El reto de la geolocalización en la ganadería

Innovación

El uso de la monitorización en el sector ganadero es clave en varios sentidos. Por un lado, mejora el bienestar animal, ya que, al tener controlado al ganado en tiempo real, es posible actuar rápidamente frente a problemas como la pérdida de una res o un accidente. Además, ya existen dispositivos que verifican sus parámetros de salud y diagnostican enfermedades, estrés térmico, sed, malnutrición…

Por el otro, la geolocalización en la ganadería facilita la labor de los propietarios, un trabajo marcado por largas jornadas en inevitable aislamiento. Tener localizados a sus animales y, sobre todo, estar comunicado en zonas en las que la cobertura móvil puede ser escasa reduce las bajas laborales, incrementa la productividad y minimiza costes y esfuerzos.

¿Cómo funciona la geolocalización en la ganadería? 

La solución más extendida viene de la mano de internet de las cosas (IoT), con dispositivos con localizador GPS. Estos se colocan en el cuello de la res y se sirven de la red GSM o de las conexiones vía satélite para facilitar la máxima cobertura en zonas de pastos y montes. Los collares recogen información sobre la localización y el estado del animal y se la comunican al ganadero mediante una aplicación móvil o vía web.

En España, una de las herramientas más usadas es la que ofrece la empresa Digitanimal. Su sistema de monitorización muestra la posición actual y el recorrido realizado en las últimas 24 horas, un historial de ubicaciones muy útil para conocer los pastos que prefiere el ganado o las potenciales zonas de peligro.

Además, se sirve de ‘vallas’ virtuales que delimitan las zonas por las que los rebaños pueden desplazarse con seguridad y que activan avisos si estos abandonan la demarcación. Incluye otro tipo de alertas, como las referidas al control de temperatura y la pérdida o robo del animal. 

Durante el temporal Filomena el pasado mes de enero, las soluciones de geolocalización para la ganadería fueron fundamentales para encontrar a animales que habían quedado perdidos y aislados durante las nevadas. Salvar sus vidas significó paliar las pérdidas económicas de sus dueños.

Atención a los partos y a la alimentación

La empresa Medria también está especializada en este tipo de instrumentos. Su software es capaz de detectar cuándo comienza el parto de un animal y comunicarlo a través de un SMS. De esta forma, se reduce la necesidad de controlar el estado de la res antes del nacimiento de su cría. Por otro lado, con ese mismo dispositivo se monitoriza el celo de los animales para examinar su proceso reproductivo y discernir cuál es el mejor momento de inseminación.

Del mismo modo, estos dispositivos supervisan la calidad de la alimentación de los rebaños, con indicadores sobre los niveles de ingesta y rumia que aseguren su buena salud y garanticen la producción. 

Monitorización y medioambiente

Las soluciones de geolocalización en ganadería presentan otras ventajas, como demuestra el proyecto que comenzó en la Sierra de Segura (Jaén) en 2018, en una zona de pastoreo amplia y sin vallados. Gracias a ellas, se comprenden mejor las condiciones del terreno y se optimiza la gestión medioambiental.

Puesto que se obtiene información sobre las diferentes áreas de campeo, como su extensión y el alimento que producen, se realiza un aprovechamiento más sostenible de los pastos. Estudiar la relación entre los recursos existentes y las necesidades ganaderas es básico, además, para comprender cómo afecta el cambio climático a estas zonas naturales. 

Asimismo, la información sobre los movimientos trashumantes ayuda a conocer mejor las cañadas y las vías pecuarias. Así, se facilita su conservación con medidas basadas en datos verídicos y actualizados. Información que, de igual forma, puede servir para activar planes de turismo rural sin perjudicar la vida ganadera.

Por último, el proyecto tiene como objetivo estudiar la epidemiología espacial. Es decir, evaluar el peligro de transmisión de enfermedades infecciosas entre animales salvajes y ganado doméstico, una información de gran interés para iniciativas como el Plan Nacional de Vigilancia Sanitaria de Fauna Silvestre o el Plan de Actuación sobre Tuberculosis en Especies Silvestres.

Convivencia con la vida salvaje

Y es que la convivencia de los rebaños con las especies autóctonas es esencial para la economía de una región, tal y como sucede, por ejemplo, en países como Namibia.

En 2007, se comenzó a estudiar el comportamiento de los guepardos, animales en peligro de extinción, pero que, a la vez, son un problema para las comunidades ganaderas a las que atacan para conseguir comida. A través de collares con localizadores GPS se siguió a 106 guepardos para analizar su “comportamiento espacial y ecología alimentaria”.

El estudio descubrió que los guepardos se congregan alrededor de ciertas áreas a las que consideran su territorio de caza. Así, los ganaderos aprendieron en qué zonas no debían dejar pastar a sus reses y la mortalidad llegó a descender hasta un 86% en algunos rebaños.

El uso de la geolocalización será cada vez más determinante en sectores como la ganadería, en los que no es posible una presencialidad permanente. La llamada monitorización de baja potencia se espera que alcance los casi 21.000 millones de euros en 2025.

Por Noelia Martínez

Imágenes | Hugo L. Casanova, Shyam, Jean-Daniel Calame on Unsplash

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