Olvidar la distancia, el superpoder de la videollamada

el superpoder de la videollamada

Innovación

Tras el confinamiento, conviene echar la vista atrás para aprender de la experiencia. Dura, en ocasiones agobiante y sin duda intensa. Y grandes protagonistas como la videollamada, que ha ocupado un lugar especial en la cercanía con nuestros seres queridos, conocidos y compañeros de trabajo. ¿Qué ha supuesto videollamar para los españoles?

Sin duda, un necesario punto de contacto social. En mayo de 2020, Wiko publicaba en un comunicado de prensa algunas de las conclusiones de su informe, el ‘I Estudio sobre Tecnología y Emociones’, en el que demostraba que la tecnología no es solo un conjunto de fríos cables y sistemas electrónicos, sino un puente marcadamente social que conecta personas.

El auge de las videollamadas

El confinamiento en casa hizo que algunas herramientas presentes desde hace décadas, como las videollamadas, tuviesen un papel esencial y saltasen al primer plano. Lejos quedó aquello de enganchar una cámara web mediante USB a algún puerto libre. Hoy todos los dispositivos cuentan con una cámara y sistema de grabación, lo que ha facilitado mucho la adopción de las llamadas de vídeo.

El tráfico de Zoom creció bastante y mejoró su seguridad, Google Meet pasó a ser un sistema gratuito y WhatsApp amplió el número de participantes por llamada, todo desafíos técnicos importantes. Cuando estos servicios abordan estrategias tan complejas y costosas es porque los usuarios están creciendo. Pero ¿cuánto?

Según Wiko, durante el confinamiento el 80% de los usuarios usaron este servicio de comunicación al menos una vez. La mayoría de ellos muchas más veces. Se estima que cada persona utilizó esta herramienta ocho veces a la semana, 10 videollamadas semanales si retiramos a ese 20% que nunca la llegó a emplear.

Como era de esperar, es entre los más jóvenes donde vemos un mayor uso, con el récord de 13 llamadas de vídeo a la semana (casi dos al día) en la franja de 18 a 24 años. Y destaca cómo hubo una diferencia significativa entre géneros. Ellas videollamaron nueve veces a la semana, y ellos ocho en el mismo periodo. Por descontado, estos contactos no solo han sido de familiares y a familiares.

Las videollamadas nos hacen olvidar la distancia

El mismo estudio destaca cómo dos de cada tres españoles (64,54%) participaron en llamadas grupales relativas a webinars, eventos o presentaciones de algún tipo, como conferencias o llamadas relacionadas con la educación. Uno de los puntos interesantes es analizar el porqué de estas asistencias y lo que implican.

“Dejar a un lado la tristeza que en algunos casos les causaba el estar lejos” es una frase que se repite en varios comunicados de prensa de Wiko. Las personas somos seres sociales y, ante la inhabilitación de la capacidad de conectar físicamente, optamos con rapidez por alternativas digitales. Según este fabricante, los motivos más frecuentes para realizar videollamadas han sido:

el poder de las videollamadas

A falta de contacto físico real, los usuarios nos hemos lanzado al uso de las redes telemáticas. A su vez, tener la posibilidad de hablar a través de una videollamada nos ha hecho ‘escapar’ de casa sin tener que salir, lo que sin duda ha evitado salidas innecesarias y, probablemente, haya frenado el contagio.

De hecho, un 24,19% de los participantes en el estudio consideran que “asistir a conciertos por Instagram o visitar museos virtuales han servido para entretener a la gente en sus casas durante el confinamiento”. Es un dato muy difícil de corroborar, pero todo parece apuntar a que la conectividad ha servido de freno a la expansión de la pandemia.

Estar informados nos ayudó a llevarlo

Además de la gran oferta de ocio digital que nos ha ayudado a quedarnos en casa, es importante destacar el papel de las videollamadas y redes sociales a la hora de mantenernos informados. Cerca de un 32,03% de los encuestados consideran que el papel que han jugado las redes sociales a la hora de difundir información ha sido imprescindible para que nos quedemos en casa.

Casi la totalidad de los encuestados (88,93%) afirman que las redes sociales han sido claves a la hora de sensibilizar sobre las medidas de confinamiento y su necesidad. Han ayudado a transmitir información compleja, procedimientos sanitarios, las diferentes medidas de las fases o informar sobre el pulso de la calle. Por ejemplo, era frecuente retransmitir lo que se hacía en el balcón de al lado, algo que animaba mucho sin importar la ubicación.

Todos estos elementos nos han hecho mucho más llevadero el encierro derivado de la COVID-19 y han demostrado la resiliencia de las personas cuando cuentan con las herramientas necesarias para conectar. Es difícil imaginar cómo hubiese sido el encierro en casa de no haber tenido videollamadas, pero parece que mucho menos llevadero.

Por Marcos Martínez

Imágenes | iStock/doble-d, iStock/Halfpoint

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