Con la aparición de Mapi, la niña virtual de Radiotelevisión Española (RTVE), se ha escuchado mucho el concepto vtuber. En realidad, es un tipo de representación virtual que lleva mucho más tiempo entre nosotros y que recibió en los años de pandemia una subida importante de popularidad.
Un vtuber es, en pocas palabras, un streamer virtual. O lo que es lo mismo, un creador de contenido en canales de vídeo, como YouTube y Twitch, que emplea un avatar digital en lugar de su propia imagen.
Se emplea la última tecnología de reconocimiento facial y corporal para que el creador sea capaz de presentar un personaje que copia los movimientos humanos, incluyendo los de cara, cuerpo y extremidades. La voz la suele poner el propio streamer, que actúa como una especie de ‘ventrílocuo digital’.
Con estos ingredientes hemos visto nacer en los últimos años un montón de personajes que se han hecho muy populares. Incluso han rivalizado en seguimiento con los streamers más famosos del planeta. Algunos han superado de manera holgada el millón de seguidores.
Parecía lógico que una idea que les está funcionando a creadores sin muchos recursos pudiera ser exprimida por empresas con mayores posibilidades de inversión. En la actualidad hay productoras especializadas en este tipo de avatares y desarrolladoras que trabajan de manera exclusiva en el software. Se ha creado una industria en la que no podemos dejar de destacar nombres como Hololive, Nijisanji y VShojo, las mayores agencias de talento vtuber.
Cadenas de televisión como RTVE han intentado transportar la idea a programas, aunque han recibido bastante críticas por el diseño y manera de expresarse de Mapi. Las redes se inundaron de memes los días después de su presentación. Sin embargo, esto no es más que un episodio aislado y poco representativo de lo que ofrecen los avatares virtuales.
¿Cuál es la actividad de un vtuber?
Su ‘campo de batalla real’, donde están funcionando, es el de las redes sociales basadas en retransmisión de vídeo, como YouTube, Twitch y TikTok. Cualquier contenido imaginable realizado por un streamer, lo puede replicar un vtuber.
Suscribirse a uno de estos canales supone seguir las andanzas de un personaje virtual que un día puede estar jugando a videojuegos que acaban de aparecer en el mercado y otro, haciendo anuncios. Incluso es posible verlos participando en acciones con otros influencers, sean reales o virtuales. Aquí todo vale mientras la tecnología lo permita.
En medio de su calendario comercial, no perderá la ocasión de interactuar con sus seguidores. A diferencia de cualquier otro medio de transmisión, el éxito de estos canales radica en permitir que los aficionados apoyen al personaje, en tiempo de visión del contenido y en aportaciones económicas.
En definitiva, los vtubers hacen lo mismo que un streamer, con la misma dificultad para crear un personaje con carisma y atractivo para el gran público. La diferencia es que, desde el punto de vista estético, una persona tiene bastante trabajo hecho de base. Mientras que para generar un avatar virtual hay mucho camino por recorrer, tanto en diseño como en tecnología.
Orígenes japoneses: Kizuna AI
Los comienzos de estas iniciativas tuvieron lugar en Japón. De ahí que la estética predominante esté influenciada por el anime.
¿Cuál fue el primer vtuber? Algunos apuestan por Hatsune Miku, un famoso avatar de un software de producción musical, como promotora de esta nueva cultura audiovisual.
La realidad es que Kizuna AI es el proyecto que mejor describe lo que es un vtuber. Nacida en 2016, en la actualidad mantiene un par de canales en YouTube con más de cuatro millones de seguidores. Su popularidad le ha llevado a ser incluida como embajadora cultural de la Organización Nacional de Turismo de Japón.
El especial caso de Codemiko
CodeMiko es todo un ejemplo de éxito en Twitch y, además, un ‘libro abierto’ sobre el funcionamiento de un vtuber. Tanto el personaje como su ‘técnica’, que es la denominación de la persona real que lo controla, se han hecho famosos.
Se trata de Yuna, una streamer que no tiene problema en aparecer en cámara, enseñar en tiempo real los entresijos de la captura y representación de CodeMiko. Es posible seguir la vida de esta dualidad, como si fueran dos personajes, en las diferentes redes sociales en las que se manifiestan.
Una herramienta para las empresas
La tecnología empleada en la generación de vtubers se puede utilizar también para dar vida a personajes famosos. Grandes empresas como Netflix, SEGA y AirAsia han recurrido a figuras virtuales para intentar llegar al nuevo público.
Un buen ejemplo lo tenemos con la mascota de Frosted Flakes, mejor conocida como ‘Tony the Tiger’, que lo podemos encontrar haciendo streaming en Twitch con contenidos relacionados con los famosos cereales.
Otro personaje virtual a destacar es el de ‘Barbie’, que lleva en YouTube desde 2005. Hace poco, Mattel decidió crear un avatar digital con el que consiguen que Barbie y Ken puedan grabar ‘vlogs’.
Por Kote Puerto
