En bastantes ocasiones hemos hecho referencia, a que el uso eficaz de la tecnología redundará en el uso correcto y responsable de esta y por tanto en la minimización de sus riesgos.
¿Y que queremos decir cuando hablamos de uso eficaz de la tecnología o de los buenos usos de la tecnología?
Se trata de promocionar el uso crítico, creativo y constructivo con la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Se parte de la base de preparar a los menores de hoy para que sean capaces de adoptar sus propias decisiones, de realizar valoraciones, de opinar y participar de forma activa en la Sociedad en Red.
Un papel relevante en esta línea, lo adquiere el sistema educativo, en el que se promueve la adquisición de las competencias básicas y concretamente la competencia digital y de tratamiento de la información.
Pero, tanto en el aula como en otros espacios, incluidos el hogar, se puede ir más allá, poniendo en valor el talento investigador de las y los menores, motivándolos a la práctica de actividades en las que descubran los beneficios de la innovación tecnológica.
La verdadera apropiación de las TIC se adquiere con su aplicación como herramienta de análisis, de procesamiento de información, de diseño, de simulación de procesos, de organización, de comunicación es decir como herramienta de trabajo en la construcción del conocimiento.
La educación, la formación, un ambiente familiar favorable, influyen positivamente sobre la disposición de la innovación.
Seguro que en más de una ocasión les habéis pedido a vuestros chavales que os ayuden a buscar una información en Internet.
• Encontrar y organizar la información sabiendo discriminar la no relevante, y reconocer las fuentes de confianza.
• Estructurar y procesar la información relevante
• Transmitirla y compartirla de forma efectiva
Todo ello forma parte de las competencias necesarias para la sociedad actual. Y desde el hogar podemos estimular su desarrollo. No nos quedemos simplemente en quejarnos del tiempo que pasan conectados.