La conciliación personal y laboral es trabajo de todos, hombres y mujeres. Ese es el trasfondo de #miempresaconcilia, primera edición del ebook promovido por el movimiento social #mamiconcilia y Fundación MasFamilia para, a través de los testimonios de 18 empleados de 6 empresas, conocer en primera persona las experiencias de aquellos que ya están demostrando que se puede conseguir el equilibrio entre su desarrollo profesional y su vida más allá del entorno laboral, sin renunciar a ninguna de estas esferas. Pero para lograrlo se necesita el apoyo de todos: las empresas, las administraciones y los propios trabajadores. E iniciativas como #miempresaconcilia quieren mover conciencias para que estos casos sean cada vez menos una excepción dentro del conjunto.
Entre los 18 empleados que aparecen en el ebook, que está ya disponible para descarga gratuita en http://www.miempresaconcilia.es/descarga.html, nos encontramos a tres compañeros de Orange España, María, Carlos y Alberto, cuyas distintas experiencias son un ejemplo para todos.
Empezando por María, que ha demostrado que se puede ser madre de tres hijos, trabajar a pleno rendimiento con jornada reducida y llegar a ocupar un cargo de gerente dentro de su empresa. Y todo ello sin morir en el intento.
¿Cómo? La propia María nos lo cuenta, después de agradecérselo primero de todo a su compañero en esta aventura: su marido. “¿Por qué mi jornada no ha sido nunca un problema? Lo primero, por mi empresa. Hay que reconocer que aquí se concilia. El segundo motivo se resume en una palabra: Flexibilidad. Al principio empecé con un horario de 8h a 15h. Luego vi que era necesario alargarlo un poco y partí mi jornada, saliendo así a las 16:30. Y hay tardes que necesitan que me quede más tiempo, y me quedo. Y he tenido picos de trabajo que han requerido mi presencia hasta horas que ni con jornada completa estaría en la oficina… Afortunadamente son excepciones, y, también afortunadamente, en mi vida personal he podido organizarme de tal forma que puedo dar a la empresa la flexibilidad que mi puesto requiere. La flexibilidad que también mi empresa me da a mí”.
Esa flexibilidad es aún más importante si además eres padre soltero ¡de gemelos! Ese es el caso de Carlos, cuyos hijos nacieron hace siete meses en EEUU. Por ello, su necesidad de conciliar surgió incluso antes de que sus pequeños llegaran al mundo, pues “al ser un embarazo gemelar las posibilidades de que el parto se adelantara eran muy elevadas, y dado que el tiempo de vuelos y conexiones entre Madrid y Boise-Idaho, donde nacieron, es superior a 48 horas y como no me quería perder el nacimiento de mis hijos por nada del mundo compré días de vacaciones a mi empresa para llegar dos semanas antes de la fecha prevista del parto”.
Después llegó la baja paternal y la acumulación de días de lactancia durante su estancia en Santander, donde los niños pasaron sus primeros seis meses de vida. Pero llegó el momento de plantearse volver al trabajo en Madrid, buscar una guardería, esperar la plaza en dicha guardería… Inviable hacerlo sin coger una excedencia adicional y empezar a planificar también el día después, con jornada reducida y demás…
Carlos sigue aún en excedencia preparando su “vuelta a la faena” profesional (porque la personal la tiene muy entretenida). Pero ve el futuro ilusionado gracias a otra posibilidad que Orange le brinda, el teletrabajo. “Estoy escribiendo capítulos del libro de la paternidad que aún no han sucedido. El hecho de la que empresa te posibilite el teletrabajo me da tranquilidad para esos días que van a venir en el que uno, o los dos se podrán enfermos”.
La verdad es que la de Carlos es una aventura ilusionante, sobre todo si vemos a los esos dos chavales que crecen y crecen. ¡Suerte Carlos!
El que puede dar muchos consejos a Carlos sobre cómo será ese futuro es Alberto, que lleva ya una amplia experiencia a sus espaldas en la jornada reducida por guarda legal para el cuidado de sus hijos. Y es que Alberto no estaba dispuesto a seguir perdiéndose parte de la vida de su segundo hijo, como le había ocurrido con el primero. Ahora quería disfrutar al máximo de los dos y, dicho y hecho, lleva ya seis años con esa jornada reducida y continua.
“Durante estos 6 años, he podido llevarles y recogerles primero de la guardería y luego del colegio cada día, llevarles al parque, a los cumpleaños, ayudarles con los deberes, enseñarles a patinar y montar en bici, jugar juntos a la peonza, etc.,… ..El tiempo que paso con ellos no tiene precio y si lo piensas bien, vamos a trabajar hasta los 67 años por qué no cambiar nuestras prioridades y dedicarles más tiempo sobre todo cuando son pequeños”.
Tres grandes experiencias que, como indicábamos al principio, afortunadamente cada vez son menos un fenómenos excepcional dentro del panorama laboral del país. ¿Qué aún queda mucho por hacer? Seguro. Pero con el esfuerzo y, sobre todo, la buena disposición de todo SÍ SE PUEDE.