Así funcionan las etiquetas NFC: desde ser más productivo a mejorar un negocio

Consejos y trucos

La tecnología NFC (siglas que provienen del inglés near-field-communications) es sobre todo conocida porque permite pagar con el móvil sin contactos. Sin embargo, también hay etiquetas muy asequibles de precio que, provistas de un chip NFC, hacen la vida más fácil en el hogar y en la oficina. 

¿Qué es una etiqueta NFC?

En esencia, las etiquetas NFC son adhesivos provistos de un chip que almacena datos. Ni más, ni menos. Y estos adhesivos están pensados para transmitir ciertas instrucciones muy básicas, pero útiles, a un móvil, que, eso sí, tiene que estar también provisto de un procesador NFC. 

Por ejemplo, una etiqueta NFC puede ser adherida a la mesilla de noche con la instrucción de silenciar el teléfono cuando nos vamos a dormir. O en la entrada de una casa para desactivar los datos móviles y enganchar el teléfono a la red wifi doméstica. 

También tiene usos profesionales. Así, podemos encontrar etiquetas en una tienda para lanzar una promoción en los móviles de los usuarios que se acercan. O en una oficina con la instrucción de que conecte a la wifi corporativa a los móviles circundantes. Siempre el objetivo último de las etiquetas NFC es automatizar tareas y ahorrar tiempo y clics a los usuarios.   

Hay varios tipos de etiquetas NFC, en función del chip que incorporan. Las más habituales son las NTAG, que son capaces de retener los datos durante 10 años. Además, las NTAG son compatibles con todos los teléfonos móviles que tengan procesador NFC. Y también son frecuentes las ICODE

La diferencia fundamental entre etiquetas está en la cantidad de información que es capaz de almacenar el chip (como mucho, unos cientos de bytes) y la longitud de los textos que podemos escribir en ellas. El tamaño de la etiqueta también determinará la distancia a la que puede ser leída. Cuanto más grandes, más alcance tendrán. Eso sí, hay que recordar que estas etiquetas no suelen funcionar si se adhieren a una superficie metálica. 

¿Cómo configurar etiquetas NFC?

Las etiquetas NFC se compran en blanco. Sin ninguna información grabada en ellas. Y su precio es muy asequible (desde 20 o 30 céntimos de euro). Lo mejor es que el proceso para configurar una de estas etiquetas desde el móvil y escribir en ellas para asignarle una tarea concreta es sencillo. No hay que tener conocimientos avanzados. 

Tanto para Android como para iOS, existe la aplicación NFC Tools, que permite activar el despertador del móvil para el día siguiente, configurar una red wifi o enlazar a una determinada página web. En la tienda de Google también hay otras aplicaciones interesantes, como TagWriter o Trigger

Cómo configurar una etiqueta NFC con NFC Tools

El usuario se tiene que descargar la app en su móvil, que debe también tiene que contar con chip NFC. Y desde la aplicación tiene que pinchar en “escribir” y “añadir un registro”. Ese registro puede ser una URL, un perfil en redes sociales, una dirección de email o un número de teléfono. 

Luego hay que validar ese registro y “escribir” la acción en la etiqueta NFC. Hay muchas tareas preestablecidas. La app informará sobre el tamaño en bytes de la acción, lo que es útil para saber si tendremos espacio o no para grabarla. Al final, acercando el teléfono a la etiqueta finalizaremos la configuración. NFC Tools también permite borrar una etiqueta, bloquearla, copiarla o establecer una contraseña para acceder a ella. Así como el escaneo de la etiqueta, para saber el formato de los datos o el tamaño.  

Es importante activar el sensor NFC del teléfono para configurar y activar las etiquetas. Cualquier smartphone de gama media y alta con Android tendrá este chip incorporado, pero hay que hacerlo operativo. Para ponerlo en marcha, se suele seguir este camino: Ajustes >  Conexiones inalámbricas y redes > Más. Una vez activado, en la barra superior aparecerá un icono en forma de ene. 

En el caso de los iPhone, la capacidad de escribir en etiquetas NFC en blanco solo está disponible desde el iPhone 7 en adelante. Aunque en los teléfonos de la manzana la función NFC se enciende de forma automática. 

Los mil usos de las etiquetas NFC

La magia de las etiquetas NFC es casi infinita. Sirven para casi todo lo imaginable cuando se trata de hacer cosas con el teléfono. En casa, se pueden pegar en puertas y escritorios para encender el wifi, activar una alarma o atenuar las luces. En el cuarto de baño, se puede pegar en los azulejos para conectar el móvil a Spotify y escuchar una playlist mientras nos duchamos. En el coche, se puede escribir una para conectar el teléfono al bluetooth del automóvil y reproducir las canciones favoritas o escuchar una emisora de radio en cuestión. 

En el ámbito profesional, las posibilidades de estas etiquetas inteligentes también son innumerables. En la puerta de una tienda, permite redirigir a los clientes que pasen por allí a una web determinada o un sitio donde tengan información de las ofertas del día. También sirve para registrar la llegada y salida del trabajo si está adherida al escritorio de una oficina. Por último, podemos adherir una etiqueta a un cartel o un anuncio con una ubicación concreta de Google Maps que será leída por los móviles que se acerquen. 

En museos o galerías de arte, las etiquetas NFC también pueden ser muy útiles. Pegadas cerca de un cuadro o una escultura, pueden proporcionar información básica de la obra o remitir a una página web donde un experto profundiza en sus características. 

Por Juan I. Cabrera

Imágenes | iStock.com/Julia_Albul

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