La digitalización del negocio avanza a diferentes velocidades. En función de donde se mire, los datos son más o menos positivos. Pero casi todas las empresas son conscientes de que no pueden perder el tren de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
En España, al igual que en la mayoría de los países europeos, ciertos sectores han apostado fuertemente por la digitalización. Sin embargo, muchas empresas todavía dan pasos tímidos y algunas incluso no se plantean la integración de las TIC en su negocio. ¿Qué hacer para ponerse al día lo antes posible? La digitalización se juega en muchos frentes, pero algunos son más importantes que otros.
Los datos de la digitalización
Finlandia, Suecia, los Países Bajos y Dinamarca tienen las economías digitales más avanzadas de la Unión Europea. España no está en el furgón de cola (que ocupan Polonia, Eslovenia, Rumanía y Bulgaria), sino en la zona media de la tabla. Según ‘The Digital Economy and Society Index’, España ocupa el puesto número 11 de 28 en el ranking de digitalización de la economía. Destaca, sobre todo, en el capítulo de conectividad de las empresas y la peor nota la obtiene en la disponibilidad de talento digital.
De acuerdo con el informe ‘Indicadores Digitales en la Empresa’ elaborado por IDC, el 62% de las empresas españolas (de micro a grandes corporaciones) está llevando a cabo un proceso de transformación digital. Del resto, un 15% asegura que acaba de empezar a implementar una estrategia digital, un 14% está planteándose cómo llevarla a cabo y un 9% no lo tiene en sus planes inmediatos.
Esta transformación digital es bastante desigual. Las grandes empresas avanzan a mejor ritmo que las pequeñas. Y la transformación se ralentiza en fases más avanzadas de la digitalización. Según el ‘Observatorio de Competitividad Empresarial’, obra de la Cámara de Comercio de España, “las empresas españolas han superado la primera fase de la digitalización, ya que sus niveles de conectividad y equipamiento son altos. Sin embargo, cuando se abordan cuestiones más complejas como la utilización de software de desarrollo empresarial o aplicaciones de gestión, los niveles son sensiblemente menores”.
Y es que es en los usos de la tecnología digital donde reside su potencial transformador. Poseer la tecnología no supone ninguna mejora por sí mismo. Para las empresas señaladas en el informe de IDC, las prioridades de inversión en tecnología deben ir encaminadas a optimizar las operaciones de la compañía, mejorar las relaciones con el cliente y buscar nuevos modelos de negocio.
¿Por dónde empezar la digitalización?
Casi una de cada cuatro empresas españolas no ha iniciado su digitalización. Diseñar una estrategia de transformación no es tarea sencilla. ¿Qué áreas priorizar? ¿Por dónde empezar? ¿A dónde destinar la inversión? Un informe de Harvard Business Review ha estudiado las principales estrategias digitales (que han tenido éxito) y ha señalado una serie de factores diferenciales. Según la publicación, estas son las tres estrategias prioritarias para subirse al tren de la digitalización e impulsar el negocio gracias a las TIC.
Apostar por una organización ágil
Utilizar la tecnología para convertirse en una compañía agile y con capacidad para reaccionar rápidamente a los cambios del mercado. “La agilidad de la organización es la clave para asegurar beneficios y un Ebitda positivo durante el proceso de adopción digital”, señalan desde Harvard Business Review.
Las metodologías ágiles son el mejor ejemplo de cómo obtener un resultado positivo de la digitalización. Gracias a la tecnología, estos métodos de trabajo facilitan la gestión de equipos en entornos que están en constante cambio, ayudan a mejorar los resultados y los tiempos de acción, y contribuyen a fortalecer el compromiso de los empleados.
Fusiones y adquisiciones de compañías digitales
Aunque es un instrumento de difícil acceso para pymes, la fusión con una compañía digital o su adquisición puede convertirse en una palanca efectiva de digitalización para las grandes empresas. Según el informe, la incorporación de los procesos y el talento de una compañía digital a una compañía tradicional aumenta la escalabilidad del negocio y refuerza la posición frente al a competencia. Para Harvard Business Review, apostar por una fusión o adquisición de una compañía no digital puede tener el efecto contrario: ralentizar los esfuerzos transformadores de la organización principal.
Aceptar la presencia de empresas digitales
Ante la emergencia de las plataformas digitales, incluyendo aquellas que son competencia, existen dos estrategias: resistirse o cooperar. De acuerdo con las conclusiones del informe, la primera es demasiado arriesgada. Solo alrededor de un 10% de aquellas compañías tradicionales que decide plantar cara a sus competidores digitales consigue crecer y superar a la competencia.
Aceptar la presencia de empresas nativas digitales y cooperar con ellas es una forma más segura de generar beneficios. Sin embargo, advierte Harvard Business Review, no se debe fiar toda la transformación digital a colaborar con compañías digitales. Si algo sale mal, la empresa tradicional estará en el punto de partida y sin planes para acometer la digitalización.
En definitiva, apostar por una organización ágil, incorporar talento digital mediante una adquisición o colaborar con talento digital emergente. Tres atajos para dar un primer paso en la transformación tecnológica. Pero ni mucho menos estrategias que deban implementarse de forma aislada y sin un plan de continuidad.
Por Juan F. Samaniego
Imágenes | Unsplash/Nastuh Abootalebi, Riccardo Annandale, Patrick Perkins
