Toda nueva tecnología o el uso de ella viene acompañada de nuevas prácticas. Algunas son peligrosas, como el sexting. Otras directamente delictivas, como el grooming. Para esta terminología inglesa, a veces no existe una palabra en español. ¿Sabrías distinguir todos estos neologismos?
Por un uso Love de la tecnología, en este artículo te traemos un pequeño diccionario de consulta. Así podrás diferenciar estas nuevas prácticas distinguiendo entre comportamientos de riesgo, cuya realización merece la pena cuestionarnos, y los que requieren de nuestra intervención al tratarse de graves ataques contra otras personas.
Bullying y cyberbullying, presente en escuelas
Llamados también acoso y ciberacoso, el bullying y cyberbullying consisten en agresiones recurrentes que no tienen por qué ser físicas. Este hecho hace que muchas veces sean difíciles de detectar y resulta indispensable preguntar a nuestros hijos. Podría ser acosado, pero también ser el acosador.
El bullying ha existido siempre en escuelas o trabajos, lo que no lo justifica. Según Unicef, sigue siendo un asunto generalizado. Uno de los mayores problemas es que debido a la hiperconexión, la víctima ahora no puede desconectar. Con respecto a los hijos, se recomienda hablar con ellos, con otros padres y el centro escolar.
Gossip, esos murmullos que no terminan
El gossip es un fenómeno grupal que lleva el cyberbullying al extremo. Consiste en el uso de redes sociales para difundir rumores, no necesariamente ciertos, para minar la imagen de una persona. Si va más allá del bullying, es porque la vejación es pública.
Amparados por el aparente anonimato que pueden dar las redes sociales, los acosadores se multiplican y localizarlos parece una tarea imposible. Sin embargo, en España tenemos mecanismos de denuncia (Policía y Guardia Civil) y también de aviso, como el Grupo de Delitos Telemáticos. Ellos lo investigarán.
Hay un modo muy efectivo de parar el gossip: empezando por no contribuir. Si no puedes confirmar la realidad de un rumor, no ayudes a esparcirlo. Tampoco lo hagas si este es cierto pero hace daño a sus protagonistas. Ponte en lugar de la víctima y no temas plantar cara a los acosadores.
Grooming, así se comunican los pederastas con los niños
A caballo entre “entrenar” y “manipular” en español, el grooming aparece cuando un adulto intimida a un menor para posteriormente abusar sexualmente de él. El proceso suele comenzar ganándose su confianza a través de medios electrónicos, como chats. Luego, se busca minar su confianza y aislarle de su entorno social y manipularle para que tenga relaciones sexuales.
Sexting, práctica de riesgo incluso en adultos
El sexting consiste en el envío de fotografías o vídeos propios de carácter sexual, erótico o pornográfico. En español se puede usar también sexteo o exhibicionismo. Aunque la práctica no la llevan a cabo únicamente los adolescentes, son ellos los que más expuestos están a sus riesgos. El porqué es evidente: una vez enviada una fotografía, incluso a través de redes sociales que dicen eliminarla, perdemos el control sobre ella.
El problema del sexting no radica en si tenemos o no derecho a enviar fotografías privadas subidas de tono. La respuesta a esto es que sí, siempre y cuando no se usen para acosar a la otra parte. Pero cuando lo hacemos, dejamos de ser dueños del contenido y nos exponemos a cualquier repercusión futura del fragmento audiovisual. La extorsión, por ejemplo, que deriva en sextorsión.
Por Marcos Martínez
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