¿Qué hacer cuando nos suplantan la identidad en internet?

Consejos y trucos

Internet ofrece todo tipo de oportunidades de actuación, lo que a su vez incluye algunas ilegales. Abrirse una cuenta falsa en redes sociales fingiendo ser otra persona, por ejemplo, es un delito de suplantación de identidad muy sencillo de ejecutar. ¿Cómo actuar antes estas u otras suplantaciones de identidad? ¿Cómo protege la ley?

¿En qué consiste la suplantación de identidad?

La suplantación de identidad es un delito recogido en el Capítulo IV del Código Civil bajo el título ‘De la usurpación del estado civil’ en su artículo 401. ‘Usurpación del estado civil’ es el término legal, mientras que ‘suplantación de identidad’ es el de uso común. 

Como puede leerse en el Boletín Oficial del Estado, este delito se enfrenta a penas mínimas de seis meses, y es que no es un tema baladí. La suplantación de identidad es un delito grave que afecta muy negativamente a las víctimas.

Aunque usurpar el estado civil de otra persona es un delito que no exige herramientas digitales, lo cierto es que es muy usual en internet. La suplantación digital de identidad supone un quebradero de cabeza para los afectados. Estos van más allá de la persona suplantada.

Este delito suele ser usarse como ‘delito puente’ para cometer otras faltas como, por ejemplo, duplicar la identidad digital de alguien para relacionarse con su empresa y obtener datos confidenciales. Lo que se conoce como ingeniería social. Este caso lo recoge la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI). 

Dos tipos de suplantación de identidad online

En líneas generales, existen dos tipos de suplantaciones de identidad en medios digitales. La más frecuente consiste en la duplicación de un perfil, pero incluso se llega al robo.

  1. Suplantación de identidad mediante creación de un perfil falso. Sucede cuando una persona abre un perfil social fingiendo ser otra (existente). Esto último es muy importante: para que se dé la usurpación del estado civil ha de existir un estado civil. Una cuenta falsa con una foto de una persona que no existe (generada mediante deepkafe) no es usurpación.
  2. Suplantación de identidad mediante robo de las credenciales de acceso. Más grave aún es cuando el delincuente roba las credenciales de acceso a una cuenta (por ejemplo, tu cuenta de Facebook) y publica en tu nombre. Es por ello que conviene disponer de mecanismos de autenticación en dos pasos.

¿Qué hago si sufro una suplantación de identidad en internet?

Sin importar en qué plataforma, offline u online, se haya realizado el delito, es relevante destacar que es un delito y, por tanto, algo ilegal. Es por ello que se puede acudir a una comisaría de Policía para interponer una denuncia o bien hacerlo ante el Grupo de Delitos Informáticos de la Guardia Civil.

Antes de acudir a cualquiera de estos dos servicios públicos para denunciar, es importante reunir tantas pruebas como sea posible. Entre ellas, URL, emails, pantallazos y otra documentación. Si alguien se hace pasar por ti en redes sociales, conviene no solo que copies la URL del falso perfil y la de sus tuits, sino que recopiles pantallazos de sus publicaciones, sobre todo aquellas de las que sospeches sea un delito, te generen incomodidad o por las que sufras daños.

Cuantos más datos seas capaz de transmitir a los investigadores de la Policía o la Guardia Civil, más herramientas tendrán para localizar al infractor y hacerle rendir cuentas a nivel judicial. Dicho esto, es importante destacar que a menudo las unidades de delitos informáticos se ven impedidas a la hora de ‘tirar de los hilos’ virtuales.

Existen herramientas y protocolos de ocultación que a menudo frustran sus pesquisas. A veces no necesariamente tecnológicos. Basta con que el delincuente viva en un país cuyas relaciones policiales no sean fluidas para que quede respaldado. En otras ocasiones la ocultación es tecnológica y, de nuevo, impide a los servicios públicos identificar al agresor.

Denunciar la suplantación de identidad en la plataforma

Una vez interpuesta la demanda o justo después de recolectar las pruebas, es posible exponer una queja formal ante los administradores de la plataforma en cuestión, en caso de ser una red social. Casi todas incorporan mecanismos de denuncia extrajudicial, aunque no todas suelen tomar medidas rápidas o eficaces.

En teoría, todas las plataformas que operan en España han de disponer de formularios para este tipo de denuncias, aunque sea un email y no una proforma como en el caso de Twitter. Pero, ¿y si no lo tienen o no hacen nada? En este caso habrá que poner en conocimiento de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) la situación para sancionar a los responsables, es decir, la plataforma. Si esta no facilita la investigación policial o no realiza la suya, están cometiendo una infracción también denunciable.

La suplantación de identidad, por su facilidad, es relativamente frecuente. Especialmente entre personalidades públicas, conocidas o poderosas. Y esto incluye cargos empresariales de pequeñas empresas, por poner un ejemplo cercano. El mejor modo de luchar contra ello es acudir a los cuerpos de seguridad cuando ocurre, y prevenir el robo mediante contraseñas robustas.

Redactado por M. Martínez EuklidiadasImágenes | Alex Iby/Unsplash

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