La brecha salarial y el techo de cristal existen, eso es innegable, pero ¿se da por igual en todos los sectores? ¿Qué ocurre en el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación? ¿Y en el de la pujante inteligencia artificial?
Vamos a intentar conocer la situación de la mujer en el sector TIC recurriendo a dos estudios recientemente presentados y que demuestran que el problema afecta de lleno también a este ámbito tan importante para el futuro.
Algo que no solo es preocupante sino que, como vamos a ver, podría dar lugar a que los sistemas de inteligencia artificial tengan sesgos discriminatorios que perpetúen estereotipos de género, haciendo que no resulten igual de justos para todos.
La brecha de género persiste en el sector TIC
En un mundo cada vez más digital, la figura del profesional en Tecnologías de la Información y la Comunicación emerge como un puesto clave para las empresas. Sin embargo, se trata de una especialidad que se encuentra con dos principales retos en el mercado laboral: por un lado la escasez y —al mismo tiempo— alta demanda de profesionales formados, y por otro lado con el problema de la brecha de género y el techo de cristal.
Así concluye el Informe sobre Profesionales TIC de InfoJobs, del que ya os hablamos a propósito de las interesantes remuneraciones de este sector, y que fue elaborado en base a una encuesta realizada a 1.002 profesionales de entre 16 y 65 años, un 44% (468) pertenecientes al sector TIC.
Según sus datos, casi la mitad de los trabajadores tecnológicos no cree que haya brecha de género laboral; sin embargo, 6 de cada 10 mujeres sí considera que las medidas de igualdad de sus empresas son totalmente insuficientes (casi un 10% por encima de la media de la población ocupada).
En este sentido, las medidas más demandadas por ellas son la conciliación familiar y laboral (con el 56% frente al 46% de los hombres), las medidas para garantizar la igualdad de salarios (53% frente a 33% de los hombres), la equiparación de las condiciones laborales y beneficios profesionales a tiempo parcial y completo (43% frente al 28% de los hombres), y los planes de promoción profesional que garanticen la igualdad de oportunidades (42% frente al 32% de los hombres).
Igualmente, existe una clara brecha de género cuando se habla de acoso laboral: un 63% de hombres cree que en su empresa hay medidas para prevenir o actuar ante un caso de acoso laboral, mientras que un 44% de mujeres lo dudan o no tienen claro si esos protocolos existen o si son efectivos y suficientes.
El problema en este sentido parece claro: la alta masculinización del sector de profesionales TIC conlleva una menor concienciación de la brecha de género. Los datos lo dejan claro: el profesional TIC en España es un hombre (80%), joven (el 26% tiene entre 25 y 34 años), y residente en la Comunidad de Madrid (26%).
Y eso que, aunque sólo representen a un 20% de los trabajadores del sector, las mujeres están más formadas que los hombres. Siempre según datos de Infojobs, alrededor de un 60% de ellas tienen al menos estudios universitarios superiores, mientras que ellos se quedan en un 40% y cuentan con más carreras técnicas o estudios no universitarios.
Así, aunque es patente que los niveles de estudios más altos tienen mayores posibilidades de conseguir un empleo, en el sector TIC se da una paradoja: en 2023 el 16% de las empresas españolas disponían de especialistas TIC y el 38% de ellas emplean a mujeres, pero solo un 8% cuenta con al menos el 50% de sus profesionales del sexo femenino.
Así, teniendo en cuenta que se calcula un déficit de 120.000 posiciones de especialistas tecnológicos en España —sobre todo dedicados al desarrollo de software y la ciberseguridad—, es preocupante que exista actualmente esta brecha de género en el sector tecnológico y que se excluya a las voces y experiencias de las mujeres.
La brecha salarial y la Inteligencia Artificial
Si con lo anterior ha quedado claro que existe una brecha de género en el sector TIC, ¿qué pasa con la IA? ¿qué influencia tiene, o puede tener, en que esta brecha se agrande o se haga más pequeña?
Esto es algo que trata de responder de alguna manera el Informe sobre Brecha de Género en la era de la Inteligencia Artificial de la OBS Business School, que considera que la Inteligencia Artificial está teniendo un impacto transformador en casi todos los aspectos del trabajo y la vida, por lo que la brecha de género adquiere una relevancia crítica.
Así, destacan que a medida que esta tecnología va dando pasos, se vuelve esencial una representación equitativa de géneros en su desarrollo y aplicación para poder evitar sesgos y garantizar que los sistemas de IA sean efectivos y justos para todos.
Por ello, consideran que una brecha de género pronunciada en este tema puede llevar a la creación de sistemas de inteligencia artificial que perpetúen estereotipos de género y discriminación, lo que afectaría desde decisiones de contratación hasta diagnósticos médicos y hábitos de consumo.
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Según el informe de OBS, las mujeres no sólo pueden aportar habilidades técnicas a la IA sino también perspectivas únicas que son determinantes para lograr un desarrollo de tecnologías éticas y equitativas. Pero abordar estos sesgos requiere un esfuerzo consciente y coordinado en varios frentes, desde la recopilación de datos hasta el desarrollo e implementación de tecnologías.
Por eso destacan las figuras de mujeres como Fei-Fei Li, cocreadora de ImageNet (un conjunto de datos masivo que impulsó avances en visión por computadora), y Joy Buolamwini, fundadora del Algorithmic Justice League (que aboga por el uso ético de la IA), que son ejemplos de las grandes aportaciones en este campo por parte de las féminas.
Sin embargo, a pesar de todo, el campo de la inteligencia artificial —como en la mayoría del ámbito tecnológico— sigue siendo predominantemente de hombres. Por tanto, los sesgos de género en algoritmos y sistemas de IA son un problema significativo y creciente.
Para intentar paliarlo, proponen fomentar el talento femenino en la IA a través de tres líneas de trabajo:
- Una educación inclusiva desde edades tempranas que fomente la incorporación de más niñas en el ámbito STEM.
- Campañas de concienciación y divulgación para destacar los méritos y contribuciones de las mujeres en la IA.
- Establecimiento de programas de mentoring que conecten a mujeres jóvenes con profesionales exitosas en su campo.
Combinar este tipo de iniciativas con un cambio cultural y una mayor visibilidad a las mujeres que tengan roles destacados es fundamental para garantizar la diversidad y la inclusión en el diseño y desarrollo de las tecnologías futuras y para crear conciencia sobre la importancia de la equidad de género en la tecnología, concluye el estudio.
¿Cuándo se logrará la paridad de género?
El informe de OBS también nos da otros datos interesantes sobre la brecha de género a nivel global. Según datos del Índice Global de Brecha de Género elaborado por el Foro Económico Mundial, el año 2023 acabó en un 68,4%, mejorando levemente (0,3%) sobre el año anterior y demostrando que la evolución es positiva, pero el avance lento.
Así, según sus datos se necesitarán 131 años para llegar a la paridad en el mundo. Analizándolo por regiones, Latinoamérica y el Caribe serían la región que más pronto puede llegar a la paridad, 53 años, si mantiene el ritmo actual, mientras que la región de Asia del Este y Pacífico necesitaría 189 años.
Si miramos a Europa, la cifra se queda en 67 años para alcanzar la paridad con países con un índice más avanzado para lograrla (Islandia 91,2%, Noruega 87,9% y Finlandia 86,3%), mientras que España se queda en un 79,1% (ocupando el decimoctavo lugar a nivel mundial por detrás de Nueva Zelanda).
Por otro lado, se apunta a una de las razones principales que explicaría que esta brecha continúe existiendo, a pesar de los avances, lo que llaman el obstáculo del “trabajo codicioso”.
Con esto se refieren a la representación excesiva de la mujer en sectores con salarios bajos. Este concepto describe una realidad laboral donde ciertos trabajos exigen una inversión desmesurada de tiempo y energía. Estos empleos, a menudo altamente remunerados y prestigiosos, requieren una disponibilidad prácticamente total, largas jornadas de trabajo y una dedicación que va más allá de lo que se consideraría una jornada laboral estándar.
En ciertos sectores, el trabajo codicioso se ha convertido en la norma, lo que lleva a una cultura de trabajo en donde se valora, y se espera, la disposición a sacrificar el tiempo personal y familiar por el éxito profesional.
Este tipo de trabajo codicioso representa para las mujeres un obstáculo significativo en sus trayectorias profesionales. Por eso, el informe considera importante desvincular los salarios altos de las largas jornadas de trabajo, y propone que se valore más la productividad y los resultados.
Este enfoque permitiría acabar con la brecha salarial de género y que las mujeres, que a menudo asumen mayores responsabilidades familiares, puedan mantener un equilibrio más saludable entre vida laboral y personal sin tener que sacrificar su desarrollo profesional o su potencial de ingresos.
Imágenes | Fotos de Adobe Stock, Infojobs, OBS Bussiness School y Freepik
