La reforestación es una de las iniciativas medioambientales más interesantes. Ayuda a secuestrar carbono, frena la expansión de la sequía, favorece la biodiversidad local, regula la temperatura ambiente y presta servicios ecosistémicos, como el filtrado de agua y aire, entre otros. Sin embargo, se sabe poco sobre cómo influye la vegetación a los flujos planetarios de agua.
Según una reciente y premiada publicación de trabajo fin de máster, en España la flora juega un papel clave en estos flujos. Y, según otro estudio, “la reforestación a gran escala puede aumentar localmente la evaporación anual en casi 10 litros en promedio por cada metro cuadrado de bosque restaurado”. Lo que sería una ayuda importante para aumentar las lluvias y la humedad ambiente.
La evapotranspiración de las plantas, ¿por qué es fundamental?
La evapotranspiración es un fenómeno que consiste en la pérdida de humedad de las plantas por su superficie, como pasa con el sudor humano. En este proceso vierten a la atmósfera grandes cantidades de agua. Así, aumenta la humedad de la atmósfera y termina formando nubes en alguna parte. Con la bajada de la temperatura o reducción de la presión, la nube se convierte en lluvia. Aunque no tiene por qué ser allí donde se evaporó.
Según un reciente estudio titulado ‘Cambios en la disponibilidad de agua regional debido a la restauración global de árboles’, restaurar la masa arbórea del Amazonas puede afectar a las lluvias en Europa y Asia oriental. Por supuesto, este tipo de aportes intercontinentales ya se conocían. Otro ejemplo es la fertilización del Amazonas por parte de los vientos del Sáhara.
“La restauración de árboles cambia significativamente los flujos de agua terrestre”, dicen en el estudio. Y esto significa que “las futuras estrategias de restauración de árboles deben considerar estos efectos hidrológicos”. ¿Por qué?
Los modelos usados en este y otros estudios indican que, si bien muchas áreas podrían aumentar su disponibilidad de agua un 6 % con una restauración masiva global de 900 millones de hectáreas, también ocurrirá que algunas regiones (muy pocas) pueden llegar a reducir esa disponibilidad de agua en un 38 %.
Mapear este hecho será clave para restaurar ecosistemas de forma más coherente. Además de alterar el ciclo del agua y facilitar las precipitaciones en determinados lugares del globo, se sabe que ‘renaturalizar’ la tierra degradada favorece la retención de carbono en el suelo, aumenta la biodiversidad y ayuda a fijar el suelo de manera que se eviten escorrentías.
Tecnología satelital para entender el agua
El comportamiento del agua a través de la atmósfera, la superficie y los canales subterráneos es muy complejo. Para entenderlo a fondo, Dariana Isamel Ávila Velasquez ha estudiado diferentes variables utilizando datos del programa Copernicus. Este proyecto espacial observa la Tierra y provee datos para la gestión ambiental.
Entre las variables utilizadas por Ávila se encuentran la topografía, la humedad del suelo y el desarrollo de la vegetación. Con esa información y otras fuentes ha publicado un trabajo fin de máster (TFM) titulado ‘Relaciones entre la elevación, la humedad superficial del suelo y la vegetación en la Península Ibérica en 2020 mediante productos del programa Copernicus’.
Después de estudiar los datos, queda patente que la vegetación juega un papel clave en la variabilidad interanual del agua. Y que la humedad superficial está muy influenciada por variables meteorológicas y geomorfométricas. Toda esta información, de la que aquí se dan solo unas pinceladas, puede servir para determinar con precisión qué áreas es necesario restaurar primero.
La relevancia de este trabajo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con el agua y el medioambiente es tal que Ávila ha recibido el máximo galardón de la Cátedra Planeta y Desarrollo Sostenible de la Universidad Politécnica de Valencia.
Reforestar, una necesidad nacional
España es uno de los países con más riesgo de sequía y desertificación. El mapa de riesgo de desertificación no ha dejado de crecer desde que fue analizado por primera vez. Cerca del 74 % del territorio ya está en riesgo, y el 70 % de las demarcaciones hidrográficas tienen un nivel de estrés elevado.
Reforestar es una necesidad nacional en la que no solo se incluye la plantación de árboles. Los arbustos y plantas herbáceas también son un elemento imprescindible en la recuperación del territorio. Con este objetivo en mente, Orange lanzó una campaña para reforestar regiones.
En 2021, la compañía recogió más de 152 000 teléfonos móviles usados. Por cada dispositivo recogido entre el 1 de junio y el 30 de septiembre de este año, plantará un árbol en el bosque La Umbría, en Ejulve (Teruel). Recuperar las zonas verdes es un asunto de toda la sociedad.
Redactado por M. Martínez Euklidiadas
Imágenes | Juan Davila, Jay Mantri, Wolf Zimmermann