El pasado martes celebramos el Día de Internet Seguro. Más de 90 países de todo el mundo lo hicieron. Un gran evento sin duda, que bajo la tutela de la Comisión Europea promueve que al menos un día, todos hablemos sobre el uso seguro y responsable de la tecnología, especialmente entre los y las menores.
Pero queda mucho por hacer. Los nuevos contextos que impregnan muchos “espacios” en la vida de los jóvenes, nuevas formas de relación, nuevos entornos de ocio, junto a la necesidad de ofrecerles todas las oportunidades para formarles en consonancia con las exigencias de la sociedad actual, hace imprescindible dar un paso más: la necesidad de que la seguridad y la responsabilidad en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación formen parte del diseño curricular en Secundaria e incluso en Primaria.
En algunos países europeos como Inglaterra, la utilización de Internet con seguridad es una parte obligatoria del plan de estudios de las escuelas primarias desde 2011. En el caso de secundaria ya se había establecido esta obligatoriedad con anterioridad.
Ricard Martínez, presidente de la Asociación Española de Privacidad, lo planteó durante el III Congreso Internacional Menores en las TIC que se celebró en Gijón en junio del año pasado: “a medida que los niños van creciendo, la única garantía de seguridad es la formación en valores y eso es la gran asignatura pendiente”.
Previamente, Guillermo Cánovas, presidente de la Asociación Protégeles, de forma más explícita, solicitó en el Congreso la inclusión de una asignatura en los planes de estudio que instruya al alumnado en el uso seguro de las tecnologías. Cánovas subrayó que no está establecido un programa como tal en los colegios “Esto no puede hacerse con charlas esporádicas sino que debe ser incluido en los planes de estudio».
Sin olvidar otros contextos, aboguemos por una formación en e-Seguridad desde el aprendizaje formal que, junto a la disponibilidad de nuevos y atractivos entornos de aprendizaje, de colaboración, de participación, de aprendizaje social,… favorecerá la adquisición de las competencias imprescindibles para la ciudadanía del siglo XXI.
