Hoy en día, en las empresas conviven diferentes generaciones con maneras de pensar, comunicarse y liderar muy diferentes Desde los baby boomers hasta la generación Z, cada una ha sido moldeada por el contexto social, político y tecnológico de su época. Y claro, esto se refleja claramente en sus estilos de gestión.
Una convivencia multigeneracional que no solo enriquece los equipos de trabajo, sino que también plantea retos cuando hablamos del liderazgo en el ámbito laboral. Entender estos estilos de management según la generación nos permite comprender cómo influyen los valores, la formación y las experiencias de cada época en la forma de dirigir personas.
Y ojo, también identificar oportunidades para adaptar la jerarquía laboral a modelos más colaborativos y efectivos.
La generación de los baby boomers: autoridad y estabilidad
Los managers baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964, se caracterizan por valorar la lealtad, el trabajo duro y la permanencia a largo plazo en una misma empresa. Su estilo de management tiende a ser más jerárquico, con una estructura bien definida de autoridad. La figura del jefe es clara y, en muchos casos, se asocia con la idea de respeto incuestionable.
Aunque pueden tener una visión más tradicional del trabajo, muchos boomers han demostrado una gran capacidad de adaptación. Sin embargo, en ocasiones les cuesta aceptar los cambios rápidos propios de la digitalización o comprender ciertos comportamientos más informales de las generaciones más jóvenes, como el ghosting laboral.
El compromiso, la seriedad y la experiencia son sus principales fortalezas. Aun así, su estilo puede resultar rígido o poco abierto a nuevas dinámicas más horizontales. Hoy en día, los jefes baby boomers se enfrentan al reto de aprender a delegar y abrir espacios para la innovación sin perder el control que históricamente han ejercido.
Generación X: equilibrio entre control y flexibilidad
Nacidos entre 1965 y 1980, los líderes de la generación X ocupan hoy muchos de los puestos clave de dirección. Su estilo de gestión se caracteriza por un enfoque práctico, flexible y orientado a resultados. Han vivido el paso del mundo analógico al digital, lo que los convierte en managers con una gran capacidad de adaptación.
Valoran la independencia y el equilibrio entre vida personal y profesional, aspectos que suelen trasladar a sus equipos. Aunque mantienen estructuras organizativas claras, tienden a fomentar una comunicación más directa y cercana que sus predecesores.
Su liderazgo es menos autoritario que el de los boomers, pero sin llegar a la horizontalidad total que prefieren los más jóvenes. Se sienten cómodos con el uso de herramientas digitales y promueven una cultura de responsabilidad individual y confianza mutua. En este punto, su desafío puede ser mantener esa confianza sin perder de vista el seguimiento de los objetivos.

Millenials: líderes colaborativos y tecnológicos
Los millenials, nacidos entre 1981 y 1996, se han posicionado como referentes de un nuevo estilo de management más participativo, en el que prima la colaboración, la retroalimentación constante y la innovación. Un jefe milenial tiende a valorar la empatía, la diversidad y el aprendizaje continuo.
Crecieron en un entorno de transformación digital, lo que les otorga un dominio natural de las tecnologías. Tienden a cuestionar las jerarquías tradicionales, apostando por estructuras más horizontales que promuevan la co-creación de ideas.
Aunque aportan frescura y dinamismo a sus equipos, en ocasiones pueden ser percibidos como poco firmes o demasiado permisivos. Uno de sus principales retos es establecer límites claros y mantener la autoridad sin perder el tono colaborativo que los caracteriza.
También deben aprender a gestionar conflictos de forma directa, ya que tienden a evitar el enfrentamiento, lo que puede derivar en silencios incómodos o incluso ghosting laboral en situaciones difíciles.
Generación Z: liderazgo emergente y disruptivo
La generación Z, que abarca a los nacidos aproximadamente entre 1997 y 2010, empieza a asumir responsabilidades de liderazgo en empresas jóvenes o startups. Su visión es radicalmente distinta a la de sus antecesores: demandan inmediatez, transparencia y propósito en cada acción. Su manera de liderar está en construcción, pero se perciben signos claros de un enfoque ágil, emocionalmente inteligente y con fuerte base digital.
Para estos nuevos managers, la autoridad se gana con autenticidad y coherencia, no con antigüedad o títulos. Promueven una cultura laboral basada en la flexibilidad, la diversidad y el respeto por el bienestar emocional. La rapidez con la que se mueven puede ser vista como impaciencia por generaciones anteriores, pero es un reflejo de su necesidad constante de evolución.
¿Y la generación Alfa?
Aunque, obviamente, aún no forman parte del mundo laboral, los nacidos a partir de 2010 —la generación Alfa— crecerán en un entorno hiperconectado y con una fuerte presencia de la inteligencia artificial. Aún es pronto para definir su estilo de management, pero todo apunta a que estarán marcados por la automatización, la innovación radical y un nuevo enfoque en la sostenibilidad humana y ambiental.
La convivencia entre todas estas generaciones está transformando los modelos de gestión tradicionales. El verdadero desafío no es quién lidera, sino cómo se lidera en un mundo tan diverso y cambiante.