La necesidad de mantener la privacidad y el anonimato en internet está haciendo que cada vez recurramos más al proxy.
En esencia, un proxy es un servidor que ayuda a mantener la privacidad mientras navegamos por internet. Se trata de un programa o dispositivo informático que se interpone entre el equipo del usuario o internauta y el servidor de destino en internet. Por ejemplo, si entramos en una página de venta de coches de segunda mano, pero no queremos ser identificados y que terceras partes sepan que hemos estado allí, un proxy será nuestro mejor aliado.
¿Para qué sirve un proxy?
El servidor proxy es el que pedirá al servidor de la web de destino que nos muestre esta o aquella información, por ejemplo. Y, al mismo tiempo, ocultará a la página que consultamos quién está haciendo esa petición.
La labor fundamental de un proxy es esconder la dirección IP del equipo desde el que se navega. En la página de destino no sabrán nuestra IP, que es la matrícula que identifica a un dispositivo en internet, sino la del proxy. De esta forma, con un proxy podremos hacernos pasar por un internauta de un país distinto y acceder a contenidos que, por nuestra procedencia, tenemos bloqueados en ciertos sites. Además, los proxies bloquean elementos de las webs, como las cookies, lo que permite navegar por ellas de una forma más anónima y también más rápida, pues los tiempos de carga se reducen.
Cómo encontrar un proxy
En internet hay listados de proxies gratuitos. De todas formas, hay que matizar el asunto de la gratuidad. Porque, como casi siempre en la vida, lo barato puede salirnos muy caro. Aunque es verdad que muchos servicios de proxy no cobran una tarifa mensual, estos servidores sí registran, en cambio, las direcciones a las que accedemos y conocen lo que hacemos mientras navegamos. Y eso luego les puede venir bien para mandarnos publicidad y realizar análisis de comportamiento. E incluso para otros fines, que podrían ser incluso maliciosos. No conviene olvidarlo.
Si queremos más seguridad y evitar ser baneados o bloqueados por Google, o estar expuestos a malware, lo mejor es optar por proxies privados de pago que vamos a utilizar en exclusiva.
Diferencias entre proxy y VPN
Sin embargo, si queremos más seguridad, tendremos que optar por instalar una red privada virtual o VPN. Este servicio, que se ofrece también en internet de forma gratuita o de pago, cifra absolutamente todo el tráfico que pasa por ellas, y no solo la IP original.
En realidad, la VPN (siglas en inglés de virtual private network) crea un túnel entre el equipo del internauta y el servidor web al que accede. Y no permite a nadie ver nada de lo que ocurre en su interior. En el fondo, una VPN es una solución mucho más completa, pues no solo oculta la IP, sino que también cifra el contenido de las comunicaciones.
Cómo usar un proxy en Windows 10
Por último, vamos a ver brevemente cómo se instala un proxy. Instalar manualmente un servicio de este tipo en Windows 10, que es el sistema operativo que cargan hoy la mayor parte de los ordenadores personales, es relativamente sencillo. Para ello, hay que ir al menú de Configuración (pulsando la tecla de Windows + I). Y luego hay que pinchar en Red e Internet > Proxy.
En Configuración manual hay que activar la opción “Usar servidor proxy”. Una vez ahí, en el campo de Dirección hay que introducir el nombre del servidor proxy o la dirección IP. Y en el campo Puerto, hay que introducir el número de puerto del proxy. En un cuadro también podremos consignar las páginas web que queremos excluir de la navegación con el proxy. Y solo nos quedará que hacer clic en Guardar para completar la instalación. Windows también permite configurar el proxy de forma automática. Para ello hay que seguir también la ruta Configuración > Red e Internet > Proxy.
Configuración en MacOS
Si tenemos un Mac, configurar un servidor proxy también es un proceso relativamente sencillo. Hay que seguir esta ruta: Apple > Preferencias del sistema > Red. Luego tenemos que seleccionar la conexión de red que usamos de la lista que se nos da. Si deseamos configurar proxies mientras estamos conectados a la wifi, tendremos que seleccionar esa opción. Aunque también podremos optar por Ethernet si queremos protegernos cuando navegamos conectados por cable.
Posteriormente, hacemos clic en el botón de Avanzado (abajo a la derecha) y señalamos Proxies. Desde ahí el sistema podrá descubrir automáticamente servidores proxy. Si tenemos una dirección determinada, seremos nosotros los que podremos ingresarla manualmente en el cuadro URL. También es posible habilitar un nombre de usuario y contraseña para acceder al servidor proxy. Así como decirle al sistema qué dominios específicos o servidores pueden quedar fuera de la acción del proxy.
Por Juan I. Cabrera
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