Los padres, ¿responsables de los delitos de sus hijos en redes sociales?

Consejos y trucos

Cyberbullying, chantaje, difusión de imágenes de contenido sexual sin autorización, cyberstalking, troleos, ser hater… Los menores pueden llegar a realizar muchos tipos de acoso y terminar cometiendo delitos a través de internet. Y los padres son los responsables ante la Justicia.

La lista de delitos que los menores pueden cometer en internet es muy larga y los padres, en general, no lo saben. Y los más jóvenes, en realidad, tampoco. 

Niños, niñas y adolescentes tienen contacto con la tecnología, las pantallas y las redes sociales cada vez a menor edad. En muy poco tiempo adquieren competencias digitales y conocimientos técnicos muy superiores a los de sus padres. Sin embargo, carecen de madurez y bagaje para diferenciar el bien del mal, entender qué es un delito y qué no, y cuándo una actividad deja de ser un juego para convertirse en delictiva. Con iniciativas como “Por un uso Love de la tecnología” de Orange, es necesario acompañarlos y educarlos en la utilización de las redes para prevenir prácticas abusivas o delictivas y generar en ellos pensamiento crítico.

Pagan los padres

Según establece la Ley Orgánica 5/2000 reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores, los menores entre los 14 y los 18 años no pueden ser imputados ni juzgados por ningún delito por la vía penal. Como “penas”, la Ley tan solo indica que los menores deberán realizar actividades formativas, educativas, laborales y de ocio para su reeducación, integración y reinserción. Antes de los 14 años, los niños y niñas no son penalmente responsables y solo se contempla un resarcimiento del delito por vía civil. 

Sin embargo, los padres y tutores son los responsables de los actos delictivos de los menores, tal y como se establece en el artículo 1903 del Código Civil, por su deber de vigilar, custodiar y educar a sus vástagos. Queda claro con esta categórica frase de la Ley: “Los padres son responsables de los daños causados por los hijos que se encuentren bajo su guarda”, salvo que prueben que actuaron con diligencia para prevenir el daño. 

Internet y las redes sociales, lugares para delinquir

Así, nuestros hijos e hijas pueden sufrir e infligir agresiones de toda índole a través de las redes sociales. Muchas veces son los propios menores los que realizan actos que vulneran la legalidad contra otros de su misma edad. Son delitos como el ciberbullying, el acoso, el chantaje y la difusión de imágenes sin autorización. Sin olvidar otro tipo de actos que, aunque a priori no son penables, conllevan riesgos importantes, como el sexting y los retos virales (como el de la ‘ballena azul’ y los populares rooftoppers). De igual forma, los famosos troles y haters pueden llegar a un nivel de acoso denunciable. Los padres suelen ser quienes les proporcionan el acceso a los dispositivos, pero no vigilan si sus hijos e hijas tienen perfiles en redes sociales que, en teoría, no admiten menores. Con lo cual, el resultado es que son los responsables. 

Según revela un estudio de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU), realizado con motivo del Día de Internet Segura el pasado 9 de febrero, el 68 % de los niños de entre 10 y 12 años tienen redes sociales. Este porcentaje aumenta a casi el 100% en el caso de los jóvenes de 19 a 21 años. Por otro lado, el 12,5% acepta solicitudes de amistad sin conocer al usuario que las envía. El mismo estudio indica que el 12,5% de los padres de estos menores no saben ni controlan ninguna de las redes sociales en las que sus hijos e hijas tienen una cuenta. 

Además, esto sucede a pesar de que la edad mínima en España para tener una cuenta en redes sociales se sitúa entre los 13 y 14 años, incluso más, según la plataforma. Tal y como asegura el jurista Javier López, experto de Écija Abogados, “las redes sociales más populares entre este sector de la población son Instagram, YouTube, TikTok y Snapchat, además de WhatsApp, que, aunque es un sistema de mensajería instantánea, su capacidad de viralización de contenidos ofrece una enorme capacidad para que los más pequeños cometan delitos”.

Delinquir con los datos

Además de que a través de las redes sociales los menores pueden atentar contra el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen de otras personas, pueden delinquir en lo que se refiere al tratamiento de los datos personales y su circulación. En este sentido, el Reglamento General de Protección de Datos europeo (GDPR) dice que la edad mínima de un menor para dar su consentimiento a utilizar su imagen o datos es de 16 años. 

La Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales española reduce a 14 años la edad para dar dicho consentimiento y lo considera también lícito en menores de 14, si consta el consentimiento del titular de la patria potestad o tutela. 

Y es ahí donde se establece la responsabilidad paternal y maternal, pese a que no suele ser verdad que los padres sean conocedores y consentidores, porque muchas de estas aplicaciones pueden descargarse sin acreditar la edad necesaria para ello. Se han observado infinidad de casos de menores que suben vídeos de palizas y agresiones o material pornográfico a la red para conseguir fines materiales, regalos y seguidores en las redes por la cultura de la popularidad. 

Por Marián Álvarez Macías

Imágenes | Mary Taylor / Pexels | J.Ricard / Unsplash

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