La torre de telefonía 5G arde en mitad de la noche. El olor a componentes electrónicos quemados impregna el aire, el humo negro es peligroso. Un grupo de personas han sido engañadas para que piensen que hay una relación entre el coronavirus y el 5G, y han acudido en masa a prender fuego a las torres de telefonía. Parece de ‘El Mundo Today’, pero ha ocurrido en Reino Unido.
Según informó la BBC, varias torres de telefonía 5G han sido vandalizadas en pocas semanas. Algunos medios elevan el número de torres quemadas a 50, y los ataques a ingenieros de telecomunicaciones a 80. El miedo a la tecnología no es algo nuevo, pero el daño a los sistemas de comunicación derivados de estas agresiones sin sentido hace más difícil mantenernos en contacto.
Thomas Cowan, el artífice del bulo
Aunque el bulo tiene varias versiones diferentes, parece que todas las pistas llevan a Thomas Cowan, un médico estadounidense puesto a prueba por el Comité Médico de California por su mala praxis. En una conferencia que colgó en su página web y se hizo vital, trató de relacionar la COVID-19 con el 5G.
En esta charla hablaba de “un aumento cuántico en la electrificación de la Tierra”, signifique eso lo que signifique. La palabra ‘cuántica’ ha sido uno de los términos más usados por las pseudociencias durante estos años. La superchería suele ir al rebufo de la ciencia real y usa el miedo como vector de contagio.
El miedo y el desconocimiento. De hecho, en la misma conferencia llega incluso a relacionar la pandemia de gripe de 1918 con la introducción de las ondas de radio en todo el mundo. Olvidó que las primeras emisiones empezaron varios años después, y que por lo tanto era imposible que guardasen relación.
Con frecuencia los bulos adquieren inercia arropados en términos técnicos confusos para la población general. Términos como “transgénico” o “biomolecular” dan hoy miedo. En su momento lo hicieron otros como “probeta” o “corriente alterna”. Por fortuna, estos bulos tienden a ser olvidados, pero la tragedia es que los reemplazamos con otros nuevos.
¿Cómo se llega a relacionar la COVID-19 y el 5G?
Muchos de los bulos se sostienen sobre mentiras, mientras que otros lo hacen sobre falsas deducciones o silogismos. Son un tipo de razonamientos que parecen coherentes y que parten de información verdadera, pero que llegan a una conclusión que no tiene sentido. El “razonamiento de la la teoría conspiranoica”, según recoge ‘The Verge’, es como sigue:
- En Wuhan hay 5G. ✅ Es un dato verdadero. Wuhan empezó a desplegar 5G hace tiempo, precedido por ciudades como Pekín o Shanghái.
- El coronavirus surgió en Wuhan. ✅ También es cierto. Todas las evidencias apuntan a que esta región pudo ser el origen.
- Por lo tanto… ¿el coronavirus tiene que ver con el 5G? ❌ Falso. Ignora todos aquellos lugares con 5G en los que no apareció la COVID-19.
Este tipo de falsas deducciones confunden causalidad, el hecho de que dos eventos guarden relación causal (uno provoca el otro), con casualidad, cuando dos eventos coinciden en el espacio y el tiempo pero no guardan relación. Para entenderlo, es como achacar un terremoto a una festividad:
- En una ciudad se celebra un evento festivo ✅.
- Hay un terremoto en la ciudad ✅.
- El terremoto se debe a la fiesta ❌
¿Qué dicen las autoridades sanitarias?
El Departamento de Digital, Cultura, Medios y Deporte de Reino Unido, así como sus mecanismos de verificación de información, han confirmado ser «conscientes de la información inexacta que se comparte en línea sobre 5G. No hay absolutamente ninguna evidencia creíble de un vínculo entre 5G y coronavirus”. Y a finales de marzo hicieron público un comunicado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha emitido un comunicado similar, junto al titular “Beber alcohol no lo protegerá de la COVID-19 y podría ser peligroso”. Sí, del mismo modo que hay gente que cree que el 5G da coronavirus, también los hay que piensan que beber ayuda a combatirlo. (No lo hace.) Incluso hay quien cree que ya hay medicamentos contra la covid-19, cuando lo cierto es que no los hay.
Comunicados similares han sido emitidos por el Gobierno de España, que a su vez remite a la OMS, la Comisión Europea y el comunicado de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Aunque ahora se habla de coronavirus, los bulos siempre han relacionado las nuevas tecnologías con enfermedades. Quizá la más llamativa es una carta de 1835 que decía que la excesiva velocidad del tren (unos 40 km/h) provocaría enfermedades cerebrales, nerviosas e incluso abortos. No fue así, claro.
Ataque a ingenieros y médicos
Aunque son minoritarios, las crisis aumentan los comportamientos irracionales. Lo hemos visto en las agresiones al personal sanitario, a los trabajadores de supermercados, y ahora les ha tocado el turno a los ingenieros de telecomunicaciones. El periódico ‘The Times of Israel’ confirmaba más de 80 ataques personales a ingenieros de este sector.
Además, señalaba que muchos ataques habían traspasado la frontera de Reino Unido. Al menos 16 se habían realizado en los Países Bajos, Irlanda, Chipre y Bélgica. Los bulos se extienden fácilmente por internet, de ahí que sea importante no compartir información si no conocemos su veracidad.
Cuando dudemos de si una información es cierta o no, podemos acudir a medios de verificación como estos para comprobarlo o elevar una pregunta: Maldita.es, Newtral, EFE Verifica, Fullfact.org, etc. Está en nuestra mano evitar la propagación de bulos.
Por Marcos Martínez
Imágenes | iStock/Oleksandr Siedov, Clay Banks