Las mujeres son las grandes víctimas del odio en las redes sociales

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La visión que damos a través de las redes sociales está casi siempre edulcorada. La mayoría de los usuarios suele transmitir por este medio sus momentos felices y de satisfacción: cenando con amigos, celebrando un cumpleaños con la familia y viajando por placer. Sin embargo, las redes también se pueden convertir en un infierno si lo que recibimos son comentarios negativos. 

Un informe de la Fundación Mapfre y la Universidad de Deusto revela datos interesantes sobre cómo afectan a los españoles los comentarios envenenados que les llegan por redes como Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, entre otras. La investigación es resultado de una encuesta realizada a 2520 adultos de todo el país. Y demuestra con claridad la situación de debilidad de las mujeres ante el odio en las redes sociales.      

Ansiedad, miedo, tristeza y problemas de sueño. Así reaccionan muchas personas tras recibir un comentario negativo. En este sentido, las mujeres son, de lejos, las más afectadas en este tipo de situaciones, ya que llegan a sufrir mucha más inseguridad que ellos (22 % en mujeres y 8 % en hombres), miedo (6 % y 1 %), problemas de alimentación (10 % y 2 %) y problemas de sueño (15 % y 9 %), así como tristeza (22 % y 11 %) y nerviosismo (25 % y 12 %). 

Otro dato que muestra que las mujeres son las que más sufren el odio en las redes sociales: a los hombres “no les impacta” un mensaje nocivo tanto como a ellas (54 % en hombres frente al 34 % en mujeres). Sin embargo, las mujeres tienen un buen método de defensa: compartir estos problemas. Ellas (22 %) tienden a hablar más de este tipo de experiencias con otras personas que los hombres (11 %). Además, suelen optar más por perfiles privados, como método de protección.

La política, un terreno pedregoso

El informe subraya que el acoso en redes sociales abarca diferentes situaciones: “Desde insultar, amenazar, difundir falsos rumores y hasta suplantar identidades, acciones que por lo general se llevan a cabo mediante comentarios o mensajes privados”. Y la brecha de género también persiste cuando se analiza la producción de comentarios malintencionados y de odio en las redes sociales.

Los hombres (16 %) son más proclives a este tipo de conductas que las mujeres (9 %). Entre ellos, el tema más frecuente de los comentarios negativos que reciben es el de la política (52%), así como contenidos para criticar una idea (47 %) y una conducta (17 %). Los contenidos que menos reciben ellos son aquellos vinculados con la salud mental (2%) y la familia (3%). 

Por el contrario, ellas también reciben un porcentaje alto de comentarios negativos relacionados con “críticas a ideas” (45 %) y política (28 %). A diferencia de los hombres, un 22 % de las mujeres recibe mensajes privados dañinos sobre su aspecto físico y un 10 % con contenido o temática de connotación sexual, sobre todo entre las jóvenes de 18 a 25 años.

Los jóvenes se reconocen más afectados 

Las reacciones más generalizadas a la hora de recibir un comentario de odio en las redes sociales son responder de forma breve e indiferente (39 %) y bloquear y borrar el comentario (38 %). Destaca el hecho de que los jóvenes reaccionan de forma más contundente que los mayores de 35 años cuando reciben un comentario negativo. En este sentido, casi el 50 % de mayores de 35 años afirma que el comentario negativo “no tuvo ningún impacto”, mientras que, entre los jóvenes, solo el 34 % reconoció que no les afectó.

Los jóvenes y las mujeres son los usuarios favoritos de Instagram. En este sentido, la inmensa mayoría de personas entre 18 y 34 años (en torno a un 90 %) emplea más esta red social, mientras que un 77 % de las mujeres afirma utilizar esta plataforma, frente al 52% de los hombres. 

Es un dato que, según los autores del informe, puede deberse a los roles de género y estereotipos marcados para cada sexo. Instagram es una red en la que predomina la imagen y el vídeo, y una de las maneras que tiene la mujer de obtener la aceptación por parte de la sociedad sigue siendo la imagen corporal. El estudio también destaca que la red más empleada por personas mayores de 35 años es Facebook. Alrededor de un 80 % indica que tiene un perfil en esta red social.  

La edad está detrás de mucho mensaje nocivo 

La edad es otro factor que tiene que ver con la proliferación de comentarios negativos y de odio en las redes sociales. Según la investigación, la franja que más comentarios negativos recibe y realiza en las redes sociales es la que va de los 35 a los 54 años. En concreto, un 68 % de las personas que publican mensajes nocivos tienen más de 45 años, mientras que aquellas entre 18 y 35 años representan el 10 %. 

Con respecto a la edad, el informe apunta otro dato curioso. Aunque los jóvenes presentan niveles más altos de regulación emocional y estrategias que permiten afrontar mejor este tipo de mensajes, porque están “más acostumbrados” que los mayores a las redes sociales, resulta que las personas entre los 18 y 35 años sufren niveles mayores de estrés, depresión, ansiedad, insatisfacción corporal y afecto negativo que el resto.

Recetas para enfrentarse al odio  

Los autores del informe también dan claves para enfrentarse a la ola de comentarios malintencionados e hirientes que pueblan internet. “La educación y el apoyo se convierten en los mejores aliados para poder enfrentarse a esta oleada de odio en las redes sociales, una realidad palpable que genera malestar general y empeora la calidad de vida, y que puede llevar a situaciones complicadas de ansiedad y depresión”, aseguran. 

También recomiendan aprender a gestionar situaciones de enfado, decepción, rabia y frustración para “ser capaces de inhibir conductas destructivas y nada adaptativas, como la publicación de comentarios negativos”.

Además de abogar por la expresión de las emociones de una manera “sana”, que no implique infligir a consciencia daño a otra persona, y de compartir la experiencia “con personas cercanas y que sepan escuchar”, el informe propone otras recetas para enfrentarse a este problema de odio en las redes sociales.

Por ejemplo, reclama que exista una regulación más estricta sobre cómo actuar ante situaciones de acoso. Y  que las futuras políticas aboguen por la protección del usuario y promuevan que las redes sociales ejecuten un filtrado de contenido violento, innecesario y que afecta a la salud de la persona.

Por Juan I. Cabrera

Imágenes | Fundación Mapfre, Pexels.com

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