La unión de la inteligencia artificial, tan de moda en los últimos meses, con la robotización abre nuevos caminos para el ámbito de la RPA (automatización robótica de procesos) para facilitar aún más la eficacia y aligerar la realización de tareas pesadas y/o repetitivas.
Algunas empresas como Orange, que lleva desde 2017 formando a sus empleados para aprender a automatizar procesos de negocio en todas sus áreas a través de robots virtuales, tienen muy claro que esta conjunción va a ser muy útil para su negocio.
El resultado son más de 1.000 procesos automatizados desde que se comenzó la formación continua en RPA allá por 2017. Un proceso que no ha sido fácil porque, tal y como nos cuenta Javier Castellanos, director de la Robot Factory de Orange, “al principio cuando empezamos a desarrollar robots nos costaba mucho identificar procesos susceptibles de automatizarse. A día de hoy, las personas que ya han trabajado con nosotros los identifican y nos los solicitan. Son nuestros mejores embajadores”.
Pero, para entenderlo, vamos a empezar por el principio:
¿Qué se entiende por robot?
Lejos de ser lo primero que tal vez te haya venido a la mente, hablamos de robots —o bots— que no tienen piernas ni brazos sino que son programas informáticos que permiten automatizar procesos repetitivos que no necesitan la lógica humana para tomar decisiones.
Software que simula la navegación que haría una persona por los distintos aplicativos para realizar acciones de una forma automática. Esto permite que los empleados de una compañía eviten realizar tareas repetitivas una y otra vez y puedan emplear ese tiempo en cuestiones más útiles.
Por tanto, el robot les ahorra tiempo y aumenta la eficacia y productividad. Y además, también permite reducir los errores y las inconsistencias que se pueden producir por la entrada de datos manual, mejorando la precisión y calidad de los datos.
A esto se dedica la denominada RPA (Robotics Process Automation) o automatización robótica de procesos, tecnología que se centra en hacer que los robots imiten las acciones humanas en sistemas digitales con el fin de realizar tareas repetitivas. Así, funcionan interactuando con aplicaciones, extrayendo y procesando datos y tomando decisiones, pero siempre de acuerdo a reglas previamente definidas.
Para ser capaces de automatizar procesos repetitivos a través de robots es necesario utilizar una herramienta especializada; en el caso de Orange se ha utilizado el programa Uipath, que es uno de los software RPA más populares.
Además de una amplia gama de funcionalidades avanzadas, de él podemos destacar la sencillez de uso y la escalabilidad, características que han permitido que más de 561 empleados de Orange España y más de 150 trabajadores de distintas filiales y países del grupo recibieran formación para aprender a automatizar las pequeñas tareas de su día a día.
Por ejemplo, el responsable de RPA de Orange destaca cómo se han automatizado procesos incluso en el área de recursos humanos donde, “como se gestiona información confidencial no podíamos ni probarlo ni ejecutarlo nosotros. Hemos formado al equipo de recursos humanos para que fuesen autónomos a la hora de realizar las pruebas y de su ejecución en producción. Se han convertido en todo unos expertos en automatización de procesos”.
¿Cómo funcionan juntos RPA e IA?
A estas alturas quizá os estéis preguntando qué papel tiene la inteligencia artificial en la robotización automática de procesos. Pues podemos decir que hasta ahora tenía poca (o nula), pero con los nuevos desarrollos de IA se abre una nueva vía en la que la sinergia de ambas tecnologías allana el camino hacia una automatización más inteligente y compleja.
Tengamos en cuenta que la inteligencia artificial está desarrollada con la idea de realizar tareas que requieren capacidad de percepción, aprendizaje, razonamiento y toma de decisiones. Pues bien, las nuevas IA, basadas en machine learning (aprendizaje automático) y en modelos de procesamiento de lenguaje natural (lo que llamamos IA conversacional), sin duda pueden suponer un antes y un después en el ámbito de la robotización de tareas.
Normalmente a los bots se les considera muy buenos trabajadores pero “muy tontos […] Cualquier niño de seis años es más listo que un robot, pero, por contra, el robot puede efectuar una vez tras otra la misma operación repetitiva sin dudar, sin cansarse, sin equivocarse, cosa que nosotros a la séptima vez veríamos ya borroso…”
Y ahí es donde entra la IA, a través de la cual los robots van a poder afrontar procesos complejos, tomar decisiones y adaptarse a situaciones cambiantes más allá de la programación fijada inicialmente. De esta manera, se irá consiguiendo que sean cada vez más capaces de operar sin apoyo humano.
En definitiva, las tecnologías RPA e IA son complementarias y “cuando se combinan, automatizan los procesos operativos de un extremo a otro para proporcionar niveles de productividad y eficiencia sin precedentes a su negocio”.
La IA ayuda a escalar la RPA a través de la automatización de tareas no rutinarias, procesando datos semiestructurados y no estructurados para poder abordar procesos complejos, tomando decisiones cognitivas y aprendiendo por sí misma. Además, también es capaz de identificar procesos que pueden ser susceptibles de automatización.
Pero siempre, concluye Javier, pensando en que las personas dejen de hacer tareas repetitivas y puedan dedicarse a tareas de alto valor, en las que realmente aportan, y sobre todo poniendo “el foco en el cliente y en sus necesidades”.