Nacida en los años setenta, la tarjeta SIM ha ido evolucionando mucho a lo largo de su historia, hasta llegar a convertirse en un elemento imprescindible en nuestras comunicaciones. Su nombre nace del acrónimo Subscriber Identity Module (módulo de identificación de abonado en español).
¿Qué es una tarjeta SIM?
Se trata de un chip o tarjeta inteligente que se utiliza actualmente en teléfonos móviles y en módems a través de una ranura lectora. Actualmente, su uso es obligatorio en las redes GSM (Global System for Mobile communications).
Es un medio sencillo y barato para almacenar ciertos datos del usuario, como su número de teléfono, su clave de seguridad y sus contactos. Dicho de un modo más sencillo, es la tarjeta que se introduce en los móviles y que permite identificar al usuario.
El tamaño ha ido variando en el tiempo, debido a la reducción de bordes, pero el chip se mantiene con ocho contactos eléctricos que son los que se encargan de transmitir la información al teléfono en el que se encuentra insertada.
Historia y origen de la tarjeta SIM
Aunque nacieron en los años setenta, no fue hasta la década de los noventa cuando llegó su gran popularidad, tras convertirse en un soporte obligatorio para identificar a los usuarios en las redes GSM de telefonía.
Como se comentaba en la sección anterior, el tamaño ha ido variando, desde las primeras tarjetas SIM con un tamaño similar a una tarjeta de crédito, hasta las actuales nanoSIM, de apenas 12 x 9 milímetros. Curiosamente, a la misma vez que se reducía su tamaño físico aumentaba también la capacidad de almacenamiento, desde los 2 KB originales a los 512 KB actuales.
Actualmente, se siguen utilizando no por la seguridad que aportan (podrían existir métodos mucho más seguros), pero sí por su comodidad a la hora de identificar a los usuarios en cualquier teléfono en el que se inserte la tarjeta SIM.
¿Qué datos se encuentran en la tarjeta SIM?
La mayoría de las nanoSIM actuales cuentan con 128 KB, aunque pueden llegar a los 512 KB. Esta capacidad es más que suficiente para almacenar los datos básicos que pueden recoger estos chips.
Entre ellos, se encuentran el número de teléfono del abonado, el número de la propia tarjeta, las claves de autenticación, la identificación del operador y otros datos básicos para el funcionamiento de la línea. Además, también pueden guardar contactos del usuario y SMS.
Tipos de tarjeta SIM
Actualmente existen cuatro tipos de tarjeta SIM.
- SIM: son las originales y también las que cayeron en desuso. De hecho, muchas veces ni se incluyen en las clasificaciones de tipos de tarjeta SIM. Tenían un tamaño similar a una tarjeta de crédito (33 x 66 milímetros) y un espacio para apenas 20 contactos de teléfono.
- MiniSIM: lo que popularmente se conoce simplemente como SIM es, en realidad, una MiniSIM. Es el modelo estándar que se utilizó en los primeros móviles y contaba con un tamaño de 15 x 25 milímetros. Ya permitía almacenar más contactos y mensajes que el anterior formato.
- MicroSIM: aunque se desarrolló en el año 2003, no fue hasta el año 2010 cuando apareció el primer móvil en el mercado con este formato. Fue Apple, con su iPhone 4, quien se convirtió en pionero en llevar la microSIM a la telefonía móvil. El tamaño se redujo a 12 x 15 milímetros y con ella se buscaba ampliar su capacidad, mejorar su seguridad y dejar más hueco para otros componentes en el interior de los smartphones, al reducirse también la ranura para la tarjeta.
- NanoSIM: también fue Apple, con el iPhone 5, el primer fabricante en hacer uso de la NanoSIM en un teléfono móvil. Corría el año 2012 cuando los usuarios comenzaron a usar este tipo de tarjetas, que no llegó a Android hasta 2013, de la mano del Moto X. Este es el formato más evolucionado que existe hoy en día, con un tamaño de 12 x 9 milímetros y una capacidad que suele oscilar entre los 128 Kb y los 512 Kb.
¿Qué es la dual SIM o SIM doble?
La tecnología dual SIM es aquella que permite utilizar dos tarjetas SIM en un solo dispositivo. Para que sea posible, el teléfono móvil debe tener capacidad para alojar ambos chips de manera física, pero también el software del móvil debe estar optimizado para ser capaz de gestionar esta cualidad.
Según su funcionamiento, se pueden distinguir tres tipos de SIM doble:
- Dual SIM pasivos: son los terminales que solo tienen una antena de transmisión, por lo que, aunque tengas insertadas las dos tarjetas, no podrás usar las dos a la vez.
- Dual SIM standby: permite insertar dos tarjetas y mantener activas las dos, pero solo se puede usar una conexión de llamadas o de datos. La otra entra en suspensión.
- Dual SIM activos: son las que permiten usar dos antenas a la vez y, por tanto, poder recibir llamadas de varios simultánea en ambos números. En el caso de los datos, solo se puede usar la conexión de una de ellas.
El reinado de las tarjetas SIM se podría acabar con la llegada de la eSIM, un nuevo modelo virtual, pero su penetración en el mercado está siendo tan lenta que, por ahora, todavía le queda una larga vida por delante a la SIM física.
Por Noelia Hontoria
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