Tecnología y gestión del tráfico: cuando lo digital ayuda a prevenir accidentes

Innovación

Con las grandes urbes en permanente expansión, el volumen de vehículos que circula por calles y vías de acceso aumenta cada año. Solo en España en 2019 se contabilizaron casi 30 millones de coches, un 2,2% más que en 2018. Por ello, es necesario priorizar la atención a la gestión del tráfico, una tarea para la que la tecnología se convierte en aliada.

Las soluciones inteligentes ayudan a conocer la circulación en tiempo real, a gestionar incidencias de manera eficiente, a anteponerse a posibles problemas y, en consecuencia, a optimizar el uso de las infraestructuras. Pero, sobre todo, mejoran la experiencia de los usuarios al hacer sus desplazamientos más sencillos, cómodos y rápidos.

Gestión inteligente

La gran afluencia de vehículos puede ser controlada de dos formas: adaptando más carriles, construyendo más carreteras e invirtiendo grandes presupuestos o sacando el máximo partido a los recursos que ya existen, a través de soluciones tecnológicas.

Los dispositivos inteligentes permiten una gestión adaptativa de los mecanismos de control. Es el caso de las llamadas olas verdes. Se trata de coordinar una serie de semáforos para que se mantengan con la luz verde mientras los coches circulan en oleadas en las intersecciones de una misma dirección.

Son equipos que trabajan con los datos que les envían sensores ubicados de forma estratégica y resultan muy útiles para reducir embotellamientos en determinadas horas del día. En una ciudad como Lima (Perú), se calcula que el tiempo de espera de los vehículos se redujo hasta un 30%.

Por otro lado, las autopistas son un campo de experimentación para todo tipo de señales adaptativas. La empresa Vic Roads ha instalado en sus vías de Melbourne (Australia) señales de velocidad variable, de tiempo de viaje y cámaras con circuito cerrado de televisión (CCTV) para controlar en tiempo real lo que sucede sobre el asfalto. Así, aportan información inmediata sobre las salidas menos congestionadas y dan prioridad a los carriles que están sufriendo atascos.

Otras de las soluciones que están incorporando las smart cities son los gestores inteligentes para plazas de aparcamiento. Mediante una aplicación móvil, se informa al conductor de los huecos disponibles en determinadas zonas de la ciudad, una solución que le ahorra tiempo e incluso se preocupa por la sostenibilidad. En Valencia trabajan con un proyecto que gestionará más de 1.000 plazas en toda la ciudad destinadas a personas con movilidad reducida, taxis y vehículos de carga y descarga.

Reducir los accidentes

Según la OMS, cada año mueren casi 1.300.000 personas en accidentes de circulación, una de las mayores causas de mortalidad del mundo. La tecnología para la gestión inteligente del tráfico puede ayudar a reducir estas cifras.

Cuando se produce un problema en la carretera, es clave detectarlo rápidamente, no solo para responder de forma eficiente al conductor implicado, sino para avisar al resto de usuarios de la imposibilidad de usar un carril. Los sensores habilitados en diferentes zonas de la vía junto con las señales adaptativas informan en tiempo real de accesos cortados, desvíos y carriles inutilizados. Evitan la paralización de la circulación, pero también nuevos accidentes provocados por la confusión del momento.

Un interesante avance es el que ofrece la tecnología DAS. Se trata de sensores acústicos de vibración que funcionan a partir de fibra óptica. Instalados en las carreteras, generan alertas sobre obstrucciones en la vía, intrusión de vehículos y personas y otros incidentes.

Además, en España, desde la DGT trabajan hace años con drones que controlan el tránsito desde el aire para vigilar la velocidad de los vehículos y sancionar a los conductores que cometen infracciones.

Tomar la decisión correcta

Los simuladores de tráfico son una tecnología muy útil para planificar mejoras. Sirven para reconstruir virtualmente las condiciones de circulación y estudiar el comportamiento de los vehículos para probar la eficacia de las diferentes soluciones.

Las simulaciones pueden ser microscópicas, para examinar el comportamiento individual de un coche atendiendo a los cambios de carril, aceleración y características del vehículo, y macroscópicas, que replican las condiciones de tráfico en una vía y analizan la fluidez del tránsito según la densidad de vehículos.

La tecnología BIM (Building Information Modeling) se emplea ya en muchas ciudades inteligentes. Sus gemelos digitales examinan las consecuencias de obras en la calzada, peatonalización de las calles, instalación de nuevas señales, construcción de más carriles, cambios de sentido de una vía…

Transmodeler, por su parte, es una empresa que ofrece este tipo de servicios gracias a la tecnología TransCAD, un software de ‘ruteo’ dinámico para pronosticar la demanda de la circulación a partir de un histórico de datos y de viajes simulados. Es capaz de crear simulaciones de todo tipo de carreteras y vías urbanas y, gracias a la arquitectura SIG, puede incorporar datos sobre la geografía del terreno y la geometría de la red de caminos.

El futuro de la tecnología en la gestión del tráfico

Compartir información en tiempo real será cada vez más importante. Los vehículos conectados podrán comunicar a otros conductores su posición, velocidad o trayecto y a las autoridades, posibles incidencias en la calzada. Una manera de colaborar entre todos en el incremento de la seguridad vial. Asimismo, los órganos directivos podrán enviar información sobre, por ejemplo, carreteras congestionadas y alternativas de tráfico que eviten aglomeraciones.

Movilidad Ford es un proyecto subvencionado por el gobierno inglés en el que colabora la Universidad de Loughborough. Trabajará con datos de coches conectados, de los sensores ubicados en las vías y con la información de las autoridades locales para crear una nueva herramienta de seguridad vial.

Mediante aprendizaje automático, los sensores de carretera serán capaces de analizar patrones de comportamiento y detectar incidentes. Incorporando también técnicas de análisis predictivo, se podrán predecir, por ejemplo, cuáles serán las zonas y horarios con tráfico conflictivo. Este verano ha comenzado un estudio que se prolongará durante 18 meses y que incluye a 700 vehículos a los que se les ha incorporado software para recoger datos sobre su conducción.

 

Por Noelia Martínez

Imágenes | Photo by sergio souza, 大爷 您, Patrick Perkins, Shunya Koide on Unsplash

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