Según datos del Ministerio de Seguridad Social, en España la cifra de autónomos afiliados roza ya los 3.300.000 de personas, o lo que es lo mismo, el 17,3% de los puestos de trabajo activos. Tras los muchos ceros de este contundente dato subyace más de una lectura: en primer lugar, refuta con fuerza el tópico del miedo español al emprendimiento. Y, por supuesto, remarca la inmensa importancia que los trabajadores por cuenta propia tienen para nuestra economía. Su seguridad económica y laboral no es, por tanto, un asunto interno del colectivo.
El autoempleo es, como la emigración, la reacción natural a un mercado de trabajo tremendamente rígido (el 90% de las empresas españolas son pymes y micropymes, muchas de ellas del sector servicios y con una muy limitada capacidad de crear empleo). Y también es un ‘bancal’ de sueños y proyectos de realización personal que pugnan por crecer y prosperar en la era de la transformación digital.
Tiempos difíciles
La información registrada por la Agencia Tributaria refleja que en 2018 casi una tercera parte de los afiliados al régimen de trabajadores autónomos obtenían unos ingresos netos inferiores a los 12 000 € anuales, es decir, ganaban una cantidad inferior al salario mínimo. Desde entonces hemos vivido una guerra comercial y una pandemia que ha carcomido los cimientos económicos a nivel global.
Por muy paradójico que resulte, cuanto más crece el número de autoempleados, más delicada es su situación. Recientemente, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) comunicó que España ha perdido 200 000 trabajadores por cuenta propia en lo que va de 2021. Una cifra catastrófica que, sin embargo, arroja un saldo positivo si se contrapone al número de nuevos autónomos surgidos durante el mismo período: 245 000. La necesidad obliga, y con una elevadísima tasa de fracaso (casi el 80%), el autoempleo corre el riesgo de convertirse en una ‘lotería laboral’ alimentada por la desesperación.
Evitarlo está en manos de los legisladores, de los mercados y de los consumidores, pero sobre todo depende de los propios autónomos. Emprender es mucho más que un medio para ganarse un sustento: es vivir y respirar el trabajo, robándole horas al reloj. Con el viento casi siempre en contra y sumido en una realidad precaria que, como indican los datos antes mencionados, deja muy poco margen de maniobra cuando llegan los imprevistos. Por eso, en estos tiempos, estar asegurado cobra especial importancia.
Una red de seguridad
Hay ciertos tipos de seguros que no son una opción para el autoempleado; son un deber legal. Las pólizas obligatorias para todos los autónomos son las siguientes:
- El seguro de responsabilidad civil, que cubre los posibles daños personales que pudieran producirse en el desarrollo de su trabajo.
- Seguro multirriesgo, que cubre eventualidades habituales como las roturas de ventanas, los daños por la acción del agua, etcétera.
Según la actividad económica del trabajador, hay otros seguros que también le son exigibles, como el seguro de vehículo, además de los que se estipulen en el correspondiente convenio. Pero la verdadera cuestión no es lo que dicta la legislación, sino el análisis que el emprendedor haga de las necesidades y particularidades de su negocio. Es decir, la protección que el autónomo sienta que debe procurarse y que solo encontrará en pólizas más específicas.
Entre ellas, el seguro de comercio es uno de los que más prominencia están ganando. Esta variante del multirriesgo se orienta a los pequeños locales de venta al público y a las oficinas y cubre no solo los elementos físicos dañados o destruidos, sino también el menoscabo económico del asegurado, es decir, el lucro cesante causado por el siniestro.
Orange Seguros by Zurich ofrece categorías híbridas adaptadas al cambio de paradigma que ha traído la pandemia. Entre ellas destacan el dúo profesional, para aquellos que trabajan desde su domicilio (protege en una sola póliza el hogar y el despacho), y el de responsabilidad civil profesional, con cobertura completa por responsabilidad civil. En tiempos difíciles, estar seguro está cerca de ser una obligación.
Por José Sánchez Mendoza
Imágenes | @ratushny y @finleydesign en Unsplash
Acerca de Orange Seguros:
Orange Seguros es una Agencia de Seguros Vinculada perteneciente al Grupo Orange que comercializa seguros exclusivos para los clientes de Orange, ofreciendo a sus clientes una relación muy sencilla con sus seguros a través de una experiencia digital. La razón social de Orange Seguros es Orange Mediación de Seguros, S.L con N° de registro en la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP): AJ0232. Orange Seguros mantiene suscritos contratos de agencia para la comercialización de seguros con ZURICH VIDA, COMPAÑIA DE SEGUROS Y REASEGUROS, S.A.U y Zurich Insurance Public Limited Company, Sucursal en España.