Cómo iniciar a un niño o niña en programación

Consejos y trucos

Dicen que la programación puede llegar a intimidar. Pero ¿qué tarea al principio no lo hace? Tocar el piano, jugar al baloncesto o sacarse el B1 de inglés pueden costarnos tanto como aprender a escribir rutinas de programación en CSS. Sin embargo, parece que hablásemos de algo demasiado exótico, algo que el 48% de los hombres y el 63% de las mujeres ni siquiera sabe lo que es.

Por falta de recursos no será. Ya hemos visto en más de una ocasión la virtud de saber usar las herramientas de Scratch, en Appinventor, o el valor creativo que esconde un juego como ‘Minecraft’. Pero estos son solo los primeros pasos. Iniciativas como Code.org pueden convertir a tu hijo en un verdadero programador en lenguajes como HTML, Javascript y CSS, poniendo en práctica cada idea, al vuelo, sobre aplicaciones para móvil o juegos que podrán ser testeados por millones de personas.

Todos deberíamos saber programar

La programación para niños cuenta con demostrados beneficios cognitivos, como una mayor capacidad de atención y resolución ante los problemas, una autonomía superior para aprender nuevos conceptos y una conexión para razonar y resolver problemas que redundará en mejores resultados en matemáticas, inglés —porque gran parte de estas herramientas están escritas en la lengua de Shakespeare— y física.

Y aunque durante años fue una industria un tanto hermética y sin muchas posibilidades dentro del mundo académico, cada día es más sencillo dar con herramientas para que cualquier persona programe una aplicación o videojuego sencillo. Atrás quedan los miles de juegos en Flash demostrando que, con un poquito de paciencia, se puede hacer cualquier cosa.

No en vano, Code.org es un proyecto fundado en 2013 por dos hermanos gemelos, Hadi y Ali Partovi, a quienes su padre les regaló un PC cuando apenas tenían nueve años. A los 15 ya habían conseguido trabajo como programadores, mientras compaginaban sus estudios. Cualquier niño puede intentarlo.

Años después presentaron este vídeo. El mismo día logró ser número uno y recibió la solicitud de más de 15.000 escuelas para colaborar. Desde entonces, personalidades tan famosas como Barack Obama, Shakira, Gabe Newell, Mark Zuckerberg o Bill Gates han apoyado un proyecto que ya está presente en 1 de cada 10 escuelas estadounidenses.

Pero ¿qué es realmente Code.org? Una web que ofrece, a coste cero, un vasto catálogo de cursos de programación, para edades comprendidas entre cuatro y 18 años. En esta web puedes aprender desde los conceptos básicos de la programación hasta codificar tu propio videojuego.

Y esta es la mayor virtud de Code.org: respecto a AppInventor, por ejemplo, la ventaja de Code reside en su aparente simpleza, en ser la perfecta puerta de entrada para niños a partir de cuatro años y servir de plataforma sobre la cual programar sin tener conocimiento previo, empezando desde cero con distintos cursos que irán ganando en complejidad según el niño ascienda de la Primaria a la Secundaria y hasta el Bachillerato.

El objetivo final es ayudar a los niños a pensar, a imaginar, a fomentar su creatividad. Muchas de estas actividades, de hecho, pueden realizarse en remoto, ‘desenchufados’.

Hora de Código

Igual que la música cuenta con su propio idioma, la programación posee distintos lenguajes sobre los que se codifican órdenes. Así de simple. El proyecto Hora de Código surgió como una iniciativa —presente en más de 170 países— que fomenta el estudio de las ciencias de la computación y que, como su propio nombre indica, consiste en dedicar una hora de estudio diaria iniciándose en la creación de algún programa o juego sencillo.

Aunque las creatividades son más limitadas que en Scratch, este hándicap es en realidad una ventaja para iniciados, ya que no requiere experiencia previa y es la mejor forma de entrar, a modo de tutorial, en el mundo de Code.org.

Con las manos en los píxeles

La manera de usar Code.org es bien sencilla. Entramos en la web oficial, pulsamos sobre “empieza a aprender”, lo que nos llevará a los distintos cursos —express, acelerados, etc.— para que elijamos el que más nos guste pulsando sobre “Comenzar”. Una vez lo hagamos se nos pedirá un registro. Podemos asociar nuestra cuenta de Google, Facebook o Microsoft o crearle al menor una cuenta de alumno.

Se nos pedirá elegir entre alumno o profesor y un nombre. Una vez creada la cuenta ya podremos acceder al perfil, donde podremos trabajar cientos de proyectos, con distintos ejemplos: sprites para crear personajes, proyectos de carácter artístico, laboratorio de aplicaciones móvil y laboratorio de juegos. O también hacer uso de proyectos ya creados.

Por ejemplo, los fans de ‘Star Wars’ se llevarán una buena sorpresa: podemos acceder a un juego de bloques para programar puzles para sistemas Android. Un juego sencillo para menores de unos seis años. O también podemos dar un salto más allá y programar con JavaScript, para navegadores y para mayores de 11 años. Es muy fácil y divertido ir creando rutas con pequeñas misiones para nuestros personajes. En breve se pueden obtener resultados muy satisfactorios.

Y si tus hijos son más de ‘Frozen’, el estudio de Elsa y Anna hará las delicias de los fans en apenas 20 lecciones. Las primeras se fundamentan en rotar un objeto, moverlo y crear patrones de movimiento más complejos, como ejecutar giros de 360 grados.

Jugando con la codificación

Y un paso más allá va CodeCombat. Imagina que el código se transforma en algo visual, que para mover a un personaje debemos elegir entre opciones y rutinas tal y como se escribirían dentro de un juego visual. Que el compilado se desmenuza para que podamos entender cada orden y cada posibilidad. CodeCombat es justo eso. No digas “gira a la derecha” o pulses la tecla de dirección hacia la derecha, sino “hero.moveRight”.

Cada línea de texto, cada salto, cada objeto que cojamos o movamos dentro del plano debe ser escrito y ejecutado, tal y como haría un programador. Lo mejor de esto es que los resultados se ven trasladados al segundo, de manera que el menor se podrá implicar y sacar todo el provecho de las distintas opciones.

Desde 2018 es común ver en España a miles de estudiantes de 1º a 4º de ESO realizando pequeños proyectos en Scratch o Code, como columpios para medir el valor de distintos pesos, rutinas de conversación de personajes o algo tan sencillo como dibujar un circuito sobre el que luego viajará un tren. Un paso decisivo que, junto con la educación STEAM y la robótica educativa, prepara a los nuevos nativos digitales en lenguajes que todos deberíamos saber hablar.

Por Israel Fernández

Imágenes | Code.org, Unsplash (1)

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