La producción de energía con fuentes renovables ya es más barata que el uso de combustibles fósiles. Y la mejora de la tecnología y la conectividad IoT son las grandes protagonistas de esta caída en los costes.
Mayor eficiencia, automatización, gestión distribuida, redes eléctricas inteligentes… Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) hace posible buena parte de los elementos que alimentan la revolución de las energías verdes. El último informe de la patronal IRENA (International Renewable Energy Agency) señala que el coste medio ha caído en hasta un 80% desde principios de esta década.
El abaratamiento de las energías verdes
“Los costes de la electricidad renovable se han reducido drásticamente en la última década debido a la mejora de las tecnologías, las economías de escala, unas cadenas de suministro más competitivas y la creciente experiencia de los desarrolladores de proyectos”. Esta es la principal conclusión del informe ’Renewable Power Generation Costs in 2019’ publicado por IRENA.
Según los datos recopilados por la agencia de 17.000 proyectos de energías renovables en todo el mundo:
- Los costes de la energía solar fotovoltaica han bajado un 82% desde 2010. Los de la energía solar de concentración lo han hecho un 47%, los de la eólica terrestre un 39% y los de la eólica marina con un 29%.
- Más de la mitad de la capacidad de generación de energía renovable puesta en marcha en 2019 fue más barata que la opción más barata con combustibles fósiles.
- La retirada de los 500 gigavatios producidos por las centrales eléctricas de carbón más ineficientes y su reemplazo por energía solar fotovoltaica y eólica terrestre reduciría los costes del sistema en entre 12.000 millones y 23.000 millones de dólares.
- Los costes para el consumidor también han caído. El precio medio de kilovatio-hora de energía solar fotovoltaica fue en 2019 un 13% inferior al año anterior. El kWh de energía eólica bajó un 9% interanual.
“Hemos alcanzado un punto de inflexión en la transición energética. La generación de energía de carbón […] es ambiental y económicamente injustificable”, señala Francesco La Camera, director general de IRENA. “La energía renovable es una fuente cada vez más barata de electricidad y ofrece un enorme potencial para estimular la economía mundial y generar empleo. Las inversiones en energías renovables son estables, rentables y atractivas y ofrecen rendimientos consistentes y predecibles en el tiempo”.
IoT y las energías renovables
La caída de los costes de la producción de energías verdes es una buena noticia para la transición energética. Sin embargo, todavía quedan muchos retos por resolver en el camino. Para superarlos, el papel de la tecnología y, en particular, internet de las cosas, es fundamental. No en vano, IoT ya ha sido una de las grandes palancas de cambio que han hecho posible la evolución del sector en los últimos años.
De acuerdo con el informe ‘Internet of things, innovation landscape brief’ de IRENA, la tecnología IoT tiene el potencial de contribuir en la generación, el transporte, la distribución y el consumo de energía. En las cuatro fases, la conectividad y los datos permiten ganar en eficiencia y, por lo tanto, ser más sostenibles y más baratos. Según el informe, internet de las cosas permite:
- Anticipar y predecir la producción de energía renovable. Gracias a los datos en tiempo real de las plantas, por remotas que sean, y a datos históricos, cada vez los pronósticos de producción son más precisos.
- Automatizar el control de las plantas de energía. Contar con mejores datos sobre la producción permite automatizar la gestión de las plantas, ajustando la producción en tiempo real y eliminando las interrupciones en el suministro.
- Mejorar la gestión de la red eléctrica, ganando estabilidad y fiabilidad. La gestión de la red eléctrica, la infraestructura que conecta los puntos de producción con la distribución y el consumo, es uno de los puntos más complejos del sistema. De nuevo, los sensores IoT permiten conocer el estado real de la red, gestionarla de forma más eficiente y, a la larga, automatizarla.
- Desplegar redes inteligentes, descentralizadas y distribuidas. La tecnología IoT permite integrar diferentes fuentes de energía renovable intermitentes y sistemas de almacenamiento. Esto hace posible una gestión descentralizada, inteligente y distribuida de la red, que se apoye en energía generada localmente y que reaccione a la demanda.
Esto puede permitir, a la larga, la creación de microrredes eléctricas completamente autónomas, donde los sistemas consumen la energía que generan. - Gestionar la demanda de forma inteligente. En el apartado del consumo, internet de las cosas ya lleva tiempo cambiando el escenario. Desde los contadores conectados hasta los enchufes, bombillas o termostatos inteligentes, IoT está permitiendo aumentar la eficiencia en el consumo.
- Optimizar la gestión completa de la cadena de suministro. Monitorizar en tiempo real la generación, el transporte, la distribución y el consumo de energía permite conocer con detalle la cadena de suministro energética, detectar los puntos a mejorar y optimizar su gestión.
- Mantenimiento predictivo. Más allá de la gestión de la producción y el consumo, el mantenimiento predictivo es otra importante fuente de eficiencia y ahorro para el sector. Tener cada placa fotovoltaica y cada aerogenerador conectado a internet permite anticiparse a averías grandes que pueden poner en jaque toda una planta y planificar las reparaciones para minimizar su impacto en la producción.
En definitiva, la digitalización y la mejora de las tecnologías son en gran medida responsables del abaratamiento de las energías renovables. Además, presentan importantes ventanas de mejora en el futuro, aumentando las oportunidades y reforzando la confianza de inversores y consumidores en una forma más sostenible de producir electricidad.
Por Juan F. Samaniego
Imágenes | Unsplash/Peter Franken, Science in HD, IRENA