Recordando a Clive Sinclair, el pionero del ordenador en el hogar

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Este año nos ha dejado Clive Sinclair, el creador del Spectrum. Una figura clave en la introducción del ordenador personal en los hogares. Su trabajo es especialmente valorado en Europa, donde su ‘criatura’ fue cuna de desarrolladores y jugadores de varias generaciones.

Biografía de Clive Sinclair

La sociedad tiende a encumbrar a personajes importantes o populares al ámbito de leyendas con demasiada facilidad, pero con Sir Clive Sinclair hay pocas dudas de que lo sea. El británico fue ante todo un inventor, con una visión de negocio y futuro que solo podemos comparar con genios contemporáneos como Steve Jobs.

Hijo y nieto de ingenieros, desde muy pequeño destacó en las matemáticas y devoró libros. Aprendió por su cuenta todo aquello que la escuela ordinaria no le facilitaba. A los 14 años ya presumía de haber diseñado un submarino.

Los veranos de adolescencia los utilizó para trabajar en grandes compañías relacionadas con la electrónica y la tecnología. En todas las empresas intentó cambiar cosas y proponer ideas revolucionarias a sus jefes. Entre ellas, la creación de vehículos propulsados por electricidad. Esto era una auténtica obsesión para Clive, como comprobaremos al repasar sus invenciones.

Sus primeras actividades laborales propias estaban relacionadas con el mundo editorial y la venta por correo de kits de radio en miniatura, también de calculadoras y otros dispositivos. Iba evolucionando tanto en la parte tecnológica como en los negocios.

A los 17 años tomó una decisión que cambiaría su vida: dejar la escuela y no ir a la universidad. Era un emprendedor nato y seguir el curso académico tradicional era ralentizar sus avances. Quería priorizar en los conocimientos que en realidad eran necesarios para sus proyectos. Lo consiguió hacer sin perder un punto de creatividad.

En la nueva etapa como empresario resultaron muy válidos los conocimientos editoriales adquiridos en trabajos anteriores. Clive conocía muy bien los medios impresos y sabía cómo dirigirse a los lectores y profesionales para venderles sus productos.

El ordenador doméstico de Sinclair: ZX Spectrum

Tenía muy claro que en cada hogar debía haber un ordenador personal y para llegar a esa situación era necesario que existieran equipos asequibles. Era complicado en aquel momento gestar un sistema informático que pudiera comprar cualquier familia, pero Sinclair lo consiguió con el ZX80 en 1980.

El que quisiera acceder a un ordenador de la época tendría que pagar una cifra cercana a los 1000 euros, que con la inflación podemos ver en la actualidad como una cantidad tres veces superior. El precio del ZX80 estaba en torno a los 120 euros.

Las capacidades de este microordenador de 8 bits no eran impresionantes, pero se convirtió en un éxito instantáneo, que no paró de evolucionar hasta lo que hoy conocemos como el ZX Spectrum. La mayor creación de Clive Sinclair, ya disponible en versiones de 16 y 48K de memoria.

Una máquina para videojuegos

Sus capacidades a la hora de generar gráficos y sonidos eran básicas, pero al mismo tiempo las justas y necesarias para ejecutar juegos bastante complejos. En muy pocos años creó un mercado en el que desarrolladores y jugadores optaron por él como principal herramienta. 

Estableció toda una industria del videojuego en Europa, asentada en Reino Unido, pero muy importante en nuestro territorio. Sinclair nunca tuvo la intención de que el Spectrum fuera un lugar ideal para los videojuegos, pero se dieron esas circunstancias curiosas en las que el mercado manda y decidió por él.

El ordenador no estaba solo en el mercado: nombres como Commodore, Amstrad o MSX disfrutaban de mejores especificaciones técnicas. Spectrum contaba además con peores materiales, como esas icónicas teclas de goma que lo que buscaban era abaratar costes. 

Pero la realidad es que nadie en el mundillo conocía quién había creado a sus competidores, mientras que con el Spectrum todo el mundo sabía que era obra de  Clive.

Tres inventos sorprendentes

Sinclair ha manifestado en diferentes ocasiones que los ordenadores personales y la microelectrónica, a pesar de su éxito en ellas, no eran su principal interés. Estaba atraído por el mundo de la automoción, también por las telecomunicaciones.

Los tres productos que se presentan a continuación no tuvieron tanto éxito en el mercado como el microordenador, pero sorprendieron por sus características. Además, sirvieron de base para proyectos de otras compañías:

Sinclair C5: un vehículo eléctrico en los 80

Los vehículos eran su verdadera pasión y tenía fe absoluta en la propulsión eléctrica. Por eso aprovechó su boyante momento con los microordenadores para desarrollar el C5. Se trataba de un vehículo unipersonal presentado a mediados de los 80.

Ahora mismo no resultaría chocante pensar en una alternativa urbana a los coches con estas características, pero en 1985 suponía estar muy adelantado a su tiempo. Era capaz de transportar a una persona una distancia de 32 km a una velocidad de 24 km/h.

Lo que no esperaba es que la industria del automóvil se posicionara en contra del C5, argumentando problemas de seguridad o malas prestaciones. Su vida comercial duró solo un año y propició la quiebra de la compañía, además de la venta de la división Spectrum a Amstrad.

Sinclair Executive: la calculadora de bolsillo más delgada

El diseño de esta calculadora es espectacular para su fecha de salida (1972). Era un modelo que destacaba por un grosor mínimo, conseguido gracias a la utilización de procesadores de Texas Instruments. También era la causa de que consumiera en torno a 10 veces menos que la competencia.

Su precio era de 80 libras, que transportado a nuestros días es una cifra superior a los 1000 euros. Parece bastante dinero, pero era la mitad que muchas otras calculadoras similares. Sinclair consiguió fabricar el producto a gran escala, algo que hasta la llegada de los famosos modelos japoneses no ocurriría.

A-bike: una bicicleta plegable al máximo

En un intento mucho más reciente, año 2000, Sinclair ideó una bicicleta plegable bastante ligera. Lo hizo junto al estudio de diseño Daka y la llegó a comercializar en 2006.

La A-bike, plegada, podía reducir su volumen en un 75% y pesaba solo 5,7 kg. No era particularmente cómoda debido a sus ruedas tan pequeñas y a la forma del cuadro, pero su tamaño le hizo ganar muchos adeptos. En 2015 recibió una versión electrificada. 

Por Kote Puerto

Imágenes | WikimediaCommons/Arpingstone (portada) Unsplash/Nik | WikimediaCommons/MaltaGC | WikimediaCommons/Amuro Lee | Wikipedia/The Uploader 

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