En 1985 nacía un sistema operativo que buscaba ‘darle la vuelta’ a la realidad. Lo que estaba dentro de la pantalla sería un exterior al que asomarse, y el marco del monitor se convertiría en una ventana. En plena crisis del coronavirus, las pantallas se han convertido en una vía de escape, y las ‘telcos’ han convertido esa ventana en un balcón desde el que aplaudir.
Se han convertido en las guardianas del ocio en cuarentena; empresas que han logrado conectar a millones de personas que no pueden salir de sus viviendas para evitar propagar la enfermedad COVID-19. Lejos quedó el sonido chirriante del módem en un mundo en el cual todos creamos contenido. El coronavirus nos ha aislado, pero internet nos mantiene juntos.
Mantener unidas a las familias
Poco antes y después del RD 463/2020, que establecía las medidas para el aislamiento colectivo, muchos trabajadores fuimos enviados a casa con un portátil. Algunos tenemos la suerte de compartir techo con nuestros seres queridos, pero con frecuencia una misma familia se reparte en varias viviendas. De ahí que el uso de las videollamadas haya explotado con fuerza.
Los españoles llevamos usando años la aplicación de mensajería de WhatsApp, cuyos datos corren por las venas de cristal de la red de telecomunicaciones, pero en los últimos días hemos visto un repunte en el uso de su herramienta de llamadas VoIP y llamadas de vídeo. De cuatro en cuatro, los familiares se conectan para establecer contacto y hacer más amena la cuarentena.
Estas herramientas básicas y fáciles de usar, que solo requieren pulsar un botón, están aliviando la carga de la soledad de muchas personas mayores. Aisladas por seguridad, internet se ha convertido en la única forma de ver a sus familiares.
Redes sociales en ebullición
Durante los últimos días se ha notado un importante aumento de las interacciones por redes sociales. Las personas tienen más tiempo para ellas y el número de prosumidores ha crecido. La cantidad de memes sobre el COVID-19 ha crecido casi de forma exponencial, tanto como las iniciativas culturales.
Los vídeos de apoyo social al personal sanitario han ocupado buena parte de redes como Twitter, Facebook e Instagram. Pero, además, un número importante de artistas ha empezado a compartir su trabajo de forma gratuita con sus seguidores. Es una forma de amenizar el tiempo sin poder salir a la calle.
Hemos visto profesores de gimnasio trabajando en casa para que la gente se mueva, escritores liberando sus libros para que tengamos qué hacer en casa y organizaciones culturales abriendo sus puertas virtuales. Uno de los casos más destacados ha sido el del Teatro Real.
Aunque el teatro tuvo que cerrar debido a la epidemia, abrió a todo el mundo su plataforma de vídeo My Opera Player. Registrándonos, y canjeando el código “OperaEnCasa”, podremos disfrutar hasta el final del confinamiento de toda la oferta cultural online del Teatro Real, incluidas producciones como ‘La bohème’, ‘La traviata’, ‘El barbero de Sevilla’ y ‘Las bodas de Fígaro’.
Películas, series y documentales
Durante los últimos días el tráfico de internet doméstico ha aumentado de forma notable a medida que las familias buscaban divertimentos con los que mantenerse entretenidos. Tanto, que desde #PorUnUsoLoveDeLaTecnología se recomienda evitar las horas laborales para consumir streaming.
Tanto para familias como para personal laboral, Orange ha lanzado un paquete de ayudas aumentando gigas o televisión privada a sus clientes. La idea es ayudar aún más tanto a las empresas, que a veces afrontan el teletrabajo a trompicones, como a las personas en sus casas.
No es de extrañar que el uso de Netflix, Amazon Prime Video y YouTube, entre otras plataformas de vídeo online, se haya multiplicado. Solo en España ha aumentado un 40% el tiempo de visionado de Netflix. Reed Hastings, su CEO, ha decidido reducir el 25% de su tráfico disminuyendo ligeramente la calidad de visionado.
El objetivo es no saturar las redes de telecomunicaciones que se usan, además de para el entretenimiento, para teletrabajar y dar servicios básicos como comunicaciones prioritarias, servicios a la ciudadanía y todo tipo de subtareas sin las cuales la atención pública se vería perjudicada.
Videojuegos y juegos online
Resulta curioso cómo, a medida que los deportes físicos tradicionales han ido apagándose debido al COVID-19, aquellos que llegaron después se han consolidado. Desde mediados de marzo la búsqueda de ‘ajedrez’ no ha dejado de subir, y parece que volverá a hacerlo en breve.
Durante los últimos días las búsquedas relacionadas, como ‘colocar fichas ajedrez’ o ‘ajedrez online‘ se han disparado un 180% y un 130% más, respectivamente. En tiempos de aislamiento el ocio virtual, incluso en solitario (‘jugar al ajedrez contra el ordenador’ ha subido un 130%), es una de las mayores distracciones. Otros juegos clásicos han seguido pautas similares.
Los eSports han tenido un importante repunte de actividad, y en lugar de cancelar eventos presenciales como grandes ligas, se están trasladando a escenarios virtuales. Es el caso de la Liga Latinoamérica de League of Legends, del Masters de Indonesia o los torneos de Hearthstone.
Parece que el COVID-19 está conformando un nuevo mundo, aunque sea de carácter temporal. Uno en el que el teletrabajo y el entretenimiento dependen aún más de las ‘telcos’ que nos dan acceso a internet y que lo conforman con sus redes.
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