Una vez más -y van cuatro- niños y niñas de entre 7 y 15 años, acompañados de sus familiares, están llamados a convertirse en #SuperProgramadores Orange. La cita será el próximo sábado 17 de octubre en el Medialab Prado, de Madrid. Y esta ocasión, además, es especial porque coincide con la celebración de la Semana Europea de la Programación EU Codeweek 2015. ¿Qué mejor motivo para divertise programando y hacerlo además en torno a un tema tan de actualidad como es el cuidado de nuestro planeta?
¿Otro incentivo? Las mejores creaciones del taller se expondrán durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático COP21, que se celebrará en París la primera semana de diciembre.
Más a más, en este nuevo taller de #SuperProgramadores tenemos el honor de contar con un socio de excepción: Programamos. Y por ello nos hemos acercado a charlar un rato con su codirector, José Ignacio Huertas, para saber qué supone para esta asociación participar en iniciativas como ésta de #SuperProgramadores, junto a Orange.
Lo primero es presentar a Programamos, de la que nos dice que «es una asociación sin ánimo de lucro que nació de la mano de cuatro docentes de distintas etapas educativas con un objetivo común: introducir la programación informática en la educación de una forma divertida, a través de la creación de videojuegos y apps para móviles. Por ello, para nosotros es un gran placer tener de nuevo la oportunidad de realizar este evento y contribuir a hacer crecer los #superprogramadores y #superprogramadoras que cada niño y niña llevan dentro».
Pero programar por qué, le preguntamos. Y Huertas lo tiene claro: «aunque se puede pensar que la programación es un fin en sí mismo, a nosotros también nos gusta mirarlo como un medio. Más que aprender a programar, se trata de programar para aprender, como bien dice Mitch Resnick, investigador del MIT».
Porque está comprobado, nos aclara, «que, al aprender a programar, un estudiante trabaja la resolución de problemas; potencia la capacidad de abstracción, el pensamiento lógico y el razonamiento crítico; mejora su autonomía; se hace más creativo; y además está más motivado para aprender». En otras palabras, al introducir la programación en la educación, no solo conseguimos una mejora del rendimiento académico sino que damos más oportunidades a los niños y niñas de hoy, los llamados «nativos digitales», para que afronten un futuro en el que las tecnologías van a tener -y ya tienen- un papel fundamental.
Por último, Huertas destaca la oportunidad que supone que empresas como Orange se impliquen en iniciativas como esta de #SuperProgramadores, que enseñan a los niños los beneficios y oportunidades que les brindan las nuevas tecnologías. al mismo tiempo que aprenden la importancia del uso seguro y responsable de las mismas. «Nuestro objetivo es común y necesitamos de la suma de todos, grandes y pequeños, para conseguirlo. Además, toda inversión en educación es simplemente un préstamo que recuperaremos con creces el día de mañana», concluye.