La publicidad es uno de los sectores que más atento está a las vanguardias tecnológicas para tratar de impactar en el consumidor. Según un informe de Zenith, se espera que, en 2021, la publicidad en internet alcance una inversión de 329.000 millones de dólares y represente casi la mitad la publicidad mundial.
Esto se debe, entre otros factores, a que el ecommerce es cada vez más potente en la economía de las regiones. Solo en España, a lo largo de 2018, el comercio online llegó a facturar casi 40.000 millones de euros.
¿Por qué usar la tecnología en publicidad?
Cuando hablamos de tecnología, nos referimos a un término muy extenso que incluye formatos, canales de difusión y herramientas tecnológicas. Las marcas encuentran muchas ventajas cuando apuestan por lo digital.
- Se crean campañas más espectaculares que llaman la atención de un público abrumado por el volumen de mensajes publicitarios.
- Son campañas que permiten a las marcas diferenciarse de su competencia.
- Existe una comunicación directa con el consumidor. Es más fácil fidelizarlo.
- Herramientas como el vídeo apuestan por una narratividad que apela a la emotividad.
- Se pueden realizar campañas personalizadas según el público objetivo.
- Pero, de igual modo, permite llegar a un público más global.
- Las redes sociales son el lugar en el que ‘viven’ los internautas. Es más fácil acceder a los consumidores.
- Gracias a recursos como blogs o webs, se puede vender mejor la imagen de marca y realizar una publicidad no invasiva.
- Una campaña por redes sociales no requiere un gran presupuesto.
- Los medios tecnológicos permiten medir más fácilmente el éxito y difusión de una campaña.
Realidad aumentada
La realidad aumentada es una de las herramientas preferidas por los consumidores. Permite llevar la experiencia digital al universo offline y sorprende al receptor, por lo que el producto, de antemano, ya tiene ganada la atención de este.
Necesita la interacción del consumidor, por lo que también consigue que se implique en la acción comercial. Así, mejora la experiencia del cliente consiguiendo que este no olvide la campaña que acaba de ver.
Una de las primeras marcas que usó la realidad aumentada en el exterior fue Pepsi. Una parada de autobús en plena calle se convirtió en el escenario de diferentes ‘eventos’, como la llegada de naves extraterrestres o el ataque de un gigantesco robot.
Realidad virtual
Una experiencia totalmente inmersiva que consigue que el usuario se traslade a cualquier universo. Las posibilidades creativas son infinitas. Y las dosis de espectacularidad están garantizadas. Las campañas que usan la realidad virtual tienen un alto impacto en el consumidor y favorecen el recuerdo de la marca y el producto.
Está directamenta asociada al entretenimiento, por lo que ofrece una gran ventaja competitiva. La desventaja es que el consumidor necesita unas gafas de VR para poder vivir la experiencia.
Un ejemplo de esta herramienta la tenemos en la campaña que lanzó McDonalds en 2016 con Oculus y Samsung VR. El espectador viajaba hasta una granja en la que podía ver cómo se producen los ingredientes que la cadena de hamburguesas utiliza. Fue una manera de generar confianza en los usuarios.
Publicidad programática
Se trata de anuncios personalizados que nos muestran, mientras navegamos, solo aquellos productos en los que potencialmente estamos interesados. En la publicidad programática, la marca no compra espacios para anunciarse, sino que usa el big data para comprar audiencias.
Un algoritmo establece equivalencias entre los espacios disponibles de un medio online con los perfiles de audiencia que la marca busca para su producto. Mediante un proceso automático, el consumidor ve únicamente el mensaje que supuestamente le interesa, mientras que a otro consumidor que, en ese mismo momento también esté visitando la misma web, se le muestra un anuncio diferente, coincidente, a priori, con sus intereses.
Un ejemplo muy sencillo. Visitas una página de ecommerce y consultas varios productos. Cierras esa web y entras, por ejemplo, en un site de información, totalmente independiente. Pues bien, la publicidad que esa página te muestra coincide con los productos que acabas de buscar en el primer site. Eso es publicidad programática.
Interactividad
Uno de los saltos cualitativos que la tecnología ofrece a la publicidad es la posibilidad de estimular al consumidor, convirtiéndole en parte activa del mensaje. Con la interactividad, la comunicación es bidireccional, por lo que se implica al cliente y se le ofrece una experiencia más directa.
En 2016, Reebok consiguió viralizar sus zapatillas ZPump 2.0 con una campaña interactiva en las calles de Estocolmo. Colocó una cámara que medía la velocidad de los transeúntes cuando corrían. Si lograban superar los 17 km/hora, les regalaba un par de zapatillas.
Reconocimiento facial
El desarrollo de la inteligencia artificial y el big data ha ayudado a crear sistemas biométricos de reconocimiento personal. El reconocimiento facial permite identificar a un individuo y personalizar los mensajes publicitarios que le llegan, consiguiendo segmentar las audiencias.
Un ejemplo de la puesta en marcha de este sistema lo tenemos en algunos taxis japoneses. En su interior, hay una tablet que escanea el rostro del pasajero y, a través de características como género y edad, solo le ofrece anuncios relevantes.
La llegada del 5G
El 5G es la novísima herramienta con la que la publicidad podrá contar. Este avance supondrá una mejor conectividad de alta velocidad, un menor tiempo de respuesta y la posibilidad de construir mensajes y escenarios mucho más complejos.
Herramientas como la realidad aumentada o la realidad virtual se verán directamente beneficiadas, pues podrán desarrollarse campañas más espectaculares. Elementos más inmersivos, imágenes más realistas y comunicaciones en tiempo real son solo algunos ejemplos.
Por Noelia Martínez
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