El próximo 22 de septiembre es el Día Mundial Sin Coche. Una cita marcada en el calendario en la que se trata de recordar la importancia de vivir de un modo más sostenible.
La conciencia ecológica también abarca los desplazamientos. Y es que los vehículos privados, como los coches, no solo generan atascos, sino que tienen un fuerte impacto en el medio ambiente.
Orígenes del Día Mundial Sin Coche
Aunque no fue hasta el nuevo milenio cuando se instauró de forma oficial este Día Mundial Sin Coche, hay que mirar mucho tiempo atrás, al año 1973, para entender cuáles fueron sus orígenes. Por aquel entonces, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) suspendió la venta de petróleo y combustibles a aquellas naciones que apoyaron a Israel en la guerra de Yom Kipur.
Ya entrados en los años noventa, ciertas ciudades, como Bath (Reino Unido) y Reykjavyk (Islandia), comenzaron a promover un día sin coches por necesidad medioambiental.
Fue el 22 de septiembre de 2000 cuando la Comisión Europea lo instauró de manera oficial. Numerosos países se han sumado ya a la causa y buscan promover lo que se ha bautizado como la semana de la movilidad.
Por qué es necesario celebrar una semana de la movilidad
Durante el confinamiento de 2020, cuando los desplazamientos particulares en coche se redujeron a la mínima expresión, ya quedó de manifiesto el impacto medioambiental que suponen. Aumentan la huella de carbono, se causan daños en la capa de ozono y se consumen más recursos naturales. Los gases emitidos por los vehículos, como el monóxido de carbono, el dióxido de carbono o los óxidos nitrosos, disparan la contaminación ambiental.
Además, a todo esto hay que sumarle también la contaminación acústica, el gasto familiar, los accidentes de tráfico y los problemas de salud derivados del sedentarismo.
Alternativas para dejar aparcado el coche
Aunque no debería hacer falta un Día Mundial Sin Coche para concienciarse de la necesidad de ser más responsables en el aspecto ecológico en los desplazamientos, esta es una ocasión perfecta para probar otro modo de moverse por la ciudad.
En la actualidad, hay muchas alternativas para aparcar el coche:
- Caminar. En distancias cortas siempre merece la pena. Los beneficios de andar son innumerables y basta con un paseo diario para mantenerse activo. Además, en algunas circunstancias (mucho tráfico, dificultad de aparcamiento), se puede tardar el mismo tiempo caminando que en coche, sobre todo en el centro de las grandes capitales.
- Bicicletas eléctricas. Se están coronando como una alternativa ideal al coche. Gracias a su autonomía y a su motor integrado, permite que el usuario se desplace distancias cortas y medias a una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora en modo de pedaleo asistido. Si se quiere ir más rápido y la bicicleta lo permite, es necesario llevar a cabo una serie de acciones para cumplir con la legislación vigente, como la matriculación y homologación.
- Patinetes eléctricos. Otro de los medios de transporte cada vez más habituales en pequeñas y grandes ciudades. Según la ley, la velocidad máxima que pueden alcanzar es de 25 kilómetros por hora. Cuentan con la ventaja de que el usuario se puede convertir en peatón cuando se baje de él, por lo que en ocasiones puede ser muy rentable en cuanto a tiempos (en un atasco, si hay obras que obligan a los vehículos a tomar un rodeo).
- Transporte público. Como no, la opción más popular. El metro y los autobuses de línea permiten llevar a muchas personas a la vez. Además, en muchas ciudades ya se han implantado los buses eléctricos.
Otros gestos para evitar el uso innecesario del coche
Además de estas alternativas para dejar aparcado el coche, hay otras opciones en el día a día que pueden contribuir a reducir estos desplazamientos.
- Teletrabajo. En la medida de lo posible, si el tipo de empleo y la empresa lo permiten, trabajar desde casa puede ayudar a reducir bastante las emisiones de gases a la capa de ozono. En caso de que no se ofrezca una modalidad full remote, muchas personas intentan negociar, al menos, dos días de teletrabajo a la semana.
- Comprar en comercios locales. Otra manera de reducir todo tipo de desplazamientos es optar por comer en restaurantes del barrio y acudir a comercios cercanos.
Estas dos opciones también son buenas alternativas para dejar el coche aparcado durante el tiempo laboral y en momentos de ocio. El planeta pide a gritos un cambio de estilo de vida, y aunque las nuevas tecnologías y la movilidad eléctrica han ayudado mucho, todavía queda bastante por hacer. Crear conciencia ecológica colectiva y abrir la mente a nuevas opciones es el primer paso para lograrlo.
Por Noelia Hontoria
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