El pasado día 6 de este mes comenzó a circular por la red un vídeo, en el que hemos visto como una maestra que había sido insultada a través de Twitter por una alumna, decide dedicar la clase a hablar sobre las Redes Sociales y las consecuencias que puede conllevar su uso no adecuado.
La maestra pidió a sus alumnos que grabaran la clase con sus móviles para subirlo a YouTube. Algunos titulares que se pueden encontrar en referencia a esta noticia son del tipo: “Insultó a su maestra por Twitter y en el salón de clase la maestra le dio su merecido”; “Ofenden a su maestra y reciben lección en clase.”Hasta aquí la noticia me resultó interesante y comencé a ver el vídeo.
Me pareció muy adecuado que la profesora dedicara la clase a hablar sobre el uso de las redes sociales, a hacer ver a sus alumnos que insultar a una persona por la red no exime de responsabilidad y puede tener las mismas consecuencias que hacerlo en persona.
También consideré correcto que interactuara precisamente con la alumna protagonista de los insultos, preguntándole su opinión en un tono neutro, sobre el mal uso de las redes sociales, por ejemplo, cuando se utilizan para insultar. En concreto le pidió que leyera un texto titulado “Las redes sociales pueden ocasionar delitos.”
Hasta aquí todo me pareció muy apropiado, sin embargo observando el vídeo hasta el final vemos como la maestra increpó a la alumna, la obligó a pedirle disculpas ante las cámaras de los móviles y le aseguró que iba a llegar hasta las últimas consecuencias. La maestra actuó más motivada por la venganza que por llevar a cabo un aprendizaje significativo, aprovechándose de su situación de superioridad.
Además, cabe preguntarse ¿El centro tenía las autorizaciones de padres y madres para que los alumnos pudieran ser grabados y subir los vídeos a YouTube? No hay que olvidar que los alumnos de esta clase son menores de edad. El vídeo original con más de 4 millones de visitas parece haber sido eliminado de YouTube.
La maestra tiene derechos por supuesto, pero la forma de ejercer “su derecho”, no ha sido el más adecuado.
Finalmente creo que podemos extraer un aprendizaje sobre el caso y el vídeo de la maestra. Al menos, para saber cómo no se deben hacer las cosas.