Es la pregunta del millón, la que se hacen prácticamente los padres cuando sus hijos e hijas empiezan a tener cierta edad. Lo cierto es que no es raro ver niños de 10 u 11 años con su propio smartphone pero ¿es esa la edad ideal para dárselo o es demasiado pronto?
Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística sobre Equipamiento y uso de TIC en los hogares, con datos de 2022, el 69,5% de los menores entre 10 y 15 años utiliza teléfono móvil, con una mayor incidencia en los niños y niñas a partir de los 13 años.
Está claro que, como para los adultos, las nuevas tecnologías abren una ventana a un mundo lleno de posibilidades, pero también de peligros.
¿Cuándo puede tener móvil un niño?
Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad, no existe una edad ideal para comprarles su primer móvil. Por eso, los padres deben valorar cada caso en particular, guiándose por el sentido común y teniendo en cuenta si las necesidades que motivan la petición son reales.
En muchas ocasiones la petición responderá a presiones sociales del tipo “todos mis amigos del colegio lo tienen”, pero en otras sí que habrá una necesidad real; por ejemplo si se trata de una niña o niño con necesidades médicas que puedan requerir atención urgente.
Un aspecto especialmente importante a valorar es la madurez y responsabilidad del menor en cuestión, porque puede haber algunos muy jóvenes, pero con un grado de madurez muy alta y viceversa.
Lo que está claro es que los expertos recomiendan no darles el móvil demasiado pronto. Por ejemplo, la psicóloga del vídeo que tenéis arriba marca la línea en los doce años pero siempre de acuerdo a la madurez del menor en cuestión.
Además, pone en valor el hecho de que darles el smartphone les aporte algo; si no es así, no necesariamente hay que darles un móvil a esa edad y perfectamente se puede esperar hasta los catorce años o más.
Además, habla de marcar unas normas de uso del teléfono móvil, punto importante que no podemos dejar de lado.
¿Qué medidas podemos tomar como padres?
Cuando llega el momento de darles su primer móvil no significa, ni mucho menos, que se lo demos sin más. Pensemos que entregarles un teléfono es darles la entrada a todas las posibilidades de Internet, tanto las buenas como las negativas como el ciberbullying.
Por ello es fundamental orientarles para que hagan un buen uso de la tecnología así como establecer unas normas para el uso del móvil y darles una guía de uso adecuado como ésta, creada por Unicef y la Agencia Española de Protección de Datos.
Una buena idea puede ser acompañar la entrega del móvil con alguno de los contratos que se pueden encontrar en Internet para tales fines. Por ejemplo, la Fundación ANAR puso hace tiempo a disposición de todos los padres un modelo de contrato que se puede descargar desde aquí.
Un documento elaborado por psicólogos expertos de la fundación que incluye condiciones para el uso del terminal como un límite horario, la utilización de un sistema de control parental, la prohibición de llevar el móvil a clase y otras cuestiones relacionadas con la privacidad.
Este contrato establece, explícitamente, que el uso del móvil no es privado y, por tanto, el niño o niña tiene que facilitar a sus padres (responsables de ellos ante la ley) las contraseñas y permitirles acceder al terminal siempre que sea necesario por su seguridad.
Por supuesto este contrato no es único, también hay otros modelos como el que un juez redactó junto a su esposa para que su hija de 12 años hiciera buen uso del móvil, y que se viralizó en redes sociales.
En previsión de que mi hija, de 12 años, consiga su propósito (tener teléfono; aún está por ver), y dado su apego a las normas (bien por ella), mi mujer y yo estamos elaborando este contrato de adhesión, totalmente leonino. A ver qué os parece y si creéis que se nos olvida algo. pic.twitter.com/NAO593iqBr
— Judge the Zipper (@JudgeTheZipper) May 8, 2022
De todas formas, lo más importante es la labor de concienciación que los adultos deben ejercer sobre el menor, servirles de ejemplo (muy importante) y acompañarles para que sean capaces de hacer un buen uso de la tecnología.
Un caso particular
Gema es una madre cualquiera, residente en Madrid y diseñadora gráfica de profesión, con un hijo de dieciséis años que tiene móvil desde los doce. En consenso con el padre, decidió darle a Pablo un móvil al terminar la etapa de educación primaria y empezar una nueva en el instituto.
Aun así, les pareció buena idea darle un teléfono de segunda mano para que empezara las clases (tras el verano) y no fue hasta las vacaciones de invierno, aprovechando los regalos de Navidad, cuando le compraron un terminal nuevo. Esto les permitió “probar” a Pablo y que les demostrara que el teléfono no interfería en sus estudios, y que era capaz de cuidarlo y no perderlo.
Pablo es un chico que siempre se ha caracterizado por su madurez, pero a pesar de ello fueron muy cautos al darle el móvil, le hicieron firmar el contrato de Anar del que hemos hablado y, como se dice en él, instalaron en el teléfono una aplicación de control parental.
“La cosa no ha ido mal, aunque hemos tenido nuestros problemillas” nos cuenta Gema. De hecho, “al principio tenía prohibido tener cuentas en redes sociales pero, aun así, descubrimos que se había abierto una en Instagram sin permiso, porque todos sus amigos la tenían”.
“Tuvimos una bronca muy gorda —continúa— y estuvo castigado sin móvil un tiempo, pero al final creemos que le sirvió para aprender. No queda más remedio que confiar en él y en que los valores que le hemos ido enseñando sirvan de algo”.
Ahora, con dieciséis años cumplidos, Álvaro ya es prácticamente adulto y tiene una relación medianamente sana con el móvil. “Al menos que sepamos, no ha tenido problemas de ciberacoso ni nada parecido porque siempre le hemos insistido bastante en los peligros de Internet, especialmente en no hablar con nadie que no conociera en la vida real”.
Aún así, nos confiesa que “es cierto que está muy enganchado, sobre todo se pasa el día viendo cosas en Instagram y TikTok, pero eso lo hacemos todos al fin y al cabo”.
Al final, los móviles son uno de los dispositivos que todos utilizamos para relacionarnos con la tecnología y debemos ser consecuentes del uso que hacemos de él y responsabilizarnos de educar para usarlas de manera responsable.
Por eso desde Orange abogan por un Uso Love de la Tecnología y ofrecen productos como Kids Ready pensados para ayudar a los padres en el difícil momento de dar un móvil a sus hijos.
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