El crecimiento económico de las empresas no puede ir en la actualidad desligado de un enfoque sostenible, un desempeño social adecuado a un futuro que se presenta incierto debido al cambio climático, impulsado por las aciones de la humanidad. Orange no es ajena a ello y quiere trasladar a la sociedad el fomento del uso adecuado de las tecnologías, desarrollando proyectos para sensibilizar y ayudar a educar sobre los beneficios y los riesgos de la misma.
Por ejemplo, desde 2014, Orange utiliza energía cien por cien renovable para sus infraestructuras. De este modo, han podido reducir las emisiones de CO₂ en más de un 90%. Parejo a esto, han ido creando proyectos para mejorar su eficiencia energética, como el freecooling (sistemas que extraen el aire del exterior, lo filtran y lo usan para aclimatar espacios cerrados, reduciendo así el gasto energético de sistemas clásicos de refrigeración), acuerdos de compartición de infraestructuras y funciones de ahorro energético en sus equipos.
Luchar contra el cambio climático, una tarea de todos
El resultado del esfuerzo de la compañía por ir en la dirección adecuada se ha visto reflejado en su ‘Informe de Sostenibilidad 2019’. En este, los datos arrojan una verdad absoluta: la sociedad debe concienciarse de la importancia que supone el cambiar la manera en que consumimos en la actualidad, tomando el ejemplo de la economía circular en nuestro día a día. Esto es: alargar la vida útil de los dispositivos (algo que choca de frente con la obsolescencia programada) y apostar por terminales reacondicionados (que poseen todas las garantías y funcionamiento normales de un terminal nuevo).
En Orange, además, se le facilita la compra de manera sostenible al usuario a través de la creación de las ‘ecoetiquetas’. Gracias a ellas, se evalúan los móviles del 1 al 5, teniendo en cuenta tres indicadores: tasa de CO₂ (cantidad de gas invernadero emitido desde la fabricación hasta el uso del dispositivo), la preservación de los recursos naturales y el ‘ecodiseño’ (uso limitado de sustancias peligrosas, trazabilidad de recursos sensibles, posibilidades de reparación del producto y uso de materiales reciclados).
Esta tendencia hacia la economía circular no solo atañe al usuario, sino también a las grandes empresas. El concepto de economía circular se puede definir como una estrategia que tiene por objetivo reducir la entrada de los materiales vírgenes y la producción de desechos, cerrando los flujos económicos y ecológicos de los recursos. Y Orange dirige su destino hacia este tipo de sistema, teniendo como eje principal de su estrategia la política medioambiental.
Reutilización de equipos: clave en materia de sostenibilidad
Para conseguirlo, analizan adecuadamente los ciclos de vida de todos sus productos y servicios para, de este modo, garantizar un diseño de los mismos que haga posible su reutilización, reparación o reciclaje de manera efectiva. En España se desechan, cada año, 20 millones de teléfonos. De ellos, unos 3 millones aún permanecen en cajones, a la espera de ese ‘por si acaso’ que les dé una nueva vida. Un ‘quizás’ que, a veces, no se llega a cumplir.
Es por ello que apenas se llegan a recoger uno de cada 20 terminales usados para su posterior reciclaje. El usuario dispone de contenedores en las tiendas de Orange para que pueda depositar su antiguo terminal. Una vez el contenedor está lleno, se transportan a la planta de tratamiento donde se le realizan pruebas para determinar qué móviles se deben reciclar y cuáles se pueden reutilizar.
En el primer caso, se separan todos sus componentes para ser tratados en plantas industriales y, posteriormente, ser reutilizados como materia. En el segundo, el terminal se pone de nuevo a la venta a un menor precio. El usuario tiene, de este modo, dos acciones que llevar a cabo por su cuenta: la de comprar un móvil reacondicionado y la de dejar su terminal en contenedores adecuados para que su ciclo de vida continúe. Es bien sencillo. Además, por cada móvil que se recicla, Orange se compromete a plantar un árbol.
Relación con los proveedores: afianzando un compromiso ecológico y de integridad laboral
Los proveedores que establecen acuerdos comerciales con Orange se erigen como otro de los actores principales para poder ser parte del cambio. Para ello, deben cumplir una serie de normas recogidas dentro del ‘Código de Conducta de Proveedores’. Este reglamento se ha elaborado teniendo en cuenta una revisión de riesgos a través de preguntas asociadas a cuatro temáticas: medio ambiente, prácticas laborales y derechos humanos, ética y cadena de suministro.
Por ejemplo, los proveedores deberán “adoptar un enfoque preventivo frente a los desafíos medioambientales y emprender iniciativas para promover una mayor responsabilidad medioambiental”, así como “minimizar su impacto medioambiental e implementar medidas que contribuyan a la protección del medio ambiente”. Por otro lado, los proveedores también deben comprometerse a rechazar “cualquier forma de corrupción o incluso acciones que puedan interpretarse como tales”.
Es tarea de todos emprender el cambio: una economía circular que pase por reutilizar nuestros equipos tecnológicos ayudará a retrasar crisis globales como el cambio climático. Solo resta ponerse manos a la obra.
Por Antonio Bret
Imágenes | Unsplash (1), Orange