Robots para dar trabajo a personas con parálisis

Innovación

Cuando se habla de robotización se suele pensar también en automatización y, por tanto, en eliminación de puestos laborales. Aunque históricamente ha sido así, no toda la robotización tiene por qué desplazar trabajadores. Es el caso del Dawn (Avatar Robot Cafe) ver.β, un café temporal en el que robots pilotados por personas con ELA atienden a los comensales.

Este café ha tenido dos ediciones y pretende revolucionar la integración laboral y social de las personas con movilidad reducida gracias a la robótica. Con este tipo de herramientas es posible que una persona con parálisis use sus ojos para ser piloto de robot-camarero, ingrese un salario digno y pase a formar parte de la sociedad activa en lugar de mantenerse al margen.

¿Qué es el café Dawn ver.β y de dónde surge?

Según informaba ‘Kyodo News’ en 2018, el Dawn ver.β fue “un lugar de trabajo para personas con discapacidades físicas severas” que usa robots. En realidad, se trató de un proyecto piloto realizado por el Ory Labs del Ori Research Institute (Japón). La idea tras el proyecto pretendía responder a la pregunta “¿pueden las personas con movilidad reducida trabajar controlando un robot?”.

La respuesta fue afirmativa, gracias a unos androides OriHime-D controlados con los ojos personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Los pacientes descansaban en sus respectivas camas mientras operaban con éxito los robots. Aunque pueda parecer ciencia ficción, la tecnología de telecomunicaciones ha permitido este tipo de posibilidades.

En octubre de 2019 el café Dawn ver.β abría en el 3×3 Lab Future de Otemachi (Tokio, Japón) con más tecnología y con procesos más desarrollados respecto a los que hubo en la primera edición. En esta ocasión, 30 pilotos demostraron que era viable para una persona postrada en una cama resultar de utilidad a otras personas haciendo uso de robots o avatares.

Según Kentaro ‘Ory’ Yoshifuji, uno de los creadores de la iniciativa, “nuestro objetivo es dar a las personas con discapacidades físicas la oportunidad para trabajar”. De momento parece que van por buen camino.

Nuevas herramientas digitales para la integración

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cerca de 75 millones de personas de todo el mundo necesitan una silla de ruedas para desplazarse y solo del 5% al 15% tiene acceso a una. Bajo esta perspectiva, el porcentaje que puede tener acceso a medios suficientes como para ganarse la vida es mucho más reducido.

Parece obvio que hacen falta mucho más medios para buena parte de la población mundial, pero resulta chocante cómo el sistema laboral de los países más desarrollados no está, de momento, preparado para dar trabajo a personas con movilidad reducida.

Japón, país donde se levantó el café Dawn ver.β, da cuenta de ello. Una persona con ELA en España o Francia también tendrá serios problemas para ser autosuficiente. Pero haciendo uso de avatares físicos en forma de robot, una persona con discapacidad física puede llevar comida a domicilio, realizar soldaduras complejas en una fábrica y atender una mesa como camarero o camarera.

El trabajo como piloto de robots, una historia de ciencia ficción

Como viene siendo habitual en innovación, la idea original proviene de una historia de ciencia ficción, en este caso, el anime ‘Eve no Jikan’, que muestra una sociedad dividida entre los que tratan bien a los robots, con tintes sionistas orientales, y aquellos que solo ven máquinas a las que poder utilizar, una crítica no muy sutil a la visión occidental de la robótica.

Dawn ver.β se basa en la idea de un bar dentro de ‘Eve no Jikan’ en el que máquinas y humanos trabajan en igualdad de condiciones, con la particularidad de que tras los robots no hay cables y silicio, sino seres humanos de carne y hueso. Por descontado, esta otra idea también existe en la ciencia ficción.

En 2008 se estrenaba la película ‘Sleep Dealers’, en la que una suerte de mano de obra barata ‘cruzaba’ la frontera de México hacia Estados Unidos para trabajar en la construcción. Pero no lo hacían presencialmente; en su lugar, conectaban su cerebro a internet y manejaban maquinaria pesada en otro país.

Poco después aparecía en el cine ‘Surrogates’, basado en el cuento ‘Alter Ego’ (1967), que muestra  un 2017 en el que la gente usa robots para salir a la calle, viviendo postrados en una silla por motivos de seguridad. Esto incluía la industria pesada, donde es más frecuente sufrir accidentes.

Apenas unos años más tarde, el aclamado Ken Liu publicaba ‘El verano de Tong Tong’ (2014), que muestra una sociedad china en la que los mayores podían telecuidar de los jóvenes haciendo uso de robots operables llamados Ah Fu. Tras cada Ah Fu había un anciano en busca de contacto social.

Resulta obvio que convertir en avatares a los robots puede suponer un importante avance social en materia de integración, especialmente para aquellas personas que requieren de herramientas adicionales para interactuar con el mundo.

Redactado por M. Martínez Euklidiadas

Imágenes | Ory Laboratory (オリィ研究所), Ory, Ory.

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