Según un estudio desarrollado por la empresa Securitas Direct, a través de Sondea, más del 80% de los españoles se encuentra inseguro a la hora de publicar información personal en internet.
De dicho estudio se pueden sacar varios datos relevantes:
- El 82,4% no se siente cómodo a la hora de informar a través de las redes sociales acerca de la localización de su lugar de vacaciones.
- El 81%, cuando sube a redes sociales fotos de niños y bebés.
- Un 80,6% no se siente a gusto cuando comparte su día a día.
- A un 73% le incomoda hablar con gente desconocida.
- Tener activado el GPS y la localización preocupa a un 60%.
Esta inseguridad proviene, claro, del temor al robo de datos por parte de ciberdelincuentes. Al 22,5% de los encuestados le preocupa que puedan acceder a su teléfono móvil desde fuera, y un 17,5% siente temor ante la posibilidad de ser vigilado de manera remota.
Si nos referimos a la edad de uso de las redes, los datos vertidos son claros. La mayoría de las personas encuestadas considera que la edad de acceso a redes sociales, que en aplicaciones como Instagram o TikTok se encuentra entre los 14 y 16 años, es demasiado baja.
El 34,6% considera que el uso de dichas plataformas debería estar limitado a la mayoría de edad. No obstante, hay un 33,3% de personas que estima que los 16 años es una buena edad límite, mientras que solo el 19,5% cree oportuno que las puertas a las redes sociales las puedan cruzar con incluso menos de 15 años.
¿Es realmente peligroso compartir datos personales en redes sociales e internet?
Internet debería ir de la mano del concepto de privacidad. Siempre. No se puede considerar esta puerta a la comunicación entre personas de todo el mundo como algo aparte de nuestra vida. Si en la ‘vida real’ no se tienen ciertas conductas y comportamientos, ¿por qué se habrían de tener en internet? Establecer una diferencia es el principal error que se puede cometer.
Por lo tanto, conocer el apartado de privacidad de todas las herramientas que controlamos en internet es vital, máxime cuando se trata de redes sociales en las que se interactúa con otras personas. Es responsabilidad del usuario dedicar parte de su tiempo a consultar todo lo que una app así le puede ofrecer para sentirse seguro: por ejemplo, limitar quién ve las publicaciones o elaborar una lista de seguidores confiables.
Pero también es responsabilidad del usuario saber lo que comparte. Si alguien se va de vacaciones y deja constancia de ello en publicaciones en redes sociales, sería lógico pensar que su casa va a estar vacía. Y la ecuación ‘piso vacío’ y ‘verano’, puede resultar catastrófica. Y una delicia para los ladrones.
¿Por qué seguimos compartiendo nuestros datos y nuestra vida en internet?
Esta pregunta podría asaltarle a cualquiera que tuviese los resultados de la encuesta de Securitas en la mano. Si tanto preocupa compartir en internet datos personales, ¿por qué se sigue haciendo?
La psicóloga Maria Eugenia Bravo, en una entrevista a RiseUpMedia, apunta que «tenemos la necesidad de expresar lo que sentimos. Siempre lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo, solo que las redes sociales abren un espacio que facilita, en muchas ocasiones, la expresión de pensamientos, sentimientos y emociones que no se mostrarían (…) si estuviéramos frente a la persona (…). La distancia física puede funcionar como una especie de “amortiguador” a posibles reacciones indeseadas (…) permitiendo una comunicación más honesta y directa».
Además, esta necesidad de expresar nuestros sentimientos entronca, directamente, con otra vital: la de sentirse aceptado. Por eso, lo que se registra en redes sociales es, siempre, un espejo que refleja la mejor de nuestras caras.
Por un uso Love de la tecnología
A través de su campaña ‘Por un uso Love de la tecnología‘, Orange ofrece herramientas para controlar la sobreexposición en internet y redes sociales. Lejos de alarmismos, lo que propone este espacio es que el usuario tome conciencia de que todo lo que se publica en internet ahí queda. La sobreexposición puede deformar nuestra huella digital y suponer un escollo en el desarrollo de nuestra carrera profesional o de las relaciones personales.
Conocer conceptos como la viralidad en internet, la permanencia de lo publicado o la capacidad de búsqueda es básico para que el usuario tenga en cuenta todo lo que va a publicar. Es vital, así, antes de compartir cualquier elemento, que el lector se haga algunas preguntas: ¿es positivo para nosotros? ¿Incluye información personal? ¿Puede resultar ofensivo?
Como conclusión, el lector ha de tener en cuenta una máxima absolutamente cierta: cuantos más datos se expongan, mayor será el riesgo que asumamos. En nuestra mano está hacer un uso responsable de internet.
Por Antonio Bret