para realizar llamadas sea el móvil. En la actualidad hablamos los mismos minutos al día con un teléfono móvil que en el año 2000 con el teléfono fijo.

Al margen de darle la vuelta a la tortilla en minutos de empleo, tenemos que reconocer que al público más joven le gusta mucho menos hacer llamadas. La nueva comunicación se basa en aplicaciones de mensajería instantánea y el envío de audios grabados.

Por Kote Puerto

Imágenes | Jez Timms | Miryam León | Eddy Billard | Officine Galileo | Alexander Graham Bell | Antonio Meucci | Nastya Dulhiier

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