Todo lo que tienes que saber sobre la placa base del ordenador

Consejos y trucos

La placa base no es el corazón o el cerebro de nuestro ordenador. Es ambos. Un componente esencial para comenzar a montar el ordenador. De esa oblea verdosa con muchas soldaduras conectaremos después la memoria RAM, la CPU (el verdadero cerebro), la refrigeración, el disco duro y una fuente de alimentación que transmite el flujo de electricidad suficiente para que todos los componentes operen adecuadamente.

Saber elegir una placa no es fácil. Y lo es porque existen varios tipos de circuitos impresos, según el uso y dependiendo del tipo de ordenador que se ensamblará después. La gran mayoría cuentan con los mismos componentes —zócalo, chipset, BIOS, reloj y otros, como veremos más adelante— pero existen varios tamaños y categorías. Tras estas líneas encontrarás toda la información necesaria para elegir sin errar.

Consejos básicos para elegir una placa base

Partimos de algo sencillo para cualquier tipo de usuario. Elegir una placa base adecuada debe responder a tres preguntas:

  1. ¿Cuánto presupuesto tengo? Con placas de hasta 100 € podremos acceder a los modelos más sencillos, mientras que por 250 o 300 € tendremos acceso a placas HEDT, mucho más evolucionadas en cuanto a conexiones, preparadas para el overclock y para jugar a los videojuegos más exigentes.
  2. ¿Qué procesador usarás? El corazón de la placa es el procesador o chipset. Y dependiendo de la placa que elijas, podrás elegir uno u otro para montar en su socket.
  3. ¿Qué tamaño de placa necesitas? El tamaño de la placa no atiende solo a sus dimensiones, sino a la cantidad de conexiones disponibles. Generalmente existen tres tipos de placa: ATX (12’’, el estándar), Micro-ATX (10’’, menos slots de expansión para módulos PCI y M.2) y Mini-ITX (las más pequeñas, con solo dos zócalos RAM). Por tanto, dependiendo de la conectividad que necesites (desde cantidad de puertos USB hasta salidas HDMI o puertos de audio), tendrás que optar por una u otra.

Tipos de placa base

Basándonos en estas tres tipologías, ahora podemos hablar de cuántos tipos de placas existen. La nomenclatura que diferencia tal o cual tarjeta se denomina factor de forma. Y aunque nuestro listado es incompleto (existen placas de diseños inusuales para montar en vehículos como tanques o para pequeños electrodomésticos como robots de cocina), a continuación agrupamos las cinco grandes tipologías:

Cómo elegir tu placa base sin fallar

Sin embargo, el factor de forma es solo un elemento taxonómico. Además de la tipología de placa, podemos agruparlas por cantidad de conexiones de vídeo y audio (HDMI, minijack, DVI…) e internas (PCI Express, SATA, USB…), por el tipo de socket y por el tipo de chipset que montan. Hasta ahora hemos hablado de la forma, del diseño, pero no de qué placa es compatible con qué chip. Y dependemos de esta nomenclatura para saber qué placa será compatible según el ordenador que nos gustaría construir.

Por ejemplo, y acotando un poco: la nomenclatura del socket 1151 de Intel significa que esta placa será compatible con todos los procesadores Intel de los últimos años, con tarjetas RAM DDR4 y puertos de conexión USB 3.0. Además, también debemos fijarnos en la generación de ese socket. Actualmente existen 1151 de séptima generación, octava y novena. En cambio, los nuevos Comet Lake-S y Rocket Lake-S de décima generación montan socket LGA1200.

Y este es solo un ejemplo. Para no extendernos, lo resumiremos así: la placa que vayas a adquirir debe ser capaz de alojar el chipset compatible, además de ser también compatible con el resto de partes que conformarán tu equipo. Y para conocer un poco más a fondo esas partes, ahora hablaremos de los componentes que dan forma a una placa base.

Los elementos clave de una placa base

Habitualmente, las placas bases se componen de un conjunto de elementos comunes —y es así desde 1981, cuando se estandarizó y comercializó el primer modelo—. Todos ellos, conectados, conforman el sistema circulatorio de un ordenador. Algunos son esenciales, como la CPU, la fuente de alimentación y el módulo RAM. Otros, como los conectores de expansión, de almacenamiento y los puertos USB para conectar un teclado, ratón o cargar nuestro smartphone, son opciones pero fundamentales en la mayoría de placas.

Por importancia, de mayor a menor, estos son sus componentes:

  1. Zócalo para la CPU. Se trata del espacio destinado a conectar el procesador, el cerebro de la máquina. Este socket suele estar conectado a unas aletas de metal, las cuales, a su vez, se mantienen en contacto con la pasta térmica, destinadas a desviar y disipar la temperatura.
  2. Northbridge. Soldado a la propia placa, como su nombre indica, este es el puente norte, un nodo de conexión entre la CPU, la pista RAM y la gráfica.
  3. Espacios para los módulos RAM. Las memorias RAM, de estructura rectangular, son un elemento fundamental para la carga de programas y cualquier tarea que el sistema esté procesando. Su memoria es volátil, lo que significa que, una vez dejan de recibir voltaje, pierden los datos que contienen.
  4. Lo que nos lleva a los conectores de almacenamiento, habitualmente en formato SATA o SATA 3. Aquí se conectan los discos mecánicos o sólidos que almacenarán los datos. Además de estos conectores, debemos destacar los conectores mSATA o M.2 NVME para unidades SSD.
  5. Ranuras PCI o PCI Express. Estas ranuras cuentan con distintos tamaños dependiendo de la velocidad del bus. Están destinadas para ensamblar componentes esenciales como la tarjeta de sonido, de red o las tarjetas gráficas. Más conectores (de 8 a 16, por ejemplo) redundan en un mayor ancho de banda y, por tanto, una mayor calidad de audio o vídeo.
  6. Southbridge. Por su parte, el puente sur conecta las ranuras PCI, los conectores SATA, las bahías USB y los puertos de ethernet o audio integrado. También suele ir soldado a la propia placa.
  7. Conectores PS/2. Son algo vetustos e infrecuentes en placas actuales, pero algunos monitores y ratones todavía los usan.
  8. Conectores USB. La mayoría de placas cuentan con varios puertos USB 2 y USB 3. La placa los alimenta y vincula al socket central para que podamos conectar o vincular dispositivos externos.
  9. Conectores gráficos. En este apartado se engloban todos los puertos de entrada y salida para monitores. Desde una entrada DisplayPort hasta un HDMI, cuya conexión transporta tanto audio como vídeo.
  10. Puerto de red. Indistintamente del chip wifi, la gran mayoría de placas cuentan con un puerto Gigabit Ethernet para la transferencia de datos por internet.
  11. Pila o batería CMOS. Esta es una pila de litio que suministra energía para ejecutar la BIOS. Además de este elemento, debemos sumar la propia BIOS, almacenada en un chip ROM y responsable de ejecutar el hardware haciendo una llamada a cada componente para contrastar que todo opera correctamente.
  12. Conector para la fuente de alimentación. Para que la fuente de alimentación suministre energía necesita un conector adecuado, con la cantidad de pines necesario para abastecer a todos los elementos.
  1. Conector para el ventilador. No confundir con los radiadores y heatpipes que refrigeran los elementos principales ni con los ventiladores que montan las propias tarjetas gráficas más avanzadas. Para poder ensamblar el componente de refrigeración adecuado se requieren dos elementos: una interfaz de voltaje para alimentarlo y su bahía destinada para ensamblarlo.
  2. Otros componentes. Por último, reseñamos el botón de encendido/apagado, la circuitería responsable de gestionar la memoria caché y la caché secundaria, la interfaz IDE —todas esas fajas de conectores ATA de color blanco y gris— y otros pequeños elementos no soldados a la oblea de la propia placa madre.

Por Israel Fernández

Imágenes | Unsplash (por orden de visualización, 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7)

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