¿Por qué?, cuando tenemos asumido que la Sociedad de la Información ha cambiado todos los ámbitos de la vida personal y social, especialmente las actividades ligadas a la comunicación y a la interacción personal.
Que la tecnología ha transformado y lo seguirá haciendo los sistemas de trabajo.
Y que además, se constata que todos los cambios vinculados a las TIC experimentan cada vez una mayor aceleración.
Por qué no se acompañan de los conocimientos y habilidades, que permitan a los menores de hoy, adquirir competencias que les permitan desarrollarse como profesionales y como ciudadanos digitales en consonancia con la sociedad de su tiempo.
Un reciente estudio, Survey of schools: ICT in Education, encargado por la Comisión Europea ha puesto de manifiesto que la utilización de las TIC y los niveles digitales en Europa, no se corresponden con las necesidades de los estudiantes.
Un dato muy significativo, que se desprende del estudio, es que si bien la mayoría de las escuelas están conectadas, un 20% de los estudiantes de secundaria manifiesta que nunca o casi nunca utiliza un ordenador en sus clases.
Por tanto, no estamos hablando necesariamente de más inversión en infraestructura, sino de un mayor apoyo al profesorado con nuevos enfoques para la aplicación en el aula de las tecnologías digitales.
Se hace necesario y urgente, un enfoque integrado de la enseñanza de las TIC en las escuelas, con una mayor inversión en la formación del profesorado que incluya enfoques prácticos y recursos digitales de calidad.
Contar con políticas formales y específicas para utilizar las TIC en las escuelas, lleva aparejado mayores niveles de aprendizaje en el aula basados en las TIC y sin duda, un mayor nivel de competencias tecnológicas, redundará en un uso más eficiente y responsable de estas tecnologías.
El citado estudio, publicado el pasado mes de abril, recoge información específica de 31 países europeos sobre: acceso, uso, competencia y actitudes de estudiantes y profesorado sobre las TIC en las escuelas.
