Aunque el proceso de vacunación avanza y el Estado de alarma da sus últimos coletazos, el virus sigue en el aire. La ciencia parece haber ganado la batalla, pero los próximos meses serán cruciales: todo en nuestras vidas, desde la movilidad hasta el trabajo, pasando por las relaciones interpersonales, estará sujeto a la evolución de la pandemia.
El futuro está sembrado de dudas, en especial para los emprendedores, y saber afrontarlas con serenidad es fundamental para que los muchos obstáculos que van a surgir no se agiganten. Y no faltan las herramientas que preparan la mente contra los vaivenes: una actitud resiliente y proactiva y una buena ‘red de seguridad’ ante los funambulismos económicos que se avecinan. No hay más que acudir a las páginas de la historia para constatar las bondades de esta receta.
Una mente inquebrantable
El próximo 9 de mayo termina el plazo de vigencia del Real Decreto de Estado de Alarma, y con él las restricciones que impone a las actividades personales y comerciales. Sin embargo, a partir de entonces serán las comunidades autónomas las responsables de mantener equilibrada la balanza entre contagios y economía, y es de esperar que, según la región, las medidas tengan un signo muy diferente.
Esos cambios bien pueden chocar frontalmente con nuestras necesidades como empresario o nuestras muy legítimas apetencias humanas o familiares. Por este motivo, es conveniente construir una coraza psicológica efectiva que nos proteja de las tóxicas consecuencias de la frustración:
- No dar nada por hecho. Como se ha dicho, vivimos tiempos de incertidumbre, lo que equivale a decir que vivimos tiempos de abnegación individual. La COVID-19 no entiende de necesidades sociales ni quebrantos monetarios, por lo que no conviene alimentar esperanzas que puedan convertirse en polvo. Solo el devenir de los acontecimientos dirá cuándo es razonable planificar las vacaciones o guardar la mascarilla en el armario.
- Vivir el presente, lo que no equivale a renunciar al futuro. Una situación incierta como la que habitamos nos genera la necesidad de respuestas inmediatas, y cuando estas no llegan, aparece la ansiedad. Proyectarse al futuro es irrenunciable, pero debe hacerse en la medida justa, mediante el análisis y el razonamiento, sin dejarse llevar por la imaginación. Lo sabio es centrarse en las acciones y en la planificación de lo posible, y no fantasear con eventos hipotéticos que están fuera de control.
- Evitar la sobreinformación. Mantenerse al tanto de los acontecimientos es recomendable para todos, máxime si se es responsable de un proyecto empresarial. Sin embargo, sobreexponerse a las noticias no hará sino aumentar la incertidumbre y exacerbar los miedos, en especial cuando en todo lo referente a la pandemia aún hay más dudas que certezas. Mantenerse conectado a la actualidad deja de ser provechoso cuando se empiezan a alimentar las especulaciones propias.
Una ‘red de seguridad’ avalada por la Historia
Ni el barco más fuerte, con la tripulación más avezada, está libre de sufrir un naufragio. A veces, las fuerzas de la naturaleza son demasiado imprevisibles, como se ha visto el año pasado y lo que llevamos de este. Invertir en una póliza de seguro supone un esfuerzo extra, pero aporta sosiego y confianza, dos bienes impagables en tiempos de incertidumbre.
El seguro, bajo diversas formas y configuraciones culturales, ha acompañado a la civilización prácticamente desde su nacimiento. Acaso sea en el ámbito comercial donde sus raíces son más profundas: en un cuerpo legal tan temprano como el código de Hammurabi (circa 2250 a. C.) encontramos los ‘préstamos a la gruesa’, mediante los cuales los mercaderes babilonios se hacían cargo entre todos de la eventual pérdida de las mercancías de cualquiera de ellos. Existe evidencia de que este sistema seguía siendo popular muchos siglos más tarde entre los marineros de la ciudad-estado griega de Rodas.
Mucho ha llovido desde entonces hasta nuestros días, en los que el sector ofrece fórmulas flexibles y digitales, como las pólizas de Orange Seguros. Un sinnúmero de desastres han precedido a la COVID-19, y muchos otros la sucederán, pero la historia nos demuestra que con planificación, algún pequeño sacrificio y una buena red de seguridad, es posible hacerles frente.
Por José Sánchez Mendoza.
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Acerca de Orange Seguros:
Orange Seguros es una Agencia de Seguros Vinculada perteneciente al Grupo Orange que comercializa seguros exclusivos para los clientes de Orange, ofreciendo a sus clientes una relación muy sencilla con sus seguros a través de una experiencia digital. La razón social de Orange Seguros es Orange Mediación de Seguros, S.L con N° de registro en la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP): AJ0232. Orange Seguros mantiene suscritos contratos de agencia para la comercialización de seguros con ZURICH VIDA, COMPAÑIA DE SEGUROS Y REASEGUROS, S.A.U y Zurich Insurance Public Limited Company, Sucursal en España.