Investiga, verifica, contrasta. Los mandamientos principales del periodismo son cada vez más útiles para la población general. Son la base para convertirse en un fact checker.
Los bulos, las noticias falsas y las medias verdades no son exclusivas de nuestro tiempo. Sin embargo, las redes sociales han contribuido a visibilizar un fenómeno que pone en jaque la confianza entre ciudadanos (y de estos con los medios y las instituciones), altera el criterio con el que juzgamos los hechos que suceden a nuestro alrededor y socava los cimientos de la democracia.
Por todo ello, cada vez es más necesario mantener una visión crítica hacia los datos y las noticias que recibimos de forma constante. Y rodearse de las herramientas adecuadas para verificar la información, su origen, sus fuentes y su contexto.
Las ocho claves del ‘fact checker’
Para detectar bulos y frenar su difusión descontrolada, lo primero es construir una actitud de fact checker. No se trata de desconfiar por desconfiar, pero sí de estar atento a ciertas señales que indican que podemos encontrarnos ante una noticia falsa o información promocionada o interesada. La IFLA, la federación internacional de asociaciones e instituciones de bibliotecas, nos da estas ocho claves para saber si estamos ante un bulo.
- Investiga la fuente o el origen de la información. ¿Conocemos la web donde se ha publicado? ¿Qué fuentes aparecen citadas y quién se hace responsable de la información? ¿Se puede comprobar fácilmente su origen?
- Ir más allá del titular. Compartir algo que no hemos leído es una práctica habitual. Por ello, es recomendable siempre ir más allá del titular. Sospecha siempre de aquellos titulares sensacionalistas o con afirmaciones poco creíbles.
- Quién es el autor. Toda información debe estar firmada. Si no, nadie se hace responsable de ella. Una noticia sin firmar es un buen indicativo de que estamos ante algo sospechoso.
- La importancia de los datos. Una información elaborada de forma honesta debe incluir los enlaces a las fuentes de datos que utiliza. La mayor parte de esa información debe ser verificable por cualquier lector.
- La fecha. Muchos bulos son, simplemente, noticias viejas sacadas de contexto. Por eso siempre debemos fijarnos en la fecha de publicación original.
- Descarta páginas de humor. Algunas webs de bromas tienen un formato de medio de comunicación. No es extraño que alguna de sus publicaciones se viralice como si fuese cierta.
- Controla los sesgos. Todos leemos la información bajo nuestros propios sesgos personales o ideológicos. Ser consciente de ellos nos ayudará a no aceptar cualquier noticia solo porque confirme nuestro punto de vista.
- Confía en los expertos. Al final, lo mejor es siempre acudir al que sabe. Si la publicación que queremos verificar supera todos los filtros anteriores, pero aun así hay algo que la hace sospechosa, lo mejor es preguntar a un experto en materia.
Herramientas de verificación
Cuando nos cruzamos con una noticia, imagen, vídeo o post en redes sociales que parece un bulo, lo primero es hacer una búsqueda rápida en internet. Es muy probable que alguien haya hecho ya el trabajo de verificación antes. Cada vez hay más equipos dedicados profesionalmente al fact checking. Así, existen webs dedicadas en exclusiva a esta tarea, como las que pertenecen a la Internacional Fact Checking Organization (IFCO).
Se trata de plataformas como Maldita o Newtral en España, Chequeado en Argentina o Factuel en Francia. Algunas de las que tienen una trayectoria más dilatada están en Estados Unidos, como Snopes.com o FactCheck.org. Todas funcionan de forma similar. Rastrean la actualidad diaria en busca de bulos y prestan un servicio de verificación de todas las informaciones que nos llegan por otros canales y cuyo origen y autor no pueden ser comprobados fácilmente.
Google Fact Check Toolbox
Siempre está bien tener alguna de estas webs de mano. Sin embargo, para hacer una búsqueda general existen plataformas como Google Fact Check Toolbox. Esta consiste en dos herramientas: Fact Check Explorer y Fact Check Markup Tool.
Fact Check Explorer permite hacer una búsqueda rápida sobre bulos publicados alrededor de cualquier persona, entidad, tema, etcétera. Se pueden buscar hasta declaraciones entrecomilladas. La herramienta funciona en varios idiomas (incluido español) y hace una búsqueda rápida en las webs de verificación para saber si alguien ya ha investigado el bulo que nos interesa.
Por su parte, Fact Check Markup Tool es una herramienta destinada a verificadores profesionales. Mediante ella, quien publique un artículo de fact checking puede añadir una serie de información estructurada sobre el proceso de verificación. Esto ayudará a los motores de búsqueda a reconocer la relevancia del artículo.
Cazando bots con Botometer y twXplorer
Twitter es una de las redes preferidas para la difusión de fake news y, sobre todo, de campañas interesadas que se hacen pasar por información objetiva. En esta red social la temática se organiza por hashtags o etiquetas. Para conocer el origen de estos hashtags, las cuentas que los mueven y los enlaces relacionados, la herramienta más útil es twXplorer, financiada por la fundación Knight Lab y la fundación McCormick.
twXplorer nos permite buscar en múltiples idiomas una determinada etiqueta y nos ofrece una radiografía de todo lo que está sucediendo alrededor de ella. Ahí es cuando entra en juego la detección de bots. Y es que muchos de los comentarios de las redes sociales son publicados por programas informáticos que efectúan tareas repetitivas para las que han sido programados. Es decir, no hay una persona real detrás de muchas de las cosas que vemos en redes.
Para desenmascarar los bots, la herramienta más útil es Botometer, desarrollada por la Universidad de Indiana. Si sospechamos que alguna cuenta no es real, no tendremos más que introducir su nombre en Botometer. La herramienta analizará su comportamiento para saber si es un bot. El resultado será una puntuación entre cero y cinco. Cuanto más alta, más probabilidades de que lo sea.
Cómo verificar vídeos y fotos
A través de las redes sociales, las aplicaciones de mensajería e incluso los medios de comunicación, es habitual ver fotografías o vídeos de origen dudoso, sacados de contexto y en los que no se puede comprobar la fuente. Para verificar esa información contamos con dos herramientas interesantes: TinyEye e InVID.
TinyEye es un buscador inverso de fotografías muy útil. Basta con subir una imagen, una captura de pantalla o una URL de una fotografía para que rastree el origen de la misma. Esta herramienta encontrará todas las webs donde ha sido ya publicada la imagen, ordenadas por fecha, relevancia o el nivel de edición (cambios) en la imagen. Así, será más fácil saber si estamos ante una foto antigua o conocer el contexto original en que fue hecha.
Otro recurso muy interesante es InVID,una herramienta para periodistas elaborada por la agencia francesa AFP y financiada por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea. Permite verificar vídeos de Facebook y YouTube y comprobar su contexto, la veracidad del contenido y el cumplimiento de la legislación de derechos de autor. Cuenta con plataforma web, aplicaciones y extensiones para el navegador.
Más allá de las herramientas, lo importante para ser un fact checker es la actitud. Intentar desarrollar un ojo crítico que sospeche ante los rasgos que caracterizan a los bulos. Y, sobre todo, tener una actitud abierta. Nadie está libre de creerse una fake new y compartirla. Así que habrá que estar también preparado para rectificar.
Por Juan F. Samaniego
Imágenes | Wikimedia Commons/Loc.gov, IFLA, Google Fact Check Toolbox, Botometer