Empresas de todo el mundo buscan equipos diversos tanto para alcanzar metas de justicia social como de cara a desarrollar productos inclusivos que lleguen a más clientes. Este año, la Fundación Orange distingue a Almudena Román, directora general de banca para particulares de ING España, con el Premio Mujer y Tecnología por su labor en los ámbitos de la tecnología y la innovación social.
– ¿Qué supone ser la receptora de un premio como este, que pone el foco en cómo se le percibe como referente?
Estoy muy agradecida por haber recibido este galardón. Da visibilidad a la labor de muchas mujeres que trabajan a diario para que la innovación y la tecnología sean herramientas de crecimiento profesional y de progreso para la sociedad.
Para mí, el Premio Mujer y Tecnología es, sobre todo, un reconocimiento a todas las personas que han hecho posible que, de la mano de la tecnología, hayamos desarrollado un modelo de banca innovador, capaz de hacer fácil lo difícil para ayudar a nuestros clientes en la gestión de sus finanzas.
– ¿Qué políticas pueden llevar a cabo grandes y pequeñas empresas para dar más espacio a las mujeres y, en general, a todo colectivo?
En primer lugar, contando con sistemas objetivos para identificar a los verdaderos líderes, identificando los sesgos para poder trabajar de una forma más objetiva y estructurada. En segundo lugar, con herramientas que lo hagan posible, como, por ejemplo, los paneles de selección mixtos o las ofertas de trabajo en género neutro que no generen prejuicios. Y, por último, mediante la flexibilidad como clave de bóveda del progreso para que ninguna mujer deba verse obligada a elegir entre su carrera profesional o su familia.
Creando entornos de máxima flexibilidad y objetividad, nos aseguramos de que es posible para todos alcanzar las oportunidades a las que aspiramos. Y hemos constatado en la práctica que desde que tenemos un modelo de trabajo cien por cien flexible, en nuestra organización se han reducido a la mitad las jornadas reducidas de madres de hijos pequeños.
– A su vez, ¿cómo influye la presencia de mujeres en las direcciones? ¿Se observan cambios una vez que llegan?
Independientemente del género, lo importante y lo que aporta valor a los equipos es identificar a los verdaderos líderes, personas con capacidad de comunicar una visión y trabajar en equipo para hacerla realidad. Ser diversos en talento y tener un equilibrio en los equipos nos permite ofrecer productos y servicios que se ajustan a todos. Nos hace tener una visión más amplia de las necesidades de una sociedad diversa y suma a la buena marcha del negocio.
En ING, sabemos que el talento femenino es clave para el desarrollo de nuestro negocio. De hecho, el 46 % de nuestra plantilla está compuesta por mujeres.
– ¿Hay herramientas tecnológicas que ayuden a la presencia de mujeres en mandos intermedios y la alta dirección? ¿O hacen falta otras herramientas?
La tecnología ha sido una fuerza transformadora y nos ha permitido avanzar hacia modelos de trabajo que facilitan la conciliación y que ayudan a romper el sesgo que tradicionalmente ha tenido la mujer en cuanto al cuidado de sus hijos, por ejemplo.
Además, ha ayudado a dar visibilidad y ganar influencia para las mujeres en la sociedad, y a que, de puertas adentro, las organizaciones desarrollen, apliquen y publiquen de forma transparente procesos encaminados a garantizar igualdad de oportunidades en la contratación, evaluación y promoción de los profesionales que trabajan en ellas, garantizando así una objetividad que nos aporta mayor diversidad y, por ende, ser un mejor espejo de la sociedad con la que estamos comprometidos.
La tecnología nos ofrece soluciones beneficiosas y es clave, pero también lo es trabajar desde la base hacia un cambio de mentalidad a nivel social para promover una cultura basada en la igualdad desde la infancia y dar visibilidad a las mujeres directivas para crear referentes a las nuevas generaciones.
– ¿Qué factores limitan esta penetración? Si tenemos que desglosar el ‘techo de cristal, ¿qué elementos aparecerían?
Son varios los factores que limitan la incorporación de las mujeres a los altos puestos directivos, pero muchos de ellos provienen de estigmas, razones históricas y sesgos inconscientes.
Poco a poco, espero que podamos dejar de hablar de estas limitaciones. Según un reciente informe de Mckinsey sobre diversidad, ha habido una mejora en diversidad de género en todas las industrias desde 2014, aunque el sector de las finanzas destaca por haber llevado a cabo los mayores avances y se sitúa como la industria que cuenta con el mejor promedio de representación de género.
– ¿Cómo cree que afectará este y otros galardones hacia su persona y otras compañeras a la percepción social de la capacidad laboral de la mujer?
Reconocimientos como este son clave para dar visibilidad a la mujer e impulsar el cambio. Todavía queda camino por recorrer, pero todos los pasos que se están dando en la dirección de la inclusión no son en vano si nos ayudan a crear una sociedad más igualitaria.
Redactado por M. Martínez Euklidiadas
Imágenes | Cedida por Almudena Román
