España fue uno de los primeros países en firmar el Protocolo Facultativo sobre los Derechos del Niño en febrero de 2012 y el pasado día 3 de junio lo ha ratificado junto a otros 5 países.
Pese a que la entrada en vigor del protocolo no puede realizarse sin la ratificación de un mínimo de 10 países, estamos hablando de un gran avance puesto que este Protocolo reconoce la competencia de los propios menores para que puedan defender sus derechos, ellos mismos, directamente ante una instancia nacional.
Los niños se han considerado siempre como sujetos de protección sin que ellos participen activamente. Es a partir de la Convención Internacional de los Derechos del Niño cuando se introduce el concepto de la infancia vinculada al “Derecho”. Derecho del niño a la identidad personal, a la dignidad y la libertad.
Hoy queremos centrarnos en el derecho a la participación del menor, sin olvidarnos de su derecho a tener un desarrollo adecuado, a la no discriminación y al interés superior. Es decir, cualquier decisión legal, política o administrativa que pueda afectar a la infancia debe tener en cuenta qué es lo mejor para este.
No podemos olvidar al colectivo de niños y niñas de hoy como futuros ciudadanos participativos de mañana, y menos aún en estas fechas en las que estamos escuchando noticias relacionadas con leyes y modelos de gobierno abierto basados en la transparencia, y sobre todo, en la colaboración, en la participación y en las oportunidades que ofrecen las TIC para fomentar esta participación ciudadana.
Los Gobiernos deben aprovechar la capacidad de la ciudadanía y convertirla en agente líder del cambio de las ciudades, los municipios, las comunidades autónomas, los países ¿Cómo? Promoviendo una ciudadanía que se apropie de los nuevos procesos, mecanismos y herramientas, que asuma un nuevo rol en la esfera pública, en la que participe, en la que forme parte de procesos colaborativos para mejorar los servicios y la prestación de los servicios públicos.
Esta participación ciudadana se puede y se debe fomentar desde la infancia, estableciendo iniciativas que permitan poner en el centro del debate las voces de los menores para que sean tenidas en cuenta en el diseño de las políticas que les afectan.
Existen proyectos en esta línea que promueven la participación de los menores en comités o consejos por ejemplo para la prevención del ciberbullying en las escuelas. De todas, formas parece necesario fomentar iniciativas en las que los menores sean tenidos en cuenta en la construcción de diversos ámbitos: su ciudad, su tiempo de ocio, su escuela, su educación, el papel de las TIC en su vida…
El uso responsable de las tecnologías de la Información y la Comunicación también se construye con fórmulas de participación que permitan expresar, participar y ser tenidos en cuenta.
No es la primera vez que en este Blog hemos hablado sobre la importancia de escuchar a los más pequeños, que los niños y las niñas participen de las decisiones que de alguna manera les atañen.
