Hasta 2003 la humanidad había generado cinco exabytes de información a lo largo de toda su historia. Lo dijo Eric Schmidt, CEO de Google, durante una conferencia en 2010. En 2007 se generaron 281 exabytes, según las investigadoras Hardy y Williams, y apenas cuatro años más tarde alcanzamos los 1.800 exabytes.
Luego llegó la explosión de las redes sociales y la generación masiva de contenido para vídeo. A día de hoy cualquiera genera una ingente cantidad de datos a su paso, literalmente. Basta acudir a la cronología de Google para comprobar nuestros pasos sobre el mapa. ¿Se puede estimar cuánta información se genera al año en el mundo?
Lo que pasa en un minuto en internet
Con datos de 2018, la consultora Domo realizó una infografía titulada ‘Los datos nunca duermen’. En ella mostraba las interacciones de los más de 3.800 millones de personas conectadas entonces a internet (4.300 millones a principios de 2019), y su interacción a lo largo de un minuto. Estas cifras ya se hayan quedado cortas, pero cada minuto sucedía esto:
- Se visionaban 97.222 horas de vídeo en Netflix.
- 4.333.560 vídeos de YouTube.
- Eran enviados 473.400 tuits.
- Se realizaban 176.220 llamadas de Skype.
- Eran colgadas en Instagram 49.380 fotografías.
- Spotify reproducía 750.000 canciones.
La lista es bastante más larga, pero sirve para hacerse una idea del volumen. Cualquiera de los servicios mencionados arriba supera al día aquellos cinco exabytes de información que la humanidad había creado en 2003. La generación de información es exponencial, y la hacemos entre todos.
Todos creamos información, constantemente
Creamos información aunque no nos demos cuenta de ello. Por supuesto, los usuarios somos los que soportan redes sociales como Twitter, YouTube o Instagram con nuestras publicaciones. Pero incluso si no hacemos uso de las redes sociales, también somos generadores de información.
Para comprobarlo puedes ir a la configuración wifi y 4G de tu teléfono móvil y comprobar cuántos GB has ‘gastado’ en tareas que no tienen que ver con las redes sociales. Actualización de aplicaciones, descarga de mapas, posicionamiento, correo electrónico, SMS…
Recibimos y enviamos información constantemente, incluso cuando no hacemos uso activo del terminal. Hemos convertido los datos en la nueva electricidad y, como esta, están en todas partes.
La información seguirá aumentando
En la novela ‘Génesis’, del profesor de filosofía Bernard Beckett, se dibuja a la humanidad como un vehículo cuya utilidad radica en cómo de rápido genera información. Una idea curiosa. Hoy, las estimaciones más conservadoras sobre la movilidad conectada estiman 30 terabytes de información al día por coche. En movilidad autónoma, 300 terabytes.
La imagen de arriba es particularmente interesante. Muestra el mapa de internet el día 15 de enero de 2005. Aún quedaba un mes para que YouTube fuese lanzado. Tampoco mostraba Twitter (2006) o Instagram (2010). En enero de 2018 había 213 millones de dominios únicos. Un año más tarde, 228 millones.
El gran problema a la hora de ‘pesar’ internet es que no todos los tuits, páginas web o vídeos de YouTube tienen el mismo tamaño. Además, las medidas siempre son indirectas, muy sesgadas y tienen presente solo la esfera pública. ¿Cuántos datos tienen las pymes, por ejemplo? Resulta imposible de estimar.
La importancia de la infraestructura
Este crecimiento de datos e información habría sido imposible sin la infraestructura de telecomunicaciones de compañías como Orange. Si la humanidad ‘solo’ había generado seis exabytes hasta 2003 es porque la tecnología actúa como vehículo de la información. ¿Cuántas cartas hay que enviar para sumar un gigabyte? ¿Cuántas caben en un hilo de fibra óptica?
3G, 4G, 5G… Con cada una de las tres últimas grandes tecnologías hemos dado un salto cualitativo con respecto a la anterior. La fibra óptica supuso, a su vez, otro gran avance que lo cambió todo. El despliegue y mejora de la red es hoy un punto clave de nuestra sociedad.
Por las venas del tejido de telecomunicaciones corre hoy el mercado laboral, billones de horas de vídeos educativos, o los mensajes que enviamos a nuestros seres queridos. Nos hemos vuelto dependientes de la información que generamos, que a su vez nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida.
Dentro de unos años miraremos atrás y mencionaremos datos como que “cada día de 2025 generamos tantos datos como en 2020”. Si algo así llega a ocurrir, será gracias a la infraestructura de telecomunicaciones.
Por Marcos Martínez
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