Entre las costas de Oregón, en Estados Unidos, y las de Japón y Taiwán se extiende un cable de 11.629 kilómetros de longitud. Situado sobre el lecho del océano Pacífico, tiene una capacidad de transmisión de 60 Tbs. Es uno de los cientos de cables submarinos de internet que rodean el globo. Y uno de los proyectos de los que forma parte Orange Marine.
El 16 de agosto de 1858 se inauguró el primer cable submarino intercontinental del planeta. Unía Gran Bretaña y Estados Unidos y permitió las primeras comunicaciones instantáneas, vía telégrafo, entre dos continentes. A pesar de que duró solo tres semanas, marcó el inicio de una nueva era de conectividad bajo el mar. Hoy, según datos de Telegeography, hay más de 1,2 millones de kilómetros de cable submarino en uso en todo el planeta. Son compañías como Orange Marine las que se encargan de que nada falle.
¿Qué es Orange Marine?
El del cable Faster entre Estados Unidos, Japón y China, en funcionamiento desde 2016, es uno de los proyectos más recientes de Orange Marine. En total, más de 210.000 kilómetros de cable submarino han sido instalados por la filial de la operadora. Suficiente para dar tres vueltas al mundo (en el ecuador). La compañía cubre desde el diseño y la ingeniería de las infraestructuras hasta su instalación, mantenimiento y recogida.
La compañía inició sus operaciones a finales del siglo XIX, como Compagnie française des câbles sous-marins et de radio dependiente del ministerio de telecomunicaciones francés. Rebautizada más adelante como France Câbles Radio, se incorporó al grupo Orange en 1999 y pasó a llamarse France Telecom Marine. En 2010, sumó los activos de Elettra, la filial de Telecom Italia encargada de los cables submarinos. En 2013 adquirió su nombre actual: Orange Marine.
Orange Marine cuenta con tres grandes bases de operaciones. Una en Brest, en el norte de Francia, desde la cual sus barcos pueden llegar al 40% de los cables del Atlántico Norte en menos de dos días en caso de avería. Y otras dos en el Mediterráneo, en La Seyne-sur-Mer, Francia, y Catania, Italia. Desde ellas se prestan servicios de instalación, reparación, mantenimiento, almacenaje y recuperación de los cables submarinos de internet. En los últimos años se han dado pasos también hacia la industria de las energías renovables en altamar.
Espadon, Myosotis y seis barcos al servicio de la red global
El lecho del océano no es una superficie plana, lisa y a una profundidad constante. Tiene desniveles, montañas, barrancos, fosas, largas extensiones de arena y zonas de rocas afiladas. Por eso, determinar por dónde se va a colocar y cómo se va a instalar el cable es una de las tareas más complicadas. Para ello, Orange Marine cuenta con dos softwares: Espadon y Myosotis.
Espadon está centrado en el prototipado virtual rápido de la infraestructura. Es decir, una vez que se tienen todos los parámetros de la zona, sirve para probar la mejor solución de forma virtual. Myosotis es un software diseñado específicamente para la instalación del cable sobre el lecho submarino. Es capaz de calcular las condiciones a las que estará sometido el cable una vez colocado.
Ambos programas cuentan con equipos específicos a bordo de los seis buques que conforman la flota de Orange Marine. Los barcos René Descartes y Teliri se encargan de la instalación. Croze, Thevenin y Meucci cubren la parte de mantenimiento (tanto de cables propios como de terceros). Por último, el Pierre de Fermat, la adquisición más reciente, puede trabajar tanto en instalación como en mantenimiento. Y puede hacerlo para cualquier tipo de cable submarino, incluyendo los de electricidad.
Drones submarinos expertos en cables
Habitualmente, los cables submarinos se conectan a tierra a través de zonas suaves y poco profundas, como playas. Sin embargo, en medio del océano, las condiciones son diferentes. El PacRim West en Japón es, hasta la fecha, el cable submarino situado a mayor profundidad. Aunque dejó de utilizarse en 2005, una parte de este cable recorría las fosas marianas, a más de 8.000 metros de profundidad.
¿Quién es el que coloca el cable a esas profundidades? ¿Quién soporta la presión elevada y las frías temperaturas durante horas para que funcione internet? La respuesta está clara: la tecnología. Orange Marine cuenta con cuatro sistemas ROV (siglas en inglés de vehículo operado de forma remota) o drones submarinos. Y con dos zanjadoras capaces de enterrar el cable, en caso de que sea necesario.
Los cuatro ROV (Seagma, Alpha 8, Hector y JSWOC) y las dos máquinas zanjadoras (Elodie y Emma) son operados por SIMEC, una filial de Orange Marine. Están preparados para tareas de instalación, mantenimiento y recogida de cables a profundidades de hasta 3.000 metros. Unidos a la flota y al software, y en conexión con las bases terrestres, forman el equipo que cuida el cable submarino de internet.
Por Juan F. Samaniego
Imágenes | Network Atlas, Orange Marine